“El
recuerdo ha de ser no sólo exacto, sino también dichoso. El frasco, antes de
ser sellado, ha de guardar el aroma de lo vivido. Recordar no es lo mismo que
acordarse. Uno puede acordarse de un evento punto por punto, sin que haya
ningún recuerdo. La memoria es sólo una condición desvaneciente. Por la memoria
reaparece lo vivido para recibir la consagración del recuerdo. El anciano
pierde la memoria; pero el recuerdo lo fortifica y lo consuela con la poética
visión lejana. En cambio el niño tiene gran memoria. El niño se acuerda; y el
anciano recuerda.
LEONIDAS REY DE ESPARTA |
El recuerdo es la idealidad, y pide por tanto esfuerzo y
responsabilidad; la memoria es indiferente. En el recuerdo se gira un cheque
contra la eternidad; ésta tiene a todos por solventes, pero no tiene la culpa
de que un hombre se autoengañe y se acuerde en lugar de recordar (lo que cae
bajo la memoria cae también bajo el olvido). La memoria hace que la vida sea
más despreocupada. Se juega a ser muchas cosas, aunque ya se haya sido otras
muchas; luego se muere uno, y ya se es inmortal; pero no se lleva uno nada que
recordar en la eternidad". (In vino veritas, William Afham)
Una
acotación necesaria…
No
creemos que exista mayor incertidumbre si aceptamos en principio que el
lenguaje es factor fundamental en la transmisión de valores, pensamientos,
creencias, acciones políticas, describe aspectos de nuestra cultura e
igualmente, sirve para la persuasión en la lucha por el poder y el deseo de
imponer ciertos órdenes y convivencias.
Sin
lugar a dudas el fallecido Presidente Chávez le dio un giro copernicano al
estamento militar, al menos en sus presupuestos básicos, y aunque para muchos
no haya producido cambios visibles en la praxis ética de la libertad en
términos sartreanos han sido más bien donaltruneanos, pero en la interioridad
del imaginario popular, el discurso, el enunciado, modos y formas son otros
radicalmente diferentes, ha operado una alteridad con respecto de antes del 98.
Lo he reiterado Ab initio, desde 1999, se están operando cambios de significados
y significantes síntomas de un nuevo ciclo histórico, que se origina ya el país, y tomemos arbitrariamente
algunos hitos, el que irrumpió alrededor de la declaración de la independencia,
frente a el hubo una dura respuesta popular que encarno Boves, en su ausencia
la recoge Páez, Bolívar y el liderazgo independentista bajo su égida lo
adscribe le da perfil propio el cual se
revela en Angostura con ese novel lenguaje señalo un perfil al país soñado y le
dio cuerpo en los subsiguientes cinco años que inspiro y concibió a Carabobo,
quebrantado con el deslinde de Cundinamarca, que reclamaron la oración
tradicional monárquica, en el inicio de la República liberal sus pensadores
imponen el discurso del despotismo ilustrado, hasta que surge puesto en escena
un enunciado con radicalidad frente al agotamiento del liderazgo libertador de
Páez, Urdaneta y Monagas y demás, y fue la Revolución Federal que a pesar de su
impacto en la sociedad por su
ideologización virulenta, finalmente se postró, surgiendo un intento de
forjar y falsear una visión cultural de afrancesamiento de nuestras elites a
través del positivismo con un modelo educativo que tuvo un estela importante
como idea central del gobierno delirante del llamado Guzmancismo, esto dio paso
a una expresión occidental llamada la llegada de lo chacharos con modos y
formas que los centralistas hicieron mofa, pero que no fue cortafuego
suficiente para que se hicieran del poder y se extendieran hasta la dictadura
homicida de Gómez, y el final de ese ciclo insurge desde la canteras de la
intelligentsia civilista democrática con vocación política (a diferencia de la
intelligentsia Positivista, hipócritamente apolítica, que sirvió de escalón a
las dictaduras de todo pelaje) la primera expresión de verdad que se tiñe de las
