martes, 28 de agosto de 2012

OLGAK, LA BRUJA QUE ME HABITA

Catorce años viviendo con el chavismo no pasan en vano. Como no pasan en vano los años de convivencia con nuestra pareja o nuestros hijos. Uno termina sabiendo qué van a decir o a hacer ante determinadas situaciones.
Convivir con el chavismo pasó de las sorpresas iniciales a la adivinación acertada y casi aburrida por previsible. Ya todos sabemos que el chavismo resuelve sus entuertos apelando a sus “culpables habituales”, léase el Imperio, la CIA, el sionismo, el sabotaje, las iguanas, los rabipeleos y los zamuros. Las mas recurridas sin duda, la “oposición golpista”, la dictadura (?) de Carmona y claro está, la Cuarta.
La semana que concluye concentró –peligrosamente- un número importante de siniestros para el gobierno: la caída del puente de Cúpira; la cadena cortada de Guayana; el drama de Yare, capitulo 68 y la tragedia por las lluvias, capitulo 180.
Cuatro eventos que no hubieran acarreado mayores aspavientos de no ser porque estamos a poco menos de 45 días de un evento electoral decisivo.
En cada uno de los 4 incidentes de esta semana, el factor común, -al igual que en todos los ocurridos a lo largo de estos 14 años- ha sido la absoluta improvisación. La declaración atolondrada. La negligencia originaria. El despelote. La imprudencia…y la culpa endilgada a otro. Nada que nos sorprenda ya.
Pero la tragedia de Amuay resultó diferente y por eso estas líneas.
Los ciudadanos pasamos las primeras horas en esa atmosfera espesa que generan estas catástrofes: espanto, pesar, angustia. Nos afligen las cifras de muertos que se elevan y atenaza el miedo de que los incendios y las explosiones continúen. Es mayor el dolor que el repaso afligido al drama de la falta de mantenimiento.
Pero en las redes los mensajes pasan, sin solución de continuidad, entre los que comentan la catástrofe y los que informan sobre el importante simulacro del CNE a realizarse el domingo. De pronto un rumor empieza a circular “Como que van a suspender el simulacro”…
Es en ese momento que la bruja que me habita empieza a encender luces rojas de alarma que descarto.
¿Qué tiene que ver una cosa con otra? No tiene sentido. Al intercambio en las redes se suman las llamadas telefónicas y una frase lapidaria “Suspenderlo sería un mal precedente”…
Como un tizón quemándome la piel, revivo aquel 15 de diciembre de 1999, día del referendo para aprobar la Constitución cuando los cerros se desplomaban por las lluvias y el evento electoral no sólo no se suspendió sino que ese día fue la primera vez que se aplicó una prórroga…y luego otra…y otra mas hasta completar tres. Vargas se hundía, Miranda se ahogaba…pero no suspendieron el referendo. Chávez lo tenía ganado.
La televisión me sustrae del recuerdo y me trae de vuelta a este 25 de agosto de 2012. En la pantalla Tibisay Lucena anuncia al país que se suspende el simulacro por duelo.
No termino de asimilar el desatino cuando la pantalla empieza a presentar un ballet sincronizado de imágenes de Amuay. Habla el ministro Ramirez. Se presenta Jaua con la gobernadora de Falcón. La ministro Sader informa del tratamiento de los quemados. Y los testimoniales perfectamente confeccionados donde la población agradece la gestión gubernamental, la celeridad en la atención al problema, la eficiencia de la respuesta oficial. Ni una queja.
Algo suena mal, disonante.
No hay llantos como esos desgarrados que vimos en lo de Yare, en lo de Cúpira, en lo de las inundaciones. Ese llanto de pérdida que rompe la garganta y desencaja las facciones. Tampoco hay reclamos viriles como los de los obreros de Guayana.
Los “testimoniantes” –permítaseme la palabra inventada- exhiben una extraña “serenidad” ante la tragedia y las pérdidas.
La gobernadora de Falcón pasa oportunamente los micrófonos de uno a otro, condescendiente y sobre todo cariñosa. Los que declaran están todos muy limpios. No lucen trasnochados. Tampoco reflejan miedo o desconcierto, no están desencajados como imponen las imágenes del fuego devastador. Expresan mucho agradecimiento, sólo agradecimiento… Demasiado agradecimiento.
No piden ni agua.
