El hecho de esta expresión no solo ofrece una
paz interior que a la gran mayoría de los venezolanos, hoy por hoy, la asume
con gran placer y sentido democrático que siempre hemos vivido desde los años
sesenta hasta la fecha. Es el hecho que inspira la alternabilidad representada
en el dicho popular que manifiesta el deseo de cambio, de cosas buenas y que
afirma, el arribo de eventos nuevos.
El “Presidente Saliente”, para la democracia
venezolana tradicional representa la salida airosa y llena de orgullo por la
labor hecha, hubiese sido excelente, buena, regular, o pésima; el caso del
Comandante Chávez el calificativo se le asigna desde el punto técnico, para no
ahondar en otros elementos políticos subyacentes de su gestión. Los cuales
evidencian que en políticas de Servicios, Seguridad, Inversión, manejo
Internacional, conducción en general, no nos ha ofrecido, sino un gran volumen
de promesas incumplidas.
Resultado de esta evaluación somera en este
artículo, cabe señalar, que los niveles de participación ciudadana se han
volcado con gran pasión hacia tres valores básicos. Justicia, igualdad y
libertad; asumir que estos han sido los valores que resultaran como la
sumatoria que logrará darle fecha de expiración a esta administración luego de
14 años, logran evidenciar lo que ya se percibe como el “presidente saliente”
para muchos.
Además de mostrar el calificativo “Saliente” en
un país que no existe, donde las estadísticas no van con la realidad del
desempleo, la miseria, la poca salud y el decrecimiento sistemático de la calidad de vida del venezolano; la
gestión en general del chavismo no tienen nada que mostrar para ser recordada
con beneplácito por parte del colectivo. Siendo de cada 1000 ciudadanos, un 2%
al 4% (Eseca), favorecido realmente de una gestión que deja un sinsabor
profundo a frustración.
Dentro de los grandes fracasos de la saliente
administración, dejará marcas inexplicables dentro del contexto de la vida
ciudadana, temas como los ya mencionados, los sumamos a tema de la soberanía,
asunto sagrado en todos los gobiernos de la vida Republicana de Venezuela,
sellada con el Carupanazo y Porteñazo en el gobierno de Rómulo Betancourt. Hoy
invadida la Nación con el visto bueno de Chávez, chino, boliviano, iraní, entre
otros. (Aspecto que preocupa para la próxima administración entrante)
El Presidente saliente, se acostumbró a mandar y
a no escuchar, traicionando su cometido, transformo la vida nacional en un
embrollo en el cual los valores, las instituciones y la nación que requerían
ser revisados y puestos a trabajar en base al bienestar social, se convirtieron
a través del imperio de leyes, en la pesadilla de todo un pueblo, incluyendo al
mundo revolucionario encantado por los cantos de la Sirena roja rojita.
Finalmente este saliente administrador de la
cosa pública, llega al final y sale con un profundo sesgo de corrupción,
difícil de auditar por lo menos en 100 años. Un entrante, que en vez de
prometer llega a cumplir, asegurando así su arribo. Hay un camino, es más que
un eslogan, es la agenda, la ruta, el flujograma de Progreso de un país, donde
sabemos que todos cabemos y hacia dónde vamos, aspecto vital hoy por hoy.
“A todo
saliente, le toca entregar al entrante”
joseponschene@hotmail.com
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