propuestas de modernidad con contenido nacional, imponiéndose en el imaginario,
primero como apuesta radical por los más débiles, y con el duro transito de
nuevo por un gobierno tiránico vuelven ya con una articulación de lo que seria
una concepción de Estado democrático, la que la teorización ha llamado
democracia representativa, que predominó por un periodo de cincuenta años. Hoy
lucimos desconcertados frente al lenguaje inaugurado por Chavez en (febrero de
2002), que alcanzó su cúspide en 1999,
con la imposición a cal y canto de un proceso constituyente frente a las
deshilachadas fuerzas herederas de la democracia que la dejaron naufragar en
sus manos. Como lo refrendó en su discurso el 5 de julio el General en Jefe
Vladimir Padrino López, “hoy gobierna el alto militar que se fraguo en los
eventos, en los cuarteles y en la calle junto al calor de los movimientos
populares”, que los condujo a una contundente victoria, frente al residual
mezquino de las vencidas instituciones, que más que derrotados fueron
desbordados por los hechos. En este momento de un país lesionado severamente en
su fragilizada institucionalidad, pretendieron hoy los mismos factores sumados
una que otra expresión emergente en darle carácter insurreccional, con algunas
sugerencias enviadas de la Nueva Babilonia, adicionando contraseñas como el
discurso de Donald Trump. Este liderazgo contendor del gobierno es tan frívolo, que los EE UU,
les han cedido la posta a los canadienses, para que asuman los próximos
fracasos, lo de la insurrección fue tan tosco que le sirvió al gobierno para
identificar y purgar algunos descontentos. Por eso El General Padrino López
advirtió,”nada fuera del voto”. (La verdad oculta, es mayor que la manifiesta).
Si
fuera fácil la conquista del poder la civilizada y conciente sociedad
estadounidense, en la que alrededor del 80% detesta a los partidos y a las
estructuras clásicas del poder, hubiesen desalojado a demócratas y republicanos
de Potomac. Los canadienses deben se cuidadosos en ese rol asignado, por que la
vocación independentista de Quebec está viva, y una declaración incendiaria de
Correa, de Evo, de Maduro, tendría eco más de lo que podrían imaginar en esa
democracia “restringida”, ya en sus peores momentos Maduro lo hizo sobre la
independencia de Puerto Rico y retumbo en núcleos duros de la derecha que ven a
la isla como una carga, así como las corrientes liberales que a modo de
excentricidad intelectual disfrutan dándole caña al establecimiento en estos
temas, Ya hubo una experiencia, cuando Charle De Gaulle se refirió a Quebec, no
perdamos la perspectiva geopolítica, no sigamos ignorando el cambio de lenguaje
epocal. Ojo no estamos en época de cambio, sino en un cambio de época.
Las
revoluciones políticas, son antes que nada una cuestión de cambios elocutivos,
donde el nuevo lenguaje designa y crea una realidad que escapa a los
tradicionales de verdad o falsedad, en clara alusión a la tradición
aristotélica, el medio del cual se vale la política es la palabra. Ella como
parte de nuestra razón practica, como señalara Aristóteles, se basa en la
deliberación y en la persuasión que se fundamenta en la comunicación. Pues como
él mismo nos dice en su retórica,
deliberamos sobre cuestiones que admiten ser de dos maneras a la vez, ya que
nadie delibera sobre asuntos que sospecha que ni hubieran podido ser de otra
manera en el pasado ni pueden serlo en el presente o en el futuro; en este
sentido, Habermas en su teoría de la Acción Comunicativa, afirma que un
“discurso” es la forma de comunicación caracterizada no por la coacción o la
violencia sino por la argumentación, cuya legitimación procede de que se
alcancen ciertas pretensiones de validez. Para Chaïm Perelman la argumentación
sirve a un auditorio particular que conoce y discute un tema específico, pero
definitivamente convincente cuando busca la adhesión de todo ente de
razón.