Los altos funcionarios también están asombrosamente serenos. Jaua no es el mismo en Amuay que en Cúpira hace apenas días cuando cometió la torpeza de olvidar que la re-centralización arrebató a la gobernación la potestad de mantener las vías.
Todo huele, luce y sabe a “coreografía”.
Los afectados declaran extrañamente “desafectados”.
En twiter escribo furiosa: “Prevenir no se le da bien al gobierno…pero aprovechar INMORALMENTE la tragedia para hacerse propaganda sí…Eso se paga…”.
Otro twitero escribe: @TiaPanaYo: Noooo, la vaina no es politizar la tragedia pero en VTV solo veo a afectados #Amuay con franelas y gorras rojas #MegaFail
La única que se les chispoteó en la fría coreografía fue una mujer que habló de los saqueos y el miedo a dejar sus casas. Sí, la mujer dijo saqueos…No se volvió a hablar de ellos.
De nuevo la memoria me trae un lejano y doloroso recuerdo, el de Tacoa. Y revivo el dolor y la zozobra de aquel incendio. Nadie hizo un acto político de aquella tragedia y recuerdo que hubo investigación y también detenidos.
Un nuevo contacto con VTV interrumpe mis recuerdos y, de nuevo, continúan los testimoniales agradecidos. En este punto la lógica se impone y rechaza la incongruencia que estamos escuchando.
Lo dicho, catorce años conviviendo con el chavismo no pasan en vano.
Y aquí les reescribo lo que escribí unos párrafos mas arriba:
“En cada uno de los 4 incidentes de esta semana, el factor común, -al igual que en todos los ocurridos a lo largo de estos 14 años- ha sido la absoluta improvisación. La declaración atolondrada. La negligencia originaria. La imprudencia. El despelote. La imprudencia…y la culpa endilgada a otro.”
Oh sorpresa…nada de esto ocurrió con lo de Amuay.
Y de pronto la bruja que me habita me siembra una idea que me inquieta: qué rápido montaron el acto político. Será que no les tomó por sorpresa? Será que esto es un “simulacro”… pero de otra cosa?
Quiero descartar la idea tenebrosa que está adquiriendo cuerpo en mi cabeza pero la memoria e internet traen a la superficie una amenaza proferida por Chávez en abril de 2006:
“Asunción. El presidente Hugo Chávez advirtió en esta ciudad que está dispuesto a volar los campos petroleros si Estados Unidos realiza una invasión a Venezuela. Chávez expresó …”no nos quedaría más alternativa, volar nuestros propios campos petroleros, pero no se van a llevar ese petróleo”, informó AP”.
http://noticias.eluniversal.com/2006/04/20/pol_art_20106B.shtml
No. Estados Unidos ni tuvo, ni tiene intención de invadirnos…pero la frase fue proferida y está registrada. No corremos peligro de invasión pero estamos viviendo un momento mucho mas delicado donde la concentración de tragedias añade velocidad al desmoronamiento de un Chávez agotado y envejecido y por contraste, eleva las esperanzas alrededor de la candidatura joven y vigorosa de Capriles.
Hay mucho en juego.
Conozco como ud. el chavismo con el que convivimos desde hace 14 años, un chavismo aferrado a la eternidad, sabemos cómo actúa, cómo piensa y cómo responde cuando está en dilemas. Objetivamente hago el frío recuento de un régimen que no ha hecho duelo por más de 150.000 venezolanos muertos por la violencia, que hace hospitales en Uruguay, le da electricidad a Nicaragua a costa del bienestar de los venezolanos, que regala petróleo a Cuba, que deja caer los puentes y morir de mengua en los hospitales, y objetiva y fríamente, concluyo que un régimen así, no tendría reparo en sacrificar una refinería y 50 muertos para seguir en el poder. La permanencia de la revolución no escatima en sacrificios.
El simulacro electoral fue suspendido…
¿Qué otra cosa querrían suspender? …
@olgak26
Olgaknoticierodigital@gmail.com

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1 comentario:

  1. Todo lo que está pasando no es sólo negligencia sino desinterés. Los políticos de la nomenklatura venezolana se parecen tanto a lo que se lee en el libro de un autor argentino (Carlos Aga) que se titula "La Maldición Argentina" y que describe cómo se abandona el régimen de controles republicanos para instaurar una "cleptocracia", se fraguan los regímenes electorales, y se falsifica la democracia para instaurar una minoría en el poder.

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