Posiblemente no se ha escrito en el
castellano de Hispanoamèrica una obra de fondo màs elegìaco, amargo y pesimista
que èsta.
Pero tampoco ninguna otra ha promovido màs carcajadas, goces y
sonrisas.
Un tràgico y detenido sino colectivo,un patètico sacrificio comunitario,un largo y sostenido funeral de guerras civiles que primero narrò escueto y sombrìo el mexicano Juan Rulfo en su fantasmal Pedro Pàramo,se vuelca por contraste barroco y alegre, en la desorbitada selva de Macondo descrita con festiva hilaridad. Comala de Rulfo y Macondo de Colombia son una sola y tristísima elegìa por la revolucion popular que se desintegrò frustrada en el militarismo de caudillos locales y controladores poderes internos y foràneos.
En Gabriel Garcìa Màrquez el proceso se
reconstruye como epopeya de situaciones amables, pura joda es decir mero bochinche como dirìan èl mismo,
su y nuestra gente pero la composición de la novela ,remeda en su atormentada
espiral, infinitamente retorcida sobre un eje, este fenòmeno de la violencia
espasmòdica en permanente estallido concèntrico y sin tèrmino.
Son las rebeliones truncas, extenuadas,que avanzan y retroceden sobre si
mismas,en espacios y tiempos mùltiples, a la vez estàticos.
GGM
mostrò a toda una generaciòn heredera del llamado boom – discìpulos,
continuadores,imitadores y plagiarios-
còmo reirse de esa
tràgica realidad històrica regional y continental, desde
su estilo tan propio, artificialmente
màgico porque el profundo y autèntico
de la magia cotidiana ya viene intrìnseco
en la mitologìa de las culturas
precolombinas y posteriores añadidos que sobre ellas impuso la Inquisiciòn en
centro y suramèrica.El humor mismo, tan
natural,que luego el Gabo irradiò
guasòn, viene por ejemplo contenido en
aquella cèlebre polèmica entre sabios teòlogos
de la època para resolver si el indìgena era bestia o pròjimo y asì
justificar abusos de los colonizadores.
Pero es precisamente este personal
histrionismo literario de
estudiado payaseo imaginativo lo que otorga la clave de su originalidad
notable a la obra de GGM.
Cien años de soledad es la crònica continuamente anunciada de, en este caso, treinta y dos revueltas armadas, los treinta y dos fracasos del Coronel Buendìa. La revoluciòn totalmente irrealizada durante un siglo. Al ùltimo de la estirpe, Aureliano, el de la cola de cerdo, destinado para la gran y definitiva victoria, se lo comen las hormigas.
Si GGM tuvo claro ese concepto fatalista ¿por què
pudo intuir de inmediato en Hugo
Chàvez a uno màs de los tradicionales dictadores caudillistas pero se hizo mudo cortesano y còmplice de
la cruel tiranìa castrocomunista?
La respuesta exige que se desnude la
personalidad de este autor. Eso lo hacen de maravilla competentes psiquiatras y psicoanalistas.
Serìa un estudio muy conveniente y
de urgente divulgación pùblica masiva porque esta perversa mitologìa
revolucionaria regalada sin escrùpulos por el chavismo usando como mentira
utilitaria la petrolera espada de
Bolìvar, es capaz de cegar no sòlo a talentos individuales sino que ha desgarrado las venas latinoamericanas de
sangre joven y pura envenenando pueblos ignorantes, muy pobres,aptos para ser sacrificados y esclavizados por
sectas fanatizadas, oportunistas y criminales, mitomanìacas, como lo comprobamos
durante esta crisis venezolana, en plena vigencia.
Ya
es hora de crecer tambièn literariamente
, de rescatar ,de reconocer lo esencial y enfatizar el ingenio duro, serio y comprometido, tradición por demàs muy venezolana
Alicia Freilich
alifrei@hotmail.com
@aliciafreilich
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