Persuadir,
así, se asimilará ese gran pensamiento de la antigüedad al mismo resultado que
produce la cacería: el hombre de poder es un cazador que se adueña del alma de
otro, o de los muchos, insuflándole sus convicciones, sus maneras, su
“verdad”. Las redes por emplear en esta
singular cacería tienen que ver, por lo tanto, con la palabra ex profeso se usa
para causar la impresión que se desea, para conducir los ánimos, para simular la
realidad o falsación de algo, para desviar la atención o concentrarla según se
necesite. El hombre de poder, entonces, adquiere o lleva consigo la suprema
capacidad de inventar la verdad que, luego, otros harán suya. Y si fuera el
caso desprender alguna conclusión de lo anterior, ninguna más apta, entonces,
que la envuelta en una frase muchas veces citada: la palabra o “el más
peligroso de todos los bienes que le han dado al hombre”.
Torno
así mi atención a la escena II del acto I de Ricardo III. Allí están Ricardo de
Plantagenet y Ana de Neville frente a la urna de Enrique VI, a quien este
Ricardo, al igual que lo había hecho con Eduardo hijo del rey y marido de Ana,
había asesinado. El diálogo entre ellos:
Gloucester, futuro Ricardo III, y Ana, viuda y también huérfana por razón de la
muerte de su suegro, es nuestro telón de fondo.
La
escena está por concluir: Resuenan aún los denuestos de Ana contra Gloucester
¡Atrás horrible ministro del infierno! / ¡Vergüenza, vergüenza, tú, sucio
montón de deformidad! / Granuja que no conoces Ley alguna, ni de Dios ni de los
hombres / infecta deformidad de hombre/
Esclavo del demonio / Mientes desde tu inmunda garganta / tu mente sanguinaria,
que jamás soñó sino en carnicerías / canalla / El (Enrique VI) está en el
cielo, a donde jamás tú irás / Asesino / sapo más asqueroso / pero también los
labios de Ana habían proferido intenciones, condenas, gritos de culpa. Si llega a tener hijo que aborto sea / has hecho de la feliz tierra tu infierno /
Vete / tierra ábrete en honda sima y
trágale pronto como has tragado la
sangre de este buen rey apuñalado por su
mano, que el infierno guío / tú no tienes otra excusa que ahorcarte / Que la
noche ensombrezca tu día y la muerte tu vida /.
Y
en el Diálogo, a cada insulto a cada
invectiva, a cada vituperio, brotados, pues, del más hondo sentimiento de
dolor, aunque igualmente de desprecio, impondrá Ricardo una palabra artera, una
palabra hábil, una palabra maestra, una palabra persuasiva. Señora no acatáis
las reglas de la caridad que devuelven bien por mal y bendición por maldición /
Mayor prodigio es que un ángel se enfade.
Permite divina perfección de mujer…/
Vuestra
belleza fue la causa de ese efecto.
Vuestra belleza que me acosa en el sueño y me empuja a la muerte del
mundo para poder vivir una hora en vuestro dulce pecho / No es empeño natural
vengarte de quien te ama / Quien te privó de tu esposo, señora, lo hizo para
darte otro mejor / Nunca supliqué ni amigo ni a enemigo: mi lengua no pudo
aprender suaves y dulces palabras.
Ahora, mi altivo corazón suplica y empuja mi lengua a hablar. Para llegar al clímax, arrodillado, desnudo
el pecho en ofrenda ante la espada que blande Ana: No, no dudes, yo maté al rey
Enrique. Pero fue tu belleza la que me provocó… yo apuñalé al joven Eduardo,
pero fue tu cara celestial la que me impulsó.
Unos
momentos después, el juego se ha consumado ya. Ana ha sido herida por la
palabra y es vencida. Le dice Ricardo:
Acepta llevar este anillo. Y ella replica: Aceptar no es conceder, pero a
continuación se lo coloca. No resta sino que el dueño de la palabra, vencedor,
cierre la lid: Mira cómo mi anillo se ajusta a tu dedo, así se acopla en tu
pecho mi pobre corazón; lleva los dos pues los dos son tuyos. La reflexión
final, expresión genial e insuperable del poeta es la realidad del poder de la
palabra, o simplemente, del poder. Habla
Gloucester, futuro Ricardo III:
¿Fue
alguna vez mujer de este modo cortejada?
