“El diálogo no impone, no manipula, no doméstica, no esloganiza” Paulo Freire (1921 – 1997), Pedagogo brasileño.
La
única forma de buscar solución a un conflicto, es mediante el diálogo sincero y
con resultados concretos. Las partes en conflicto, deben empezar por
reconocerse y reconocer que existen problemas, a los cuales hay que abordar y
solucionar. Fijar puntos de coincidencia y trabajar en los temas álgidos, que
permitan bajar los niveles de conflictividad. En esa premisa todos estamos de
acuerdo. Entonces abrir la posibilidad
del diálogo, con un mediador independiente, equilibrado y que goce de la
confianza de las partes, es una excelente señal. Un largo camino se inicia con
el primer paso.
La
situación del país es caótica. Inseguridad, inflación, devaluación,
desabastecimiento, desempleo, corrupción, servicios públicos ineficientes,
represión salvaje y brutal, violación de derechos humanos, grupos violentos y
armados que gozan de impunidad y un
gobierno inepto e incapaz, crearon este estado de conflictividad e
ingobernabilidad. Las protestas están más que justificadas, porque la gente
está consciente de que esta revolución, nos empobreció y arruinó en medio de la
más gigantesca y prolongada bonanza petrolera. Gobierno rico y pueblo depauperado. Lo que está a la vista no
necesita anteojos.
Esos
y otros problemas, repito crearon este estado de conflictividad e
ingobernabilidad. La grave crisis en que está sumido el país, requiere de un
diálogo productivo y con resultados concretos. Una negociación, dónde empecemos
por reconocer, que el gobierno de Maduro y su camarilla de incapaces, no son la
solución de los problemas. Ellos son el problema. Tienen todo el poder,
controlan todas las instituciones, la gran mayoría de los gobiernos regionales
y locales, el parlamento y cuanto órgano legislativo existe en el país y para
que no quede dudas, también “administran” la bonanza petrolera. Abundancia con
escasez de criterio. Midas al revés.
Las partes en conflicto son los estudiantes y el gobierno. No olvidemos que fueron los estudiantes, los cuales iniciaron las protestas, por el tema de la inseguridad. El conflicto fue creciendo al extremo de obligar al gobierno a aceptar el diálogo y la mediación. Las partes en conflicto son los líderes de las protestas y el gobierno.
No pueden arrogarse la representación de los
estudiantes y la sociedad civil, los partidos, que se opusieron y se oponen, a
las protestas. Esos diálogos serían una estafa y no desmovilizaran las
protestas. Hay que afinar la puntería y entenderse y reconocer a los
protagonistas de las luchas, porque de lo contrario estarían acrecentando el
descontento y la paz del país estará en riesgo. Tonto el que cree que los demás
son tontos ¿Diálogo? ¿Con quién? No os equivoquéis.
José “Cheo” Salazar
jose307@gmail.com
@
Cheotigres
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