Hoy,
ante el desmadre de la “Revolución”, luego de 15 años en donde la cadena de
errores se ha vuelto pertinaz y las heroicas ejecuciones sólo se manifiestan en
el limbo de la fantasía, ha surgido una nueva fauna en la izquierda: la
“trasnochada” compuesta por insospechados traidores y desalmados como el
emblemático “Monje”, capaz de auto-denunciarse como co-responsable del desastre
económico sin que haya consecuencias o sanciones. Luego, tenemos la sub-especie
de los “arrodillados”, esos militantes del Partido, cuya lealtad
político/ideológica es proporcional a que les otorguen su respectivo “plato de
lenteja”.
Desde
los predios universitarios, los “intelectuales orgánicos” se devanean los sesos
para hacer coincidir las tropelías rojas con el ideal pre-figurado de un mundo
feliz esquivo. Lo normal entre ellos es percibir la realidad en blanco y negro,
justificando el despelote nacional como si no pasara nada. Su capacidad para la
auto-crítica es nula, prefieren descalificar a debatir. Su ideal es una
Universidad unidimensional y dogmática, sumisa al poder de turno por lealtad
política-ideológica. Hoy estarían prestos a llevar cabo su respectiva
“Revolución Cultural” y sanear de tantas impudicias capitalistas los espacios
universitarios.
Aunque
la especie de izquierda a la que quiero hacer mención es la internacional, la
“izquierda Disney”, la de los turistas, bajo el liderazgo de Ignacio Ramonet y
Oliver Stone. El primero encargado de la hagiografía del Comandante mientras
que el otro ha mostrado la fotografía en movimiento de la “Revolución” a través
de sendas películas y documentales.
No
está demás decir que tanto Ramonet como Stone son publicistas muy bien pagados
de la “Revolución” y que han preferido imponer un punto de vista deformado
sobre el principio de realidad.
Es
mérito de la Profesora de la UCV, Gisela Kozak Rovero, acuñar lo siguiente: “De
este modo Venezuela viene a sustituir a Cuba y a Nicaragua para esta izquierda,
a las que algunos venezolanos en redes sociales calificamos de “Disney” por su
propensión a contemplar a América Latina como un parque de diversiones
anti-hegemónicas”.
Lo
paradójico de esto es que la “hegemonía” es la piedra medular del proyecto de
la “Revolución”. Lo fue en la extinta URSS, lo es en Cuba, Nicaragua y
Venezuela, más allá de los simulacros electorales y un entramado institucional
que trueca la legalidad a conveniencia.
Por
otro lado es inimaginable que estos miembros ilustres de la “izquierda Disney”
se vengan a patear el barro o a vivir en comunidad en algún barrio miserable de
los muchos que tenemos como sí hacen los jesuitas sin tanta alharaca y contando
con escasos recursos y nulo apoyo del Estado.
Concluyo
citando éstas lucidas palabras de Kozak Rovero: “Es preciso decirle adiós al
neo estalinismo y adiós a la izquierda Disney que se apropian de la voluntad de
cambio para convertirnos en esclavos de abstracciones. El gran enemigo de esta
izquierda autoritaria es la herencia del Liberalismo político: pluralismo,
derechos humanos, creatividad individual, diversas visiones del bien común.
Nuestro deber como gente de estudio y escritura es ayudar a plantear la
reinvención de la democracia y hacer de la libertad la fuerza del cambio, no
retroceder al desvencijado archivo del estatismo filantrópico del reparto de la
pobreza ni conformarnos con una socialdemocracia burocrática y apocada”.
Ángel
Lombardi
alr.lombardi@gmail.com
@angellombardi
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