¿Fue
alguna vez mujer de este modo conquistada?
La
tendré, más no la guardaré por mucho tiempo.
¡Cómo!
Yo que mate a su esposo y a su suegro hallarla con el más extremo odio en su
corazón.
Con
maldiciones en la boca, lagrimas en sus ojos, ante el testigo ensangrentado de
mi ira, teniendo a Dios, a su conciencia, a todo contra mí, y yo, solo, sin
apoyo de nadie salvo el mismo diablo y el disimulo en la mirada la gano para
mi. ¡El mundo entero a cambio de nada! Admiración, perplejidad, la realidad del
poder, que como hemos visto es asunto de la palabra, pasa entonces por la
seducción y el convencimiento, por el engaño y la persuasión. Por el ocultar el desdibujar la realidad
haciéndola aparecer según se la necesita.
En
suma, tema antiguo, que bien vale la pena recrear por un breve instante, para
apreciarlo en el tiempo cuando se lo descubre con la expectativa de que, quizás
así, podamos apropiarnos de algo de aquella iluminación original.
“habrás
de convertirte en un poder real en la ciudad”, ésa es la promesa del Protágoras
de Platón. Promesa que tiene que ver,
desde luego, “con el arte de la política”, y que precisará bien Gorgias: “el
poder gobernar a tus compatriotas”.
Pero, ¿de que trata esta promesa tan sugestiva, tan, sin duda
irresistible, más, tan rotunda y categórica? O de otro modo vista, ¿Dónde yace
ese poder real que descubrió aquel pensamiento sobre el cual se funda la
sociedad contemporánea, nuestro propio modo de vida? La respuesta la brinda
Sócrates: “en la influencia sobre el alma de la gente, es decir, en el dominio
sobre su pensamiento, sobre sus actividades y valores. En breve, en el dominio
sobre su existencia. El asunto entonces, el decisivo asunto del poder, no es
más que apropiarse de otros a través de la persuasión.
En
una época de ensordecedor ruido verbal, podríamos hacer algunos señalamientos
más acerca de otros discursos en boga en el país. Es decir más vacío añadido al vacío. Sin
embargo el silencio, sobre todo en esta época paradójicamente tan ensordecida
por algunos silencios, no puede ser la postura adecuada.
Los
espacios que han dejado en la orfandad los partidos políticos en acelerado
declive, ha sido copado fácticamente por el poder de nuevo cuño, un único
mercado integral, compuesto por una red de consumidores que solo asoman al
mundo a través de la pantalla, también por Internet. Predomina así una sofisticada
y homogeneizada cretinización de la existencia. En ausencia de verdadera
opinión pública acaba por imponerse la opinión mejor mercadeada. El político por su parte abandona cualquier
debate preocupado tan solo por vender su “imagen”. El “pensamiento único”
convierte en desechos los pensamientos plurales.
Desaparece
el sujeto, para convertirse en simple data humana objetivada.
En
estas condiciones, hasta la represión tradicional cae en desuso. El nuevo poder
fáctico se limita a atomizar y descomponer a los que privados ya de identidad,
se mantienen en el borde inferior de la sociedad, refugiados y a la defensiva,
al margen de proyectos y elecciones. Quienes solo aspiran a sobrevivir y poder
drenar energías con drogadicciones de diversos tipos, degradada así la
condición humana. En esas condiciones en el país la democracia ha quedado
reducida a simple caricatura, insustancial, en actitud vacilante de repliegue
en lucha por la sobrevivencia, así no se pueden fraguar un proyecto alternativo
democrático…
“pasa el tiempo y el segundero avanza
decapitando esperanzas”…
Pedro Rafael Garcia Molina
pgapgarcia5@gmail.com
@pgpgarcia5
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