Ahora
la oposición se olvidó de las parlamentarias y ha vuelto la MUD un campo de
batallas, así les va. No comprende que participar en elecciones no se opone a
enfrentar de verdad verdad con el régimen, exigirle a Maduro que se comporte
como un demócrata, o renuncie. La oposición no se prepara para las
parlamentarias y el régimen por otra parte amenaza con desmoronarse por simple
ley de gravedad.
¿Unidad?
Lo mejor es que la MUD se divida de una vez en dos bloques, uno agrupado
alrededor de Leopoldo López y otro de Capriles. En MUD hay unos pocos partidos
reales, y ninguno con presencia nacional. Después de esa división necesaria
ambos bloques firmarían pactos electorales. La oposición se está olvidando de
las parlamentarias: presentar planchas unitarias requiere definir ya los
métodos para escoger candidatos, celebrar primarias, contar con recursos y con
árbitros confiables, y no los hay. Sin embargo nadie habla de las elecciones
parlamentarias, parece sexy ocuparse de una imposible constituyente, perder el
tiempo miserablemente.
La
oposición nunca ha sabido si se opone a una dictadura enmascarada o a una
democracia autoritaria, si Maduro o Chávez en su momento saldrían de Miraflores
por la fuerza de los votos, o por la fuerza de la calle. Sin comprender que una
cosa no se opone a la otra...
Deliberadamente,
Chávez no definió con precisión su régimen que poseía caras diversas, se
presentaba en América Latina como demócrata, a pesar de que rechazase la
alternancia en el poder y prometiese gobernar indefinidamente, porque
proclamaba representar a una revolución. En los hechos respetaba las formas
externas de la democracia, celebraba elecciones, permitía una cierra opinión
independiente, pero violentaba la división de poderes y se comportaba
autoritariamente. No es fácil heredar un gobierno semejante, porque supone
tener la popularidad de Chávez y su habilidad política. Maduro no afirma que
gobernará indefinidamente como hacía Chávez. El poder de Maduro está
condicionado por el ejército y por los propios chavistas; no es un Raúl Leoni
ni el PSUV se comporta como AD, su poder es frágil porque soporta a un Diosdado
Cabello y varios generales.
Nadie
discutía el mando absoluto de Chávez, Maduro representa la crisis del proyecto,
no solo por su caída de popularidad y su falta de liderazgo, sino porque es
imposible manejar con desenvoltura el tinglado chavista. No asusta ni a
antichavistas ni a chavistas y el debate político se le ha escapado de las
manos, porque carece de la ambigüedad, la audacia y el desenfado de su
predecesor.
El
gobierno de Chávez no era una dictadura ni una democracia, tampoco un régimen
como el cubano aunque ese fuera su ideal político, representaba una especie de
satrapía cuyo poder aumentaba paulatinamente pero no dependía del ejército o
del partido sino del propio sátrapa. Esa satrapía estaba construida a la medida
del propio Chávez que pretendía mantenerse en el poder indefinidamente. En
condiciones poco democráticas Chávez constantemente celebraba elecciones,
aprobaba leyes pare legalizar arbitrariedades, dominaba los poderes y
controlaba en grado creciente periódicos y emisoras. Ante la posibilidad de
perder una elección presidencial quizá se habría vuelto una dictadura clara,
que proclamaba sus intenciones de gobernar indefinidamente, dijo en 2003 “No
solo se trata de impedir que esta oligarquía vuelva a adueñarse del país….Se lo
digo sobre todo a los soldados….(…) Ustedes, soldados, tendrían que escoger con
los fusiles en la mano, que hacen, hacia donde apuntan los fusiles: si al pecho
de la oligarquía traidora o al pecho del noble pueblo venezolano”.
Frente
a este régimen ambiguo, a esta verdadera satrapía, carecemos de una oposición
unida, clara ideológicamente, por eso algunos creen que Maduro gobernará hasta
el 2018, olvidando que la descomposición del país va en aumento y que aunque
vendan CITGO, o la plaza Venezuela, o PDVSA, no les alcanzarán los recursos
porque cometieron errores como importar ellos mismos, y este gobierno es
incapaz hasta de cambiar un bombillo. Ahora, la oposición se olvidó de las
parlamentarias y ha vuelto la MUD un campo de batallas, así les va. No
comprende que participar en elecciones no se opone a enfrentarse de verdad
verdad con el régimen, exigirle a Maduro que se comporte como un demócrata, o
renuncie. La oposición no se prepara para las parlamentarias y el régimen por
otra parte amenaza con desmoronarse por simple ley de gravedad.
Fausto
Masó
fausto.maso@gmail.com
@faustomaso
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