· La confrontación actual de Santos y Uribe ¿es o no una sorpresa?
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El gobierno de Chávez entre Santos y Uribe
Otra vez las FARC
· Un año de amistad disfuncional
· Las preguntas del mes
Juan Manuel Santos primer año en la presidencia
El 07 de Agosto, el Presidente Juan Manuel Santos cumplió un año de haber asumido la presidencia de Colombia.- Nunca se había medido en las urnas, no contaba con carisma y su trato con el pueblo era distante, a diferencia de su antecesor el Ex-presidente Alvaro Uribe (2002-2010) quien había sido antes alcalde de Medellín (1982-1983), Concejal (1984-1986), Senador (1986-1994) y Gobernador de Antioquia (1995-1997). Santos de 60 años, en lugar de subir peldaños conquistando cargos de elección popular, acumuló carteras ministeriales y una vasta experiencia en el manejo del Estado.
Juan Manuel Santos fue designado Ministro de Comercio Exterior durante el mandato de César Gaviria en 1991, en 1993 es elegido por el Senado, como “Designado a la Presidencia de la República”, siendo la última persona en ocupar tal posición pues un año después el cargo fue sustituido por el de Vicepresidente de la República. Entre 1995 y 1997 hizo parte del triunvirato que dirigió al Partido Liberal Colombiano, en 1997 Santos propuso una zona de distensión durante el gobierno de Samper y en 2000 es designado Ministro de Hacienda y Crédito Público, al final del mandato de Andrés Pastrana. Pese a mantenerse en el Partido Liberal durante su Congreso Nacional de 2003, se retira en 2004 y decide respaldar el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, organizando a finales de 2005 el Partido de la U (U por Uribe), para aglutinar a todas las fuerzas del Uribismo con miras a la reelección del entonces Presidente. Santos deja la dirección de este partido al ser reelecto Uribe y lograr que la U fuese la mayor bancada en el Senado. En julio de 2006, antes de tomar posesión por segunda vez, Uribe lo nombra Ministro de Defensa Nacional, cargo que desempeña hasta 2009, cuando decide trabajar en la búsqueda de la Presidencia de la República.
En marzo de 2010, ante el hecho que la Corte Constitucional de Colombia le impide al Ex-presidente Uribe presentarse a un tercer mandato, su ex-ministro de la defensa decide abiertamente competir en la carrera presidencial, con pleno apoyo del Partido de la “U”. En mayo del 2010, el electorado le brindó un apoyo contundente en la primera vuelta (47%) pero , al no obtener la mayoría absoluta (más del 50% de la votación), tiene que ir a una segunda vuelta contra el ex-alcalde de Bogotá y líder del partido verde Antanas Mockus, al que venció de forma arrolladora con 69% d los votos. Indiscutible victoria, en nuestra opinión, gracias a la popularidad y éxito que había adquirido en la lucha contra la narcoguerrilla junto a su antecesor.
Sus críticos califican sus saltos y alianzas como propios de un espíritu oportunista, con unas desmedidas ansias de poder, mientras sus amigos le consideran un hombre coherente, que nunca fue infiel a sus ideas, y un magnífico negociador. «Santos es un estratega, experto en manejar situaciones difíciles», señalaba durante la campaña electoral su director de campaña, el ex gobernador y ex embajador Carlos Rodado. «Tiene un concepto integral del Estado», agrega su actual vicepresidente, Angelino Garzón.
