Terrible
hablar con los jóvenes por estos días. La huida de todo ese talento es general
En
días pasados, justo cuando el televisor estaba ilustrado por un montón de
militares montados en inútiles tanques, llenos de medallitas ganadas en
batallas imaginarias, y en medio de una verborrea nacionalista falsa y vacía,
mantuvimos una conversación con un grupo de jóvenes de una Universidad y de una
organización que no vamos a identificar, pero que más allá de militancias y posiciones,
refleja uno de los problemas medulares que han creado los cubanos en el país y
que, en su momento, tanto Chávez y ahora Maduro, refrendaron con mucho gusto:
los venezolanos dejaron de querer a Venezuela.
Es
bueno aclarar que en la reunión estaban muchachos de todos los estratos
sociales y la Universidad no era privada. Sencillamente son jóvenes
organizados. No para adversar al Gobierno. Tampoco para cultivar alguna
actividad cultural o política. No eran deportistas ni siquiera escritores aficionados
girando sus ideas en una peña. No. Son jóvenes agrupados para irse del país de
manera organizada, con algún plan específico y tratando de que ocurran la menor
cantidad de loqueteras posibles. Nos invitaron. Y hablamos con ellos.
Un
verdadero desastre. Todo ese talento. Toda esa juventud. Brillantes los chamos.
Estudiantes de Ingeniería, Derecho, Arte, Comunicación Social, Economía,
Medicina, Enfermería. Algunos recién graduados. Sentimos a Cuba metida en los
huesos. Sentimos a los Castro detrás de la patraña. Sentimos los efectos de las
políticas de Chávez y Maduro en el país. El desastre. El debate no es para
pensar en políticas que mejoren la calidad de vida de los venezolanos, que
exploten los tremendos potenciales que tiene el país o para buscar soluciones
al arruinado sistema de salud. Nada de eso. El tema principal, la médula de
todo es esto: cómo nos vamos de este pobre país sin que el trauma del
desplazamiento sea peor que seguir viviendo en esta ruina. Tal cual.
Toda
una organización para escapar del comunismo, según decían. Está claro que esta
batalla por la democracia está perdida. Este gobierno cubano tiene todo el
poder. Hasta mandan ministros para el país como ese señor Borrego. El
entreguismo de los venezolanos de izquierda es penoso. Ya es un hecho que esto
no caerá nunca. Jamás perderán elecciones. La oposición está en mengua. Los
líderes disidentes perdieron prestigio y credibilidad. La economía es
igualmente ruinosa y copia de la cubana. No hay trabajo ni habrá. No hay
futuro, ni habrá. No hay ni carros ni apartamentos ni comida.
Así
que vámonos. Esa es la visión. Nos vamos solos. Sin familia, sin padres, sin
hermanos. Vamos a vivir fuera de este pobre país. Eso fue lo que oímos y eso es
lo que contamos. Un baño de pesimismo. Es lo que vimos.
Elides
Rojas
erojas@eluniversal.com
@ejrl
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