BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

martes, 3 de febrero de 2009

*VENEZUELA Y CHAVEZ. SINTOMA A SINTOMA, PASO A PASO, EL REPUBLICANO DIGITAL, ESPAÑA, 02.02.2009

No falla. Todos los dictadores tienen una serie de rasgos en común, que les iguala. No importa que aseguren defender la libertad de los pueblos luchando contra el fascismo, el comunismo, el capitalismo, el imperialismo… Los resultados tienden a ser los mismos, pero , en cuestión de cifras, más dañinos unos que otros.

Precisamente, una de esas características comunes a todo dictador de facto o en potencia es otro “ismo”; el de autoritarismo.

Autoritarismo profundo, ya sea por convicción, o por simple interés. Y muchas veces, por una mezcla de ambas cosas.

Hugo Chávez ya superó esa fase en la que un dictador al uso comienza por tener sueños de poder, sube otro escalón hacia los delirios de grandeza y termina por convertirse él mismo en un completo delirio. Y como todos estos gobernantes delirantes, arrastra a sus acólitos con el espejismo de la gloria perdida y el síndrome de supervivencia que caracteriza a todo este tipo de movimientos populistas. Bajo ciertas condiciones, convencer al pueblo de que los males de un país se deben a una potencia extranjera suele resultar rentable. Una vez en el poder y transcurridos suficientes años como para que los disidentes comiencen a pedir explicaciones de la causa de una miseria aún mayor, la culpa sigue siendo de la potencia extranjera y el complot internacional. Y sus acólitos tragan, pero el país se empobrece.

El hecho de que Chávez quiera perpetuarse a toda costa, y de que lo intente una y otra vez, debería ser un claro y visible síntoma para quienes le defienden y le admiten toca clase de tropelías, fundamentadas bajo el viejo argumento de que él encarna los verdaderos valores de la democracia y la libertad. Democracia y libertad cada vez más alejadas de la esperanza de muchos venezolanos.

Venezuela vive hoy, desde hace mucho tiempo, una situación parecida a las que han vivido otros países que han caído en el mismo pozo. Los síntomas son siempre los mismos y todos, uno a uno, se van reuniendo para crear el mismo perfil de “Salvador de la Patria”: Personalización de todos los poderes del estado alrededor de un solo líder que se hace omnipresente en todos los aspectos de la vida social del país. Ahora desgránen ustedes a este fenómeno, empezando por donde quieran, y comprobarán que dicho fenómeno se repite en la mayoría de dictadores que podamos encontrar en la historia reciente. Cada uno de ellos con sus características propias, pero similares en la forma y en el fondo.

En el caso de Chávez, le pierde su afán de ser la vedette del circo venezolano. Nadie puede lucir las plumas y las lentejuelas mejor que él, ni nadie puede llevar los tacones más altos. Vocea en sus discursos como lo hacen algunos vendedores del Mercado de los Guajiros. Pero Chávez no ofrece mercaderías. Ofrece revolución bolivariana, como si en alguna ocasión una revolución hubiese servido para solucionar algo.

La última ocurrencia es de tema de Les Luthiers: Don Aló Presidente decreta un día en su propio honor. Que nadie olvide en Venezuela que él llegó al poder en ese día. Ese día que abrió una época, no solo en Venezuela, también en América Latina. Ese día comenzó el amanecer, el alba de una nueva época de liberación y desarrollo de los pueblos de América Latina y nos toca a nosotros ser la vanguardia de ese proceso.

O ando yo un poco descolocado, que todo puede ser, o tenía yo asumido que el amanecer de la libertad y el desarrollo del pueblo latino americano comenzó en enero del 59, cuando Castro logró imponer en Cuba un régimen que él juró y perjuró que no era comunista. Desde entonces hemos vivido en el mundo contemplando el despegue de la liberación del pueblo oprimido. Y qué despegue. Cincuenta años tomando impulso sin haber dejado de tocar el suelo.

Pero no. Los populistas nos tenían engañados a todos. El amanecer comienza con Chávez. Se ve que el medio siglo de Castro solo era el prólogo.


Fidel Castro, Hugo Chávez, Socialismo, Venezuela

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