Solo hay una manera de decirlo: Ir a las
elecciones el 14A con las mismas condiciones del 7-O, equivale a perder las
elecciones. Y nos preguntamos, ¿porque es tan difícil de entender eso? ¿Porque
la oposición insiste en darse golpes contra de una pared totalitaria? Se lo
hemos indicado de muchas de maneras desde hace mucho tiempo, pero no ha sido
posible que el nuevo Comando Venezuela-ahora Simón Bolívar-, lo entienda: hay
fraude en el proceso y no hay manera que nadie que se enfrente al gobierno en
las condiciones impuestas por el CNE le gane NINGUNA elección.
Algunos dirán que es por la vocación
democrática del venezolano de ir y volver a ir así nos roben el voto. Que el
voto es el único instrumento del demócrata para cambiar gobiernos. Pero,
¿todavía la dirigencia opositora no ha caído en cuenta que este gobierno NO ES
DEMOCRATICO? ¿Que se robaran hasta el cansancio los votos porque tienen
secuestrada la institución garante del proceso
y las elecciones no son justas? ¿Hasta cuándo seguiremos la misma senda?
Pero hay una diferencia entre querer
comprenderlo e ignorarlo. Si sabes que vas a perder una elección amañada, es
diferente a que vayas- y nos lleven-, a una elección diciendo que ES POSIBLE
GANAR. Las estrategias a aplicar son significativamente diferentes.
Si sabes que te estás enfrentando al poder
del Estado y vas a perder, entonces el problema se circunscribe a qué
estrategia aplicar para recuperar el país perdido. Si vas pensando que vas a
ganar un proceso que no es posible ganar y luego aceptar lo que te diga un CNE
corrupto, eres tan o más responsable de eso que el gobierno, porque lo
legitimas. Vaya problema.
Quiero volver a señalar el caso de las
elecciones presidenciales de Perú en el año 2000, donde el candidato Alejandro
Toledo pidió que no votasen para la segunda vuelta, aduciendo falta de
transparencia y credibilidad en el sistema electoral
(ver
http://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Per%C3%BA_de_2000).
Toledo
estaba convencido del fraude electoral en las elecciones y amenazó con
retirarse, llamando a la población a no votar en la segunda vuelta. El gobierno
de Fujimori ganó con el 74% pero tres meses después el gobierno ilegitimo
terminaba con la fuga del Presidente al Japón.
La estrategia de Toledo no se concentró en
“ganar” algo imposible de ganar, sino deslegitimar al gobierno de Fujimori y
continuar su lucha contra un gobierno autocrático y dictatorial, que había
olvidado su origen democrático persistiendo en perpetuarse en el poder. Si
Toledo hubiera participado en esa farsa por el dogma de “no llamar a la
abstención” los peruanos no hubieran regresado a la senda democrática. Pero ni
Toledo se retiró, ni los peruanos se abstuvieron. Votaron nulo en un 29,9%.
Entonces las estrategias difieren cuando se
sabe que se hará fraude, que cuando se cree que el proceso es limpio o se
piensa que existe alguna posibilidad remota de ganar. Pues con el CNE de las
captahuellas y el SAI, las maquinas a la entrada de los centros y las
movilizaciones del PSUV amenazando con quitarle las Misiones a su militancia,
esa posibilidad debe desaparecer definitivamente de la mente del candidato
opositor.
Esto nos deja con una sola opción: el
candidato está dejando al azar el resultado del proceso del 14A. Está apostando
en una ruleta arreglada. Y nos está diciendo que ganará unas elecciones en las
mismas condiciones- o peores- con las que fue el 7-O y perdió.
El pasado 20 de Marzo un grupo de venezolanos
publicamos una Carta Abierta en ocasión a las elecciones del 14 de Abril de
2013 (ver
http://declaraciondecaracas.blogspot.com/2013/03/ante-las-elecciones-del-14-de-abril.html).
En ella expresamos la preocupación que legítimamente tenemos muchos venezolanos
acerca de la insistencia del candidato y el Comando Simón Bolívar no exigir
condiciones para participar en las próximas elecciones, indicando expresamente
cuales son esas condiciones que deben ser exigidas.
