Catorce años viviendo con el chavismo no
pasan en vano. Como no pasan en vano los años de convivencia con nuestra pareja
o nuestros hijos. Uno termina sabiendo qué van a decir o a hacer ante
determinadas situaciones.
Convivir con el chavismo pasó de las
sorpresas iniciales a la adivinación acertada y casi aburrida por previsible.
Ya todos sabemos que el chavismo resuelve sus entuertos apelando a sus
“culpables habituales”, léase el Imperio, la CIA, el sionismo, el sabotaje, las
iguanas, los rabipeleos y los zamuros. Las mas recurridas sin duda, la
“oposición golpista”, la dictadura (?) de Carmona y claro está, la Cuarta.
La semana que concluye concentró
–peligrosamente- un número importante de siniestros para el gobierno: la caída
del puente de Cúpira; la cadena cortada de Guayana; el drama de Yare, capitulo
68 y la tragedia por las lluvias, capitulo 180.
Cuatro eventos que no hubieran acarreado
mayores aspavientos de no ser porque estamos a poco menos de 45 días de un
evento electoral decisivo.
En cada uno de los 4 incidentes de esta
semana, el factor común, -al igual que en todos los ocurridos a lo largo de
estos 14 años- ha sido la absoluta improvisación. La declaración atolondrada.
La negligencia originaria. El despelote. La imprudencia…y la culpa endilgada a
otro. Nada que nos sorprenda ya.
Pero la tragedia de Amuay resultó diferente y
por eso estas líneas.
Los ciudadanos pasamos las primeras horas en
esa atmosfera espesa que generan estas catástrofes: espanto, pesar, angustia.
Nos afligen las cifras de muertos que se elevan y atenaza el miedo de que los
incendios y las explosiones continúen. Es mayor el dolor que el repaso afligido
al drama de la falta de mantenimiento.
Pero en las redes los mensajes pasan, sin
solución de continuidad, entre los que comentan la catástrofe y los que
informan sobre el importante simulacro del CNE a realizarse el domingo. De pronto
un rumor empieza a circular “Como que van a suspender el simulacro”…
Es en ese momento que la bruja que me habita
empieza a encender luces rojas de alarma que descarto.
¿Qué tiene que ver una cosa con otra? No
tiene sentido. Al intercambio en las redes se suman las llamadas telefónicas y
una frase lapidaria “Suspenderlo sería un mal precedente”…
Como un tizón quemándome la piel, revivo
aquel 15 de diciembre de 1999, día del referendo para aprobar la Constitución
cuando los cerros se desplomaban por las lluvias y el evento electoral no sólo
no se suspendió sino que ese día fue la primera vez que se aplicó una
prórroga…y luego otra…y otra mas hasta completar tres. Vargas se hundía,
Miranda se ahogaba…pero no suspendieron el referendo. Chávez lo tenía ganado.
La televisión me sustrae del recuerdo y me
trae de vuelta a este 25 de agosto de 2012. En la pantalla Tibisay Lucena
anuncia al país que se suspende el simulacro por duelo.
No termino de asimilar el desatino cuando la
pantalla empieza a presentar un ballet sincronizado de imágenes de Amuay. Habla
el ministro Ramirez. Se presenta Jaua con la gobernadora de Falcón. La ministro
Sader informa del tratamiento de los quemados. Y los testimoniales
perfectamente confeccionados donde la población agradece la gestión
gubernamental, la celeridad en la atención al problema, la eficiencia de la
respuesta oficial. Ni una queja.
Algo suena mal, disonante.
No hay llantos como esos desgarrados que
vimos en lo de Yare, en lo de Cúpira, en lo de las inundaciones. Ese llanto de
pérdida que rompe la garganta y desencaja las facciones. Tampoco hay reclamos
viriles como los de los obreros de Guayana.
Los “testimoniantes” –permítaseme la palabra
inventada- exhiben una extraña “serenidad” ante la tragedia y las pérdidas.
La gobernadora de Falcón pasa oportunamente
los micrófonos de uno a otro, condescendiente y sobre todo cariñosa. Los que
declaran están todos muy limpios. No lucen trasnochados. Tampoco reflejan miedo
o desconcierto, no están desencajados como imponen las imágenes del fuego
devastador. Expresan mucho agradecimiento, sólo agradecimiento… Demasiado
agradecimiento.
No piden ni agua.