Es claro que Juan Manuel Santos ha decidido imponer un estilo propio. Ante ello, las posiciones varían. “Cuando ha pasado ya un largo año desde que Juan Manuel Santos llegara a la máxima jefatura de Colombia, la presidencia de la República, son más las sombras que las luces las que caracterizan a uno de los que parece ser, a tenor de los primeros elementos, uno de los mandatos más inocuos de la historia de este país.”[1] En sentido opuesto, sus aliados expresan ““…en estos primeros doce meses Santos ha impulsado una serie de temas que han resultado sorpresivos para la mayoría de los colombianos y que constituyen pasos muy importantes para Colombia en el contexto internacional…, Uno de los mayores avances, es haber entablado unas relaciones internacionales multipolares y basadas en el respeto de las normas básicas de convivencia del Derecho que dejan atrás las tensiones con vecinos como Venezuela, Ecuador y Bolivia, y superan el protagonismo de Estados Unidos en la agenda diplomática [2]. “De fronteras hacia adentro, el presidente Santos ha conseguido sacar al país de la polarización en el plano político y restablecer las normas del juego institucional con la persecución de la corrupción” [3]. Es innegable que Colombia se ha empinado en el ámbito internacional y que hoy tiene allí una mayor presencia y acción que hace un año.
La evaluación de este primer año de su cuatrienio resulta favorable, la aceptación ronda el 71%. Algunas políticas como la de “protección de las víctima, ley aunque tiene apenas unos meses de aprobada y su implementación demandará 10 años, la dimensión de su compromiso le abre un puesto en la historia. Es una ley para reparar a las víctimas del conflicto armado y restituir a los desplazados dos millones de hectáreas de tierras. El camino para aplicarla luce complicado, como lo ha admitido el propio Santos, quien alertó que la extrema derecha y la extrema izquierda conspiran contra ella. Una veintena de personas que reclamaban esos derechos han sido asesinadas desde que Santos la propuso.
En doce meses, su gobierno ha retornado más de 360.000 hectáreas de tierra a sus dueños que tuvieron que dejarlas, cuando los grupos armados ilegales, fueren guerrillas, paramilitares y/o narcotraficantes, los corrieron de sus propiedades. Esta legislación logró el apoyo de las Naciones Unidas, tal como lo dejó sentado el secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, quien estuvo presente en la expedición de la ley, en Bogotá y le expresó directamente: "Presidente: esta ley será su legado".
Además, el presidente Santos, logró consolidar a su alrededor una de las coaliciones políticas más grandes de los últimos tiempos en su país. El pasado mes de Julio consigue acuerdo político con el partido verde, el partido de Antanas Mukus, su opositor electoral y contra la voluntad del ex-candidato presidencial, logra un acuerdo de Unidad Nacional que incluye también al Partido Liberal, alcanzando así el 95 por ciento del Congreso, dejando solo al pequeño partido de izquierda Polo Democrático Alternativo (PDA), “el Polo”, en la oposición.
En contraste a esos logros, en materia de seguridad interna Santos ha perdido terreno en el legado que le dejó Uribe en la lucha contra las guerrillas comunistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y Ejército de Liberación Nacional (ELN).
"Han crecido los ataques guerrilleros, los sabotajes, el secuestro y los delitos urbanos; por eso en la ciudadanía hay una percepción de que ha aumentado la inseguridad", dijo Alfredo Rangel, director de la ONG Seguridad y Democracia.
Pero Rangel advirtió que esa situación no es sólo responsabilidad del gobierno de Santos, porque las guerrillas "se acomodaron a la nueva estrategia de las fuerzas militares para combatirlas". Además, aseguró que entre las filas castrenses hay una sensación de "falta de seguridad jurídica", lo que en parte habría generado "una baja en la intensidad de la ofensiva de las fuerzas militares".
La Fiscalía investiga más de un centenar de casos de ejecuciones de civiles por parte de militares, que éstos presentaron como guerrilleros muertos en combate.
El tema de seguridad sigue siendo uno de los problemas no resueltos y de mayor preocupación que tienen los colombianos. Según la última encuesta Gallup[4], el 74 por ciento de los consultados cree que en este asunto el país está empeorando. Tan cierto es lo señalado que el propio Santos lo reconoce al afirmar "Tenemos que ponernos las pilas, sobre todo en materia de seguridad ciudadana", reconoció el presidente[5].
