Desde los días previos al 12 de febrero
pasado, vimos relumbrar el movimiento antirrevolucionario reivindicativo del
sistema democrático impulsado y considerado irreversible por los estudiantes,
al que, ante la actitud exageradamente represiva del gobierno, con una
estrategia inducida por la experiencia se ha unido el pueblo democrático que
viene sufriendo los avatares de la malignidad y desastre económico y social en
que derivó la inexperta y forzada idea surgida del volcánico apuro volcánico
del difunto mesías. Y ante la barbarie enarbolada por el incapaz Maduro con
base en la metralla y el gas tóxico, se ha minimizado y propagado el clima
enrarecido a que dio origen el movimiento, cuya fertilidad ha transformado el
sosiego adolecido por la barbarie de los tres lustros, que hoy nos quieren
adosar como eterno; pero a la vista está, que no pasará. Por ella ha surgido la
resistencia democrática, que tenemos que catalogarla como un gran triunfo de
los estudiantes.
Muchos se han sentido defraudados por el giro
que tomó la reacción de la sociedad desesperada, cuya estrategia ha girado a
hacerse de la protesta permanente cada vez más fuerte y contestataria, dejando
al desnudo la incapacidad del gobierno para resolver las carencias que sufre la
población, soportando el engaño de la demagogia, que tratan de buscar el
enfrentamiento de los humildes, hartamente engañados, contra los que desde hace
quince años venimos enfrentando el adefesio creado por el difunto, sin ningún
sentido de racionalidad ni política ni lógica, en su intento por justificar los
equívocos del “por ahora” y la malicia emprendida a orden de los Castro.
No hay dudas, los estudiantes han encontrado,
como siempre el intelecto del venezolano, un nutriente fogoso para su lucha,
que surge de la estupidez de los esbirros gubernativos de declararles la guerra
“con todos los hierros” por lo que ordenaron el empleo de las “unidades de
batalla” y “colectivos armados”, apoyándose
en el uso abusivo de la “guardia del pueblo”. Su grito de guerra:
“candelita que se prende, candelita que se apaga”, con la que fundamentan el
abuso de la FAN que usa armas de fuego y
gases tóxicos, contrariando lo establecido en el artículo 68 de la CRBV. Han
puesto de “enemigo” nada más y nada menos que a los estudiantes, la savia valiosa
y valiente, que en todos los ámbitos y en todos los tiempos han impulsado los
cambios políticos y sociales, ya que la ortodoxia los desespera.
Muchos han visto como error el que no se haya
impulsado la protesta hacia un movimiento de masas para pedir la renuncia al
Maduro, pero olvidan el 11 de Abril, que a pesar de haberse logrado el objetivo
como fue la renuncia de Chávez, la falta de claridad del objetivo y agendas
ocultas de grupos, se transformó en un dantesco escenario que abortó el éxito
de ese memorable día. Hoy los escenarios son diferentes, sin embargo, la
necesidad de un objetivo claro y sin agendas ocultas es la guía de este
movimiento. Muy claros están los estudiantes al propiciar esta protesta: Ven
oscuro su futuro, cuando tratan de ideologizar la educación por la línea
comunista que de por si es un retroceso; ven grave el sufrimiento de sus padres
para proveer su alimentación y necesidades básicas; por eso, apoyan la lucha de
la comunidad contra los abusos y el proceder antidemocrático del gobierno. Ya
la comunidad internacional esta conteste con entender la situación de
Venezuela. Se ha generalizado el criterio, de que Venezuela es el único país
del mundo donde han sido clausurados todos los medios de difusión libres, los
pocos que permanecen operando están amedrentados ante amenazas de cierre o de
multas impagables. Están claros y lo conciben como una realidad ineludible que,
cuando no se pueden usar los medios democráticos porque no hay libertad, es
necesario utilizar otros medios que estén disponibles, y eso es lo que está
ocurriendo en Venezuela.
Lo dijimos antes con las palabras de Fernando
Londoño: “Lo que pasa en Venezuela tenía que llegar y llegó, así sea que
todavía falte lo peor”. Pareciera que asi lo vieron los estudiantes, como lo
han manifestado: “El momento llegó y continuaremos hasta el final”; sin
embargo, aunque pareciera un jaque mate, el mundo “revolucionario” juego al
encanto del “difunto eterno”, con la esperanza de que éste desde el más allá
los envalentone y les permita retrotraer el tiempo al momento del pasado
13-04-02 para que se cumpla lo de “todo 11 tiene su trece”, pero olvidan que
este 12-02-14, fue el día de la juventud y el gobierno les cambió su protesta
pacífica, por violencia, muerte y llanto, transformándole la ilusión en
desencanto. Ahora, solo el tiempo dirá el resultado de la amalgama de
estudiantes con su pueblo. Amanecerá y veremos. Lo cierto es, que el eslogan
“revolucionario” es ahora de la oposición: ¡la lucha sigue! y ¡hasta la
victoria siempre!
Enrique
Prieto Silva
eprieto@cantv.net
@Enriqueprietos
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