“Llevadera es la labor cuando muchos comparten la faena.” Homero
Para las elecciones del 16/D en Carabobo, las reglas del juego deben permitir la coexistencia de la pluralidad, conformando una región de fuerte sociedad civil, con movilidad creciente, social y política, con reglas que permitan una dinámica sólida y auto-concentrada dentro de una estructura electoral diversificada y diferenciada pero pujante y de nítidos referentes sociales con capacidad de unidad, mas no de uniformidad, que permita alterar el rumbo que lleva el estado, mas no las reglas mismas convenidas en consenso, que permita la discusión constructiva para así lograr un régimen por el cual todos sepamos que el destino de Carabobo depende de nosotros mismos.
JUNTOS PERO NO REVUELTOS |
Según la política moderna, la falta de posibilidad de establecer un sistema razonable de disentir, un sistema para resolver las antinomias es lo que constituye peligro, esa es la interrogante que queda abierta, ¿estamos dispuestos a lograr el respeto al disentimiento político? ¿Estamos en capacidad de ceder, sinceramente, nuestros intereses personales y tradicionales a favor de asumir una actitud proactiva que proyecte la unidad política que necesita Carabobo?
Por encima de todo existe una idea básica e innegociable, la meta común que debe ser el derrotero de los carabobeños y sus líderes naturales, es ganar la gobernación el 16/D, por ello las reglas electorales deben contener el mecanismo apropiado para lograr ese objetivo, aquí es donde el ingenio debe prevalecer para diseñar mecanismos sencillos y aceptables para motivar el voto, recuerdo una frase de Henry Ford, cito: “Llegar juntos es el principio; mantenerse juntos es el progreso; trabajar juntos es el éxito”. La campaña electoral a la gobernación debe estar impregnada de imaginación y creatividad para formular iniciativas y propuestas que verdaderamente tiendan a modificar la realidad en la cual estamos sumidos y no entregar el estado a la ignominia roja.
La rebeldía o disentimiento social, en su sentido más alto, deviene de la autenticidad del pensamiento, del disentimiento como reacción del espíritu, de la crítica como culto a la verdad frente a la injusticia y la mentira. El disentimiento es una manifestación que refleja el pluralismo político, promueve y encauza la participación de los ciudadanos y contribuye a la formación y manifestación de la voluntad popular.
El derecho a disentir es un derecho innato en los seres humanos y hoy ese disentimiento se puede manifestar en apatía electoral para el 16/D, por tal razón, la vitalidad social manifiesta el 7/O ha de ser revitalizada, conducida y encausada con el objeto de lograr su verdadera dimensión creativa para llevar a Carabobo por la senda de la gobernabilidad, la expresividad carabobeña es prueba fehaciente de una sociedad viva, compuesta por ciudadanos que defienden sus intereses, que tienen objetivos políticos definidos, que son racionales y razonables, por ello esa expresividad no debe decaer, no debe debilitarse.
Las potencialidades disidentes existe, por lo demás, el gobernador tiene la palabra para su convocatoria.
Fernando Facchin B.
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