Públicamente se empieza a denunciar en Colombia, lo que no deja de ser una paradoja, y es que la principal falla que le ven los colombianos al actual gobierno, está en el campo de la seguridad. Algo que nadie habría esperado hace un año, cuando asumió el poder el ex-ministro de Defensa del gobierno de la Seguridad Democrática, y es que los temas de seguridad en el campo y las ciudades, vacunas, secuestros y robos estén otra vez sobre el tapete.
Santos tiene varias tareas pendientes en su propósito de modernizar al Estado y en el cumplimiento de una de sus principales promesas de campaña: bajar el desempleo, reducir la pobreza y persistir en la lucha contra la corrupción, que ha salpicado la gestión de Uribe y contribuido a resquebrajar su relación.
Santos y Uribe confrontación sorpresiva o desencuentro previsto. La Venezuela chavista entre Santos y Uribe. Otra vez las Farc
Desde los primeros pasos de su gestión, Santos se desmarcó de la senda definida por su antecesor, Álvaro Uribe. Ello ha tomado a muchos por sorpresa y otro tanto lo ha estimado inevitable y previsible. Designó, incluso, dos ministros conocidos como enemigos políticos del ex presidente: Juan Carlos Restrepo en Agricultura y Germán Vargas Lleras como Ministro del Interior. Un año ha sido suficiente para que el presidente Juan Manuel Santos, marque con su propia huella el curso de la historia colombiana.
Es precisamente la seguridad, materia con la cual Santos logró gran popularidad, como ministro de la defensa, la que paradójicamente, está marcando la gran diferencia y polémica con el Ex-presidente Uribe, su anterior ductor.
En efecto, en la edición que circula actualmente, la revista Semana trae un reportaje referente al informe semestral del Programa Todos Somos Defensores, donde se señala que en el primer semestre de 2011, 29 defensores de derechos y líderes sociales en el país han sido asesinados y tres más han sido desaparecidos. Así lo documentó el informe del citado programa, que reúne a la Asociación para la Promoción Social Alternativa (Minga), la Comisión Colombiana de Juristas y Benposta, y que tiene asiento en el programa de protección de defensores de derechos humanos del Ministerio del Interior. Según el informe en referencia, hubo 145 agresiones graves contra estos líderes. Para registrar cada caso, los investigadores documentan que se trate de un miembro de una organización reconocida y que la muerte o el atentado se deban muy probablemente al trabajo comunitario.
Alvaro Uribe, abogado, tiene hoy 59 años, dejó la presidencia con una altísima tasa de aprobación: 80%. Se dice que ahora vive un aislamiento político entre escándalos vinculados a su gobierno. Sin embargo, mantiene 60% de aceptación. Vive en una casa alquilada en un cuartel de policía del norte de Bogotá, por razones de seguridad.
En su cuenta twitter, que tiene muchísimos seguidores, escribió hace poco: "Como elector del gobierno actual me ofende que su política anticorrupción sea un show contra nuestro gobierno".
El sábado 30 de julio, quien fuera su Secretario General en la presidencia, Bernardo Moreno, fue enviado a la cárcel por decisión de una juez que acogió un pedido de la Fiscalía dentro de un caso de escuchas telefónicas ilegales a Magistrados, políticos y periodistas. Andrés Felipe Arias, ex ministro de Agricultura, apodado "Uribito" y uno de sus más cercanos colaboradores, se dice incluso que era su candidato a la sucederlo en la Presidencia, está en detención preventiva por un escándalo de corrupción.
Precisamente al cumplir un año de haber dejado la presidencia, en entrevista exclusiva concedida a la directora de Confidencial Colombia, Alvaro Uribe confesó su sorpresa cuando el nombramiento de los ministros Restrepo del Interior y Vargas Lleras de Agricultura pero dijo que lo que le preocupa es la actitud de hostilidad estas personas con su gobierno. Sostuvo que pocos meses antes del nombramiento de Juan Carlos Restrepo como ministro, su gobierno se opuso al nombramiento de Restrepo como Presidente de los Cafeteros porque así lo solicitó el entonces candidato Juan Manuel Santos. En cuanto al Ministro del Interior, Germán Vargas Lleras, su queja fue que “lo primero que hizo fue cambiar la terna para la designación del Fiscal General” y sostuvo que ello es inconstitucional.
Otra de las preocupaciones que manifestó es el reconocimiento de conflicto armado en la Ley de Tierras y afirmó que Juan Manuel Santos compartió esa posición.
También reprochó que haya cesado la exigencia de que América Latina y en el Caribe se declare a los grupos terroristas de Colombia como debe ser, como terroristas.
Le inquieta, dijo, que esas tesis sirvan para ser electo pero no para gobernar.
El cambio de actitud presidencial desde Colombia hacia Venezuela es uno de los temas que ha merecido las mayores críticas por parte del presidente Uribe quien la semana pasada y la que está en curso, volvió a cuestionar las decisiones del gobierno del Presidente Santos. El miércoles 04 de agosto, durante el foro organizado por la Universidad del Rosario, Álvaro Uribe contestó como sigue la pregunta si estaba seguro de que en territorio venezolano no había presencia de guerrilla: “A mí me preocupa que se configure una Cuba expansionista en los 2.300 kilómetros de frontera (….) Si a mí me dicen que las relaciones son para capturarlos, yo seré el primero en aplaudir. Pero si pasa el tiempo y no se ven resultados (…) yo pienso que el país no puede tener una política exterior claudicante frente al terrorismo” [6].
Ya en noviembre 2.010 Uribe, en una entrevista afirmó y repitió ahora, que había hecho esfuerzos para tener un diálogo constructivo con Chávez pero fue estéril y que había tenido mucha paciencia con el presidente venezolano. Entonces no quiso responder si Santos, ya electo presidente en el momento de su denuncia ante la OEA sobre la presencia de campamentos de guerrilleros colombianos en territorio venezolano, estuvo de acuerdo con hacer la acusación. Su respuesta a la periodista fue: "Eso no te lo puedo decir, sólo te puedo decir que yo sé ser leal".
En la antes citada entrevista a Confidencial Colombia el 8 de agosto, manifestó “No entiendo cual es la intención de contemporizar con una dictadura que se viene consolidando en Venezuela”.
Ver entrevista: http://www.confidencialcolombia.com/noticia.html?noticia_id=1059
Juan Manuel Santos, afirmó el 5 de agosto, durante el acto de juramentación del nuevo embajador de Bogotá en Caracas, Carlos Cure, que para Colombia la relación con Venezuela tiene "una tremenda importancia estratégica". Venezuela es "un país con el cual tenemos una relación muy especial, con el cual queremos desarrollar una relación más especial". "Hay muchos objetivos y muchos escenarios hacia el futuro que nos obligan a trabajar unidos".
Santos defendió por tres días consecutivos las relaciones bilaterales, de las que ha dicho que están amenazadas por interesados en "sembrar cizaña". El miércoles 3 de agosto, en México, adonde había viajado en visita oficial, luego el jueves 4 y el viernes 5, en Bogotá, Santos justificó el proceso de normalización diplomática con el gobierno de Hugo Chávez.
El Presidente de Colombia aseguró que los dos países han avanzado en todos los frentes de sus relaciones, como el comercial, el de la cooperación fronteriza, el de la seguridad, la integración en infraestructuras e, incluso, en el cultural.
Es un avance que en el caso de la seguridad ha sido "concreto", sin especificar hecho alguno, y que "nos ha generado una confianza que hay que ir alimentando todos los días para tener, como en cualquier relación, una base sólida para seguir fortaleciendo esa relación.