Los altos funcionarios también están
asombrosamente serenos. Jaua no es el mismo en Amuay que en Cúpira hace apenas
días cuando cometió la torpeza de olvidar que la re-centralización arrebató a
la gobernación la potestad de mantener las vías.
Todo huele, luce y sabe a “coreografía”.
Los afectados declaran extrañamente
“desafectados”.
En twiter escribo furiosa: “Prevenir no se le
da bien al gobierno…pero aprovechar INMORALMENTE la tragedia para hacerse
propaganda sí…Eso se paga…”.
Otro twitero escribe: @TiaPanaYo: Noooo, la
vaina no es politizar la tragedia pero en VTV solo veo a afectados #Amuay con
franelas y gorras rojas #MegaFail
La única que se les chispoteó en la fría
coreografía fue una mujer que habló de los saqueos y el miedo a dejar sus
casas. Sí, la mujer dijo saqueos…No se volvió a hablar de ellos.
De nuevo la memoria me trae un lejano y
doloroso recuerdo, el de Tacoa. Y revivo el dolor y la zozobra de aquel
incendio. Nadie hizo un acto político de aquella tragedia y recuerdo que hubo
investigación y también detenidos.
Un nuevo contacto con VTV interrumpe mis
recuerdos y, de nuevo, continúan los testimoniales agradecidos. En este punto
la lógica se impone y rechaza la incongruencia que estamos escuchando.
Lo dicho, catorce años conviviendo con el
chavismo no pasan en vano.
Y aquí les reescribo lo que escribí unos
párrafos mas arriba:
“En cada uno de los 4 incidentes de esta
semana, el factor común, -al igual que en todos los ocurridos a lo largo de
estos 14 años- ha sido la absoluta improvisación. La declaración atolondrada.
La negligencia originaria. La imprudencia. El despelote. La imprudencia…y la
culpa endilgada a otro.”
Oh sorpresa…nada de esto ocurrió con lo de
Amuay.
Y de pronto la bruja que me habita me siembra
una idea que me inquieta: qué rápido montaron el acto político. Será que no les
tomó por sorpresa? Será que esto es un “simulacro”… pero de otra cosa?
Quiero descartar la idea tenebrosa que está
adquiriendo cuerpo en mi cabeza pero la memoria e internet traen a la
superficie una amenaza proferida por Chávez en abril de 2006:
“Asunción. El presidente Hugo Chávez advirtió
en esta ciudad que está dispuesto a volar los campos petroleros si Estados
Unidos realiza una invasión a Venezuela. Chávez expresó …”no nos quedaría más
alternativa, volar nuestros propios campos petroleros, pero no se van a llevar
ese petróleo”, informó AP”.
http://noticias.eluniversal.com/2006/04/20/pol_art_20106B.shtml
No. Estados Unidos ni tuvo, ni tiene
intención de invadirnos…pero la frase fue proferida y está registrada. No
corremos peligro de invasión pero estamos viviendo un momento mucho mas
delicado donde la concentración de tragedias añade velocidad al desmoronamiento
de un Chávez agotado y envejecido y por contraste, eleva las esperanzas
alrededor de la candidatura joven y vigorosa de Capriles.
Hay mucho en juego.
Conozco como ud. el chavismo con el que
convivimos desde hace 14 años, un chavismo aferrado a la eternidad, sabemos
cómo actúa, cómo piensa y cómo responde cuando está en dilemas. Objetivamente
hago el frío recuento de un régimen que no ha hecho duelo por más de 150.000
venezolanos muertos por la violencia, que hace hospitales en Uruguay, le da
electricidad a Nicaragua a costa del bienestar de los venezolanos, que regala
petróleo a Cuba, que deja caer los puentes y morir de mengua en los hospitales,
y objetiva y fríamente, concluyo que un régimen así, no tendría reparo en
sacrificar una refinería y 50 muertos para seguir en el poder. La permanencia
de la revolución no escatima en sacrificios.
El simulacro electoral fue suspendido…
¿Qué otra cosa querrían suspender? …
@olgak26
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Todo lo que está pasando no es sólo negligencia sino desinterés. Los políticos de la nomenklatura venezolana se parecen tanto a lo que se lee en el libro de un autor argentino (Carlos Aga) que se titula "La Maldición Argentina" y que describe cómo se abandona el régimen de controles republicanos para instaurar una "cleptocracia", se fraguan los regímenes electorales, y se falsifica la democracia para instaurar una minoría en el poder.
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