Con la inicua, ilegal y arbitraria decisión
del Sr Diosdado Cabello, Presidente de la Asamblea Nacional, de suspender de su
cargo como Diputada a María Corina Machado, queda demostrado que en Venezuela,
por encima del Estado de derecho, está la politiquería, y que no se respeta la
Constitución, ni las leyes, ni al pueblo que la eligió en elecciones.
No es democrático, ni justo, ni razonable,
que un Estado que decreta la muerte política, a una ciudadana diputada que no
ha cometido ningún delito, ni se ha robado un solo bolívar, ni ha sido
condenada por ningún juez, no le perdonaron que destapara el cartel de la corrupción, que denunciara irregularidades del régimen
socialista-comunista, y que luchara en beneficio de los electores que la llevaron a ser Diputada.
Tienen miedo
que se destapara la olla podrida de la corrupción. Los directivos de la
Asamblea Nacional no fueron justos, ni imparciales, solo acatan los fallos de
los jueces si les son favorables y los descalifican si les son desfavorables.
Hacen lo que les da la gana, priman sus intereses personales y partidistas, a
la politiquería q es un porcentaje más alto que la oposición en la Asamblea.
Se impuso el complot al que se presta un
periodismo gobiernero sin independencia, sin veracidad y sin objetividad,
porque son el brazo ejecutor del régimen socialista-comunista. Violaron la
Constitución y la Convención interamericana de Derechos Humanos; y a pesar que
la Corte Constitucional, ha establecido en reiterada jurisprudencia, la
obligatoriedad de acatar las medidas cautelares de la CIDH; la Asamblea Nacional
y el Sr Presidente Maduro las desacatan. Violaron las decisiones populares de los ciudadanos que votaron y que llevaron
a María Corina Machado a ser Diputada a la Asamblea Nacional.
Como buenos leguleyos Psuvistas interpretaron
las normas a su conveniencia, para justificar lo injustificable. Se oponen a
que la CIDH intervenga en defensa de los derechos de María Corina Machado, pero
invocan su apoyo para sacar adelante un espurio proceso de paz; o para que
supuestamente no haya impunidad y se imparta justicia a los prisioneros
políticos como Simonovis, Henry Vivas, Forero, 8 policías metropolitanos, el
General Baduel y tantos otros que llenarían la cuartilla de este artículo, como
así lo exigen los abogados defensores a la Corte Penal Internacional. Viven cuestionando
al gobierno de otros países por desconocer los
derechos humanos, pero aquí es peor. Esa es la ley del embudo y la doble
moral de este régimen socialista-comunista que desgraciadamente desgobierna a
nuestra Venezuela.
La institucionalidad democrática debería
estar por encima de la institucionalidad jurídica, la primera defiende la
voluntad ciudadana, el sentir de la opinión, de las mayorías, la segunda
defiende la veleidosa, voluble y caprichosa interpretación de las normas, por
funcionarios públicos o abusivos diputados, y sesgados jueces o magistrados
impedidos para fallar; que lo hacen de acuerdo con sus intereses, con
fallos amañados y parcializados.
No puede existir seguridad jurídica en
Venezuela, si las leyes, los convenios o los tratados no se cumplen y solo se les aplica a los
disidentes. Lo que impera es la arbitrariedad, el abuso de un inquisidor con
poderes omnímodos y dictatoriales, que se considera intocable, al que nadie
controla, ni le aplican las leyes por prevaricar, por incurrir en cohecho o en
desacato de las decisiones judiciales.
¿Por qué en defensa de los intereses
superiores de la patria el presidente viola constantemente la Constitución y
las Leyes venezolanas? ¿Por qué solo defiende sus intereses políticos, los de su partido PSUV y los del
régimen comunista de Cuba?. ¿Por qué las autoridades competentes no han actuado
con la misma diligencia y severidad, contra miembros del PSUV que están en
cargos claves del régimen y vinculados con el Ejecutivo y con los bienes de la
Dirección Nacional de Estupefacientes? ¿Por qué usa el poder para defender a sus amigos y acólitos y
condenar a quienes tienen ideas
contrarias? En Venezuela no hay democracia, ni institucionalidad jurídica, ni
división de poderes, hay autoritarismo, abuso del poder, señorío.
Zenair
Brito Caballero
britozenair@gmail.com
@zenairbrito
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