¿Puede haber una confianza real? Santos, Ministro de la Defensa, tiene que conocer con amplitud de detalles el verdadero tenor de los contactos y relaciones de Chávez y sus emisarios con la narcoguerrilla colombiana. El Tribunal Supremo determinó que el contenido de las computadoras de Raúl Reyes no pueden ser pruebas, puede entenderse que la cadena de custodia no haya sido cuidada lo suficiente para hacerlas valer conforme al debido proceso pero llama la atención el absoluto silencio que el gobierno de Santos ha mantenido con relación al contenido de las computadoras de Mono Jojoy, a quien después de su muerte se ha señalado como el verdadero jefe militar de las Farc.
El viernes 5 de agosto, el Presidente Santos refirió una conversación telefónica con Hugo Chávez, el día anterior, a requerimiento de éste, a raíz de las declaraciones del Almirante Cely, Comandante de las Fuerzas Armadas de Colombia, sobre la presunta presencia de miembros de las FARC y el ELN, en Venezuela. También informó que el mismo 4 de agosto, los cancilleres Holguín y Maduro, se comunicaron para concretar la fecha de la próxima cumbre presidencial, que según compromiso con ocasión del restablecimiento de relaciones, en 2.010, han de ser cada trimestre.
Un año de amistad disfuncional
El nuevo tono de las relaciones, más allá de los logros políticos-mediáticos de los reiterados anuncios de mutua voluntad de colaboración por ambas partes, y el cobro parcial de una acreencia legítimamente adquirida por los exportadores Colombianos, no honrada por Venezuela durante la gestión de Uribe, no ha logrado avances ciertos, que demuestren un pleno restablecimiento de las relaciones políticas y comerciales entre ambos países, como se venían consolidando en la última década.
Ciertamente, el pasado 22 de abril, se venció el plazo de cinco años, a partir de la formalización del retiro de Venezuela de la Comunidad Andina de Naciones, que mantuvo vigente el marco jurídico que normaba las relaciones, en particular las económicas, entre ambos países y que incluye las preferencias arancelarias así como mecanismos de pago y de compensación. Ante este hecho, Venezuela fue indiferente y en el último mes y a la carrera, ofreció sustituir el esquema jurídico que moría a finales de abril, con uno nuevo de índole bilateral entre Venezuela y cada uno de los miembros de la CAN.
En lo que respecta a Ecuador y Bolivia, estos acuerdos fueron prorrogados temporalmente, pero reforzados por la normativa de integración, de índole ideológica, ideada por Chávez, el Alba. Con Perú y Colombia países no incorporados al Alba, prorrogó temporalmente (3 meses), hasta el 22 de julio, la normativa Andina, mientras se consensuaba un acuerdo bilateral con cada uno de los países citados. El lapso de prórroga de tres (3) meses, aparentemente calculado con frialdad por la administración Chávez o producto de la improvisación, transcurrió mientras pasaban las elecciones presidenciales del Perú. A pesar de la victoria de Humala, es dudoso que Perú se incorpore al Alba, al menos en el corto plazo, pero el régimen chavista probablemente concretará con el nuevo gobierno peruano unos términos específicos sustitutivos. De así ocurrir, la relación Colombia/Venezuela quedaría en solitaria situación, sin mecanismos estables que agilicen el restablecimiento y el proceso normal del flujo comercial creciente y vigoroso de verdaderos mejores tiempos de la relación. Si la administración Santos lo permite, el gobierno chavista podría seguir demostrando una mediática buena relación hasta el evento electoral de 2.012, mediante sucesivas prórrogas trimestrales. Una repetitiva transitoriedad normativa, sería desestimulante para la renovación de la relación comercial, por decir lo menos. El otro escenario apunta a la conveniencia electoral chavista de paliar el desabastecimiento recurrente de múltiples productos alimenticios. Amanecerá y veremos.
