La presencia esta semana de Diego Arria en La Haya, poniendo una denuncia contra el mandatario Hugo Chávez por “crímenes de lesa humanidad” ante la Corte Penal Internacional, desde luego ofende, irrita, molesta al Comandante, a sus seguidores, y ni hablar de sus seguidores “religiosos”, que ahora resulta que son tantos y tan multitudinarios, pero sobre todo molesta a otra secta: la de los seguidores en la oposición del culto a la “no-polarización”, grupo este sí minúsculo, que desde hace años promueve una supuesta infalible fórmula para contrarrestar electoralmente al hegemón, receta pseudo científica que consiste en abstenerse de atacar a Chávez, su magna obra, ni siquiera nombrarlo en vano ¡mucho menos burlarse! ¡Y ni pensar en la herejía de denunciarlo!
Es tal la obsesión persistente en esta particular visión, que estos profetas del culto “antipolarizante” no vacilan lo más mínimo en criticar agriamente a Diego Arria por su iniciativa, y con igual acritud arremeten contra los “cobardes” que con su silencio avalan, semejante desafuero del precandidato, el cual según sus esclarecidas posiciones, estaría beneficiando la imbatible “estrategia polarizadora” de Chávez.
La pregunta que siempre me hago ante las irrupciones de esta singular cofradía opositora, es si ese grupo poblacional que presuntamente ha establecido un tenaz vínculo religioso/emocional con su comandante, un personaje tan inequívoco y tan palmariamente sinvergüenza, representa verdaderamente el segmento crucial a conquistar…
Alguien que todavía a estas alturas, y frente a la monumental obra de destrucción nacional, se pudiera sentir “herido” por una más que justificada, un millón de veces justificada, denuncia contra Chávez ¿ese es el venezolano al cual se le pretende atraer, conquistar, convencer para construir un país distinto?
Alguien que todavía a estas alturas, y frente a la sistemática campaña de demolición nacional, aún vacila o duda en aplicar el ancestral “voto castigo” ¿es un venezolano convocable mediante “llamados a la unión”? ¿Aunque sea prometiendo dosis equipolentes de clientelismo y las compensaciones “adecuadas”? ¿Que él ya recibe con una puntualidad todavía aceptable que justamente, perpetua su adhesión? ¿Prometiendo aplicar, ahora sí, un “socialismo auténticamente democrático”, que garantizaría repartos y chambas que él ya está recibiendo de alguna forma, de maleantes que ya sabe como vacilar, y sin tener que resolver dudas sobre “buenos por conocer”??
¿En serio es a ellos que debemos dedicar todo nuestro esfuerzo de captación y frente a los cuales tenemos que callar atrocidades mil veces irreparables, y la catástrofe inconmensurable provocada por el régimen más hampógeno, corrupto, negligente, inepto e irresponsable que haya existido en toda la historia venezolana?
Porque al parecer y según los sabuesos anti-polarización que ladran desde ayer contra las imágenes de Arria en La Haya, el poner una denuncia internacional contra un régimen que ha atropellado y destruido la vida de miles de venezolanos, es hacerle un gran favor a Chávez, y semejante razonamiento sólo puede sostenerse si se sostiene a su vez (desde luego con el apoyo cada vez más cuestionado de empresas encuestadoras cada vez menos transparentes) que una gran mayoría de venezolanos, aún están con Chávez, y lo sostienen y lo apoyan con fervor “…llueve, truene o relampaguee…”
Y es allí donde se podría estar cometiendo un error fundamental, porque esa mayoría, que aún está con Chávez, no se arrima a la oferta demagógica del comandante -aunque en eso sea un campeón invencible- porque considera insustituible a su supuesto líder, no, esa gente sigue, y seguirá pegada con Chávez y las incontables tetas que ofrece “su” estado, sencillamente porque desde la perspectiva de un instinto de conservación más que resabiado, aún no visualizan alternativa alguna que sea capaz de convencerlos, una alternativa que represente un cambio verdadero, un cambio si se quiere verdaderamente “revolucionario”, eso es todo en el fondo…
Y cuidado y es esa la carencia recalcitrante que se trata de encubrir en cada oportunidad, con este mito de “no polarizar” y otras cosmogonías de laboratorio electorero que se ponen a rodar…
Además aquellos que reiteradamente piden silencio contra Chávez, sin nombrarlo ni tocarlo, se me están comenzando a parecer mucho, a quienes podrían proponer más bien un alud de “borrones y cuentas nuevas” que en vez de hacer justicia, entre otras tareas impostergables, sólo tendría el único propósito de negociar y habilitar renovaciones temporales en el poder, pero ninguno de los cambios que todos anhelamos… cuidado porque por esa vía alguien tan “inobjetable” como el hermano Daniel Ortega, de tanta benéfica impunidad que recibió, regresó flamante y triunfalmente a la presidencia, como si en Nicaragua no hubiese pasado nada.
La diferenciación es importante que se establezca en la oferta opositora pero debería comenzar por el lado correcto, y situarnos claramente en la orilla de enfrente, desde donde debería hacerse el llamado y la convocatoria a la salvación del país, y se debería tratar de una invitación a cruzar el río: y no de pedirle a la gente que se quede y espere el siniestro relevo de quienes en el fondo, no pueden representar cambio alguno.
@FBoccanera
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