Una cosa es ir a unas elecciones que sabes
que vas a perder y exigir pulcritud en el proceso, amenazando con retirarte
–como Toledo -, si no se cubren esas exigencias, y otra muy diferente es ir sin
pedirlas. Lo segundo significará que al aceptar medirte en esas condiciones,
estarás aceptando cualquier resultado que provenga de allí.
Pero hay algo que no se ha hecho notar y que
pienso es aún más importante que solicitar unas condiciones que un régimen
castrocomunista no va a dar: y es QUE SE VA A HACER SI NO SE DA UN PROCESO
LIMPIO…Obviamente se va a perder. Pero se puede salir revolcado de ese proceso
pero también se puede caer parado.
De allí es que debe realmente partir la
oposición democrática del país. Si un candidato opositor sale perdiendo de un
proceso amañado advertido por el ANTES de las elecciones, su posición política
es de mucho mayor fortaleza para una lucha posterior que si SE ENTREGA en
bandeja de plata a un fraude.
Nadie le está pidiendo a Capriles que se
prenda candela al frente del CNE por unas condiciones que sabemos que no le van
a dar. Lo que le pedimos es QUE LAS EXIJA por los cuatro costados del país y
que nos diga QUE ES LO QUE VA A HACER SI EL GOBIERNO NO LAS CUMPLE. Si lo hace
todos le acompañaremos, no solo con nuestros votos, sino con la lucha que
inmediatamente se tendrá que dar al primer minuto de conocer el resultado.
¿Se dan cuenta de la diferencia? Una cosa es
tener un candidato realizando una campaña de diferenciación con el gobierno
heredero, tratando de recaudar unos votos que de una manera u otra ya están
cantados, que una desafiando al gobierno indicándole que si no da una pelea
justa, no se reconocerá un ganador ilegitimo. Son dos cosas completamente
diferentes.
Los venezolanos conocemos el lance de
“Florentino y el Diablo”, el inmortal poema llanero de Alberto Arvelo
Torrealba. Una fuerza de la obscuridad tratándose de llevar el alma de
Florentino pero éste, no solo le gana la copla con inteligencia, llevándolo
hasta el amanecer, sino que lo desafía invitándolo al duelo ripostando que solo
duele perder lo que no se ha defendido. Y el Diablo le dice que precisamente
¡por eso es que quiere su alma! Porque “lo que se perdió no importa si está de
pies el vencío”…
“FLORENTINO
Que duele y da escalofrío...
Dáme campo pensamiento
y dáme rienda albedrío
pá'enseñarle al que no sabe
a rematar un corrío.
Cimarrones hay que verlos,
de mautes no le porfío;
puñal, sáquelo si quiere
a ver si repongo el mío.
Duele lo que se perdió
cuando no se ha defendío.
EL DIABLO
Cuando no se ha defendío
lo que se perdió no importa
si está de pies el vencío.
porque el orgullo indomable
vale más que el bien perdío.
Por eso es que me lo llevo
con la nada por avío
en bongo de veinte varas
que tiene un golpe sombrío.
Y vuelvo a cambiarle el pie
a ver si topa el atajo.
FLORENTINO
A ver si topa el atajo.
Cuando se fajan me gusta
porque yo también me fajo.
"Zamuros de la Barrosa
del alcornocal de abajo:
ahora verán, señores,
al Diablo pasar trabajo".[1]
A partir de esta última estrofa el Diablo
comenzó a perder con Florentino, dispuesto a llevar hasta las últimas
consecuencias el desafío, reconociendo el Diablo “que el orgullo indomable vale
más que el bien perdío”. La fuerza de eso es única y telúrica. Bien les valdría
a nuestros políticos seguir los consejos de las raíces más profundas de nuestra
venezolanidad, y desafiar la obscuridad como lo hizo Florentino. De pronto le
podrían también ganar al Diablo…
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter: @laguana
[1]
Extracto del poema “Florentino y el Diablo” de Alberto Arvelo Torrealba, 1940
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