Lo cierto es, que según las cifras de comercio de la CAN, con el único país andino[7] con el cual Colombia no ha logrado restablecer crecimiento en su balanza comercial en este primer año de gestión de Santos, fue con Venezuela. En efecto, según las cifras de la CAN[8], para el período Jul-2010 a Abr-2011 (administración Santos) en comparación a período similar entre el 2008 y el 2009 (administración Uribe), la balanza comercial de Colombia pasó del -11%, -17% y -9% con Bolivia, Ecuador y Perú respectivamente, a un incremento en el período 2010-2011 (administración Santos) del 18%, 46% y 46% para los mismos países Bolivia, Ecuador y Perú respectivamente, mientras que la variación de la balanza comercial con Venezuela, entre el año 2008-2009 (administración Uribe) que fue de -34%, se incrementó negativamente entre los años 2009-2010, a -65%. Lo anterior demuestra, que si bien es cierto que la política de buena vecindad del Presidente Santos con sus vecinos y/o socios Andinos, comercialmente surtió efecto para el resto de los países Andinos, más no para Venezuela, donde no solo se mantuvo congelada, sino que prácticamente desapareció, porque para el año 2010 solo se registraron exportaciones por unos 1.422 millones de US$, equivalente al comercio que existía entre ambos países en la década de los 90, si no se consideran los datos del 2002 y 2003 que fueron afectadas por el paro empresarial que vivió nuestro país[9].
Por su parte, el Instituto Nacional de Estadística de Venezuela (INE) reportó que el intercambio bilateral sumó 706,5 millones de dólares entre enero y mayo de 2011, una caída de 10% frente a los 786,4 millones de dólares de los 5 primeros meses de 2010. El retroceso es más pronunciado al comparar con 2009 (74%) y 2008 (76%).
Emilia Peraza, presidenta de la Cámara Venezolano-Colombiana, Cavecol, opinó que es normal que las relaciones diplomáticas se retomen a un ritmo más acelerado que los vínculos económicos. Agregó que "La reactivación del comercio será lenta, entre 18 y 24 meses, porque recuperar la confianza toma tiempo". También dijo que el vencimiento, el 22 de abril, del plazo de cinco años para que Venezuela mantuviera las preferencias arancelarias de la Comunidad Andina de Naciones, que Chávez abandonó en 2006 para rechazar los tratados de libre comercio de Colombia y Perú con Estados Unidos, tampoco ayuda. La presidenta de Cavecol alertó que "Sin un acuerdo para reglamentar el comercio no hay certidumbre. Estamos en un período de transición". Afirmó que será difícil regresar a los niveles de intercambio de 2008, cuando alcanzó 7,7 millardos de dólares: "La relación cambió. Colombia consiguió otros compradores y Venezuela otros proveedores. Aunque las ventajas que el comercio bilateral ofrece a ambos países siguen allí".
Juan González Velasco, ex presidente de Cavecol, afirmó que la caída del comercio bilateral se debe a que las importaciones, que en los últimos años han representado entre 80% y 90% del intercambio, bajaron 28%: de 695,5 millones de dólares de enero a mayo de 2010 a 501,7 millones en los primeros 5 meses de 2011, según el INE. Para González la asignación de divisas es una piedra de tranca: del lado venezolano limita la capacidad de compra de los importadores y del colombiano genera temores en los exportadores, algunos de las cuales aún esperan el pago de envíos realizados en años anteriores.
Las ventas de Venezuela a Colombia, a diferencia de las compras, se duplicaron entre enero y mayo de 2011. En cifras del INE, ascendieron a 204,8 millones de dólares, un salto de 125% en comparación con el monto de 90,9 millones de dólares registrado en los primeros 5 meses de 2010. Las razones, según González, son dos: las exportaciones no dependen tanto de la entrega de divisas y a Colombia le conviene comprarle a Venezuela: "La cercanía geográfica reduce el costo de los fletes y permite adquirir volúmenes pequeños. El resultado de las ventas durante el período fue impulsado por los metales comunes, que representaron 45% del total. Las exportaciones del rubro compuestas principalmente por hierro y acero sumaron 93,1 millones de dólares, lo que equivale a un incremento de 130% con respecto a 2010.
Jorge Roig, vicepresidente de Fedecámaras y presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos y Mineros, admitió que hay una reactivación de los envíos del sector hacia el vecino país, pero dijo que el crecimiento en dólares también está relacionado con el alza del precio del acero. Roig agregó que las cifras registradas entre enero y mayo son insignificantes en comercio exterior y están muy por debajo de los envíos del pasado reciente. Las ventas de metales comunes a Colombia alcanzaron un máximo histórico de 2,5 millardos de dólares en 2004, según el INE.
En el marco del acontecer entre los “nuevos mejores amigos”, la relación cada día da señas de severa disfuncionalidad. Los altos líderes de la FARC, que desde hace mas de tres años se denuncia que viven protegidos en Venezuela, presuntamente aquí siguen, tal como lo deja ver el Almirante Edgar Cely, Comandante de las Fuerzas Armadas de Colombia: "En términos muy concretos, sí. Lo que se mostró al final del gobierno del presidente Alvaro Uribe se mantiene" "ese es un tema que está a cargo del Presidente y de la Cancillería, y por eso lamento no poderme pronunciar más". También afirmó que "No existe relación entre militares venezolanos y colombianos. Existe la relación muy fluida entre los presidentes, los cancilleres y entre algunos ministros, particularmente con el ministro de Defensa (general Carlos Mata)", fueron sus palabras a la televisora Caracol de Bogotá.
Su afirmación apenas generó un tímido desmentido del Presidente Santos, pero ninguna decisión de importancia tal como relevo de su mando, ni algo parecido. Recuérdese que en abril de este año, el Presidente Santos expresó: “Es muy posible que la guerrilla siga en Venezuela. Eso nadie lo ha descartado, pero tengo la confianza que no es con el amparo del gobierno venezolano". La discreta reacción del Presidente Santos a las declaraciones del Almirante Cely estuvo acompañada con una exagerada manifestación de solidaridad con Chávez, lo que nos hace preguntarnos si el Almirante actuó con o sin previo consentimiento del Presidente Santos y, en cualquier caso, nos demuestra, que lo único aparentemente fuerte en esta nueva relación de amistad, es la defensa pública de la misma. Lo anteriormente observado en alguna medida, abona al parecer de Uribe.
Las preguntas del mes
¿Tendrá Santos, con Chávez, más paciencia que Uribe?
El silencio del gobierno de Santos en cuanto a la presencia de las Farc y del Eln en Venezuela ¿se mantendrá cualquiera que sea la permisividad venezolana?
La aproximación de la contienda electoral ¿incrementará el flujo de las importaciones de Venezuela a Colombia, en especial el rubro alimentos?
¿Álvaro Uribe se quedó estancado en la política de seguridad democrática ya innecesaria o Juan Manuel Santos arriesga los logros de aquélla al dar por consolidada una nueva situación que no la amerita?
[1] Ricardo Angoso.- Revista Canbio16. España. Miércoles 20/07/2011.
[2] El Tiempo/Efe 06/08/2011, Elizabeth Ungar, analista y politóloga de la Universidad de Los Andes.
[3] El Tiempo/Efe 06/08/2011. Pedro Medellín, Analista político
[4] El TIEMPO 06/08/2011
[5] Juan Manuel Santos domingo 01/08/2011, en diálogo con RCN Radio.
[6] El TIEMPO 05/08/2011
[7] Se considera a Venezuela Andino por cuanto su permanencia de derecho
fue hasta el 22 de Abril del 2011
[8] Estadísticas de Comercio exterior de Bienes de la Comunidad Andina, 2001-2010 y cálculos propios.
[9] Exportaciones de Colombia a Venezuela en el 2002 = 1.127 MM US$ y año 2003 = 696 MM US$. Estadísticas CAN
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