Para desviar los problemas del país y
siguiendo el guión cubano, Nicolás Maduro está solicitando poderes especiales
para supuestamente atacar la corrupción. Se valió de un show mediático, leyendo
un discurso donde citó autores que no ha leído y nunca leerá y asegurando que
hay corrupción focalizada del lado de la revolución pero que los grandes
corruptos del país están del lado opositor calificándolos de burguesía
parasitaria.
Lo cierto es que Maduro incurrió, al utilizar
el mencionado término, en lo que es denominado por psicólogos como una
proyección, toda vez que seguramente quiso referirse a la boliburguesía
parasitaria para agrupar a los boliburgueses, bolichicos, militares, ministros,
altos funcionarios públicos, contratistas rojitos y allegados al régimen que
desviándose de sus funciones han llenado
sus cuentas en dólares y se han enriquecido a cuesta de Venezuela.
Esa boliburguesía no deja de sorprendernos
cuando se habla de millones de dólares, baños con grifos de oro, ostentosos
apartamentos, yates y aviones, que en la actual circunstancia de Venezuela,
ciudadanos honestos no podrían alcanzar por la grave crisis económica en la que
está sumergido el país, ya que a duras penas el sueldo alcanza para satisfacer
las necesidades básicas como alimentación, servicios públicos, transporte y
educación.
Sin necesidad de crear nuevas leyes, Maduro
podría dedicarse realmente a combatir la corrupción, desenmascarando a la
boliburguesía parasitaria que tanto daño a hecho a Venezuela y demostrar a los
venezolanos y al mundo que está dispuesto a luchar contra la corrupción con
acciones como: (i) Publicar la Declaración Jurada de Patrimonio de los altos
funcionarios públicos (incluido el presidente de la República), alto mando
militar, diputados, gobernadores y alcaldes; (ii) desalojar a los inquilinos
que se encuentran en La Casona, ya que ese inmueble está destinado para quien
ocupa la presidencia de la República y no para familiares de ex presidentes,
así como debería eliminar los privilegios que actualmente ostenta la infanta
criolla; (iii) Investigar a boliburgueses, bolichicos y a los militares,
ministros, altos funcionarios públicos, contratistas rojitos y allegados al
régimen con la misma pasión y celeridad que lo hacen con los dirigentes
opositores; (iv) prescindir de los servicios de su hijo a quien le inventó el
cargo de “inspector general” sin tener experiencia ni formación en la materia,
creando más burocracia innecesaria en la estructura estatal y nepotismo.
Ahora, volviendo a la realidad, la cruzada
anticorrupción que se emprendió esta semana es solo un pote de humo y los
resultados son previsibles: persecución política a la disidencia, imputaciones
y encarcelamientos, confiscación de bienes, lo cual en su conjunto forma parte
del plan que se orquesta en la Habana para eliminar a la oposición. No debemos
olvidar que Nicolás Maduro está subordinado a los hermanos Castro quienes han
sido y son los grandes parásitos del régimen.
zulmairegonzalez@gmail.com
En sentido propiamente psicoanalítico, se entiende que la proyección es un mecanismo de defensa que se pone en marcha fundamentalmente en situaciones de conflicto emocional o amenaza (de origen interno o externo), donde el sujeto atribuye a otras personas u objetos los sentimientos, impulsos o pensamientos propios que resultan inaceptables para él mismo
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