La demagogia gubernamental se vuelve vicio. Emborrachados por la victoria del pasado 15 de febrero, éxito construido sobre la base del más grande de los despropósitos que recuerde el mundo civilizado. Quieren reaparecer como un gobierno preocupado por la suerte de los venezolanos.
Para sectores democráticos del continente, lo ocurrido aquí, es una verdadera vergüenza para una nación que se caracterizó, por realizar jornadas electorales donde existía mayor equilibrio entre las opciones en disputa.
Millones de dólares que sirvieron para comprar la frágil conciencia de muchos que terminaron respaldando al padre de su tragedia. Que alguien no tenga empleo, buenos servicios o maten a sus familias en las calles. ¿Es responsabilidad de quien?, una gestión de gobierno pésima y corrupta, incapaz de elevar el nivel de vida de la población a pesar de haber recibido más de ochocientos mil millones de dólares. No pueden seguir culpando a los demás de su propia incapacidad. Sin embargo, gracias al poder inmenso del aparato del estado pudieron lograr el dividendo electoral.
Ahora es tiempo de fantasear con la demagogia. Han sacado del baúl de los recuerdos muchas de las promesas ofrecidas en un decenio marcado por la incontinencia verbal de
Hugo Chávez y su séquito de funcionarios mediocres.
En el mundo de las promesas las hay de todos los colores. Quizás tengamos dentro de poco la rebelión de Los sapos. La promesa del rescate del río Guaire ha puesto en alerta a muchos que viven en el fétido mundo de las porquerías. Los zancudos, grillos y pequeñas ranas recogen sus pertenecerías para recorrer otros caminos, ya que el gobierno eficaz convertirá al río en un hermoso paraje turístico. Nos imaginamos a Jessie Chacón paseando en góndola con Juan Barreto y Diosdado Cabello. Lina Ron y los chicos de la piedrita preparando el sancocho, mientras Tarek Williams Saap, deja las encantadoras playas de Lecherías para disfrutar del oasis capitalino. Allá está prohibido romper los papelitos al momento de votar, en el guaire podrá disfrutar de la limpieza de lugar.
Los sapos miran con tristeza como su escenario es ahora el templo sagrado del gobierno. Las aguas cristalinas son disfrutadas por los amigos del CNE, Tribunal Supremo y los demás órganos del poder. Hugo Chávez prepara la parrilla. En la cava existe un buen arsenal de carne, chinchurria y chorizos. Quien no me haga caso se queda sin comer. Pavonea el héroe de Sabaneta. Si cumplen con mis expectativas, les regalo cinco cachamas que me trajeron de Apure. Jorge Rodríguez coloca el carbón mientras sonríe con los chistes malos de su progenitor político.
Cuando escucharon al rey todos se abalanzaron a sus pies. Cilia se adelantó un poco con su traje rojo que le regaló el PSUV. Tibisí Lucena y los miembros de su equipo hacían reverencias para lograr que les colocaran mayor bastimento en los platos. El contralor y la defensora del pueblo, culpaban a la oposición porque en su ración les cayó una concha de naranja podrida.
Una rana de color verde con aire filosofal indica: Es preferible tenerlo aquí chamuscando carne argentina, que amargándole la vida a toda la nación con sus fastidiosas e insulsas cadenas, en las que nunca dice algo que transforme la realidad nacional Los sapos no quieren perder su escenario. Mientras en fila india los funcionarios reciben sus premios. No dejan de alabar al cocinero. Usted, gritan al unísono, es el mejor cocinero del mundo, Armando Scanone y Sumito Estévez delante de su majestad, no pelan ni ajos. Dios debería reelegirlo indefinidamente para el festín del cielo.
Las ranas, larvas y zancudos se lanzan y todo vuelve a ser como antes. La góndola se fue a pique llenando de lodo las nóminas fantasmas que manejaban Juan Barreto y Diosdado. El papelito roto de Tarek, se perdió en el promontorio de basura.
El sapo mayor gesticula desde una charca y dice: Podemos vivir juntos, total Guaire y gobierno son la misma cosa.
alexandercambero@hotmail.com
Para sectores democráticos del continente, lo ocurrido aquí, es una verdadera vergüenza para una nación que se caracterizó, por realizar jornadas electorales donde existía mayor equilibrio entre las opciones en disputa.
Millones de dólares que sirvieron para comprar la frágil conciencia de muchos que terminaron respaldando al padre de su tragedia. Que alguien no tenga empleo, buenos servicios o maten a sus familias en las calles. ¿Es responsabilidad de quien?, una gestión de gobierno pésima y corrupta, incapaz de elevar el nivel de vida de la población a pesar de haber recibido más de ochocientos mil millones de dólares. No pueden seguir culpando a los demás de su propia incapacidad. Sin embargo, gracias al poder inmenso del aparato del estado pudieron lograr el dividendo electoral.
Ahora es tiempo de fantasear con la demagogia. Han sacado del baúl de los recuerdos muchas de las promesas ofrecidas en un decenio marcado por la incontinencia verbal de
Hugo Chávez y su séquito de funcionarios mediocres.
En el mundo de las promesas las hay de todos los colores. Quizás tengamos dentro de poco la rebelión de Los sapos. La promesa del rescate del río Guaire ha puesto en alerta a muchos que viven en el fétido mundo de las porquerías. Los zancudos, grillos y pequeñas ranas recogen sus pertenecerías para recorrer otros caminos, ya que el gobierno eficaz convertirá al río en un hermoso paraje turístico. Nos imaginamos a Jessie Chacón paseando en góndola con Juan Barreto y Diosdado Cabello. Lina Ron y los chicos de la piedrita preparando el sancocho, mientras Tarek Williams Saap, deja las encantadoras playas de Lecherías para disfrutar del oasis capitalino. Allá está prohibido romper los papelitos al momento de votar, en el guaire podrá disfrutar de la limpieza de lugar.
Los sapos miran con tristeza como su escenario es ahora el templo sagrado del gobierno. Las aguas cristalinas son disfrutadas por los amigos del CNE, Tribunal Supremo y los demás órganos del poder. Hugo Chávez prepara la parrilla. En la cava existe un buen arsenal de carne, chinchurria y chorizos. Quien no me haga caso se queda sin comer. Pavonea el héroe de Sabaneta. Si cumplen con mis expectativas, les regalo cinco cachamas que me trajeron de Apure. Jorge Rodríguez coloca el carbón mientras sonríe con los chistes malos de su progenitor político.
Cuando escucharon al rey todos se abalanzaron a sus pies. Cilia se adelantó un poco con su traje rojo que le regaló el PSUV. Tibisí Lucena y los miembros de su equipo hacían reverencias para lograr que les colocaran mayor bastimento en los platos. El contralor y la defensora del pueblo, culpaban a la oposición porque en su ración les cayó una concha de naranja podrida.
Una rana de color verde con aire filosofal indica: Es preferible tenerlo aquí chamuscando carne argentina, que amargándole la vida a toda la nación con sus fastidiosas e insulsas cadenas, en las que nunca dice algo que transforme la realidad nacional Los sapos no quieren perder su escenario. Mientras en fila india los funcionarios reciben sus premios. No dejan de alabar al cocinero. Usted, gritan al unísono, es el mejor cocinero del mundo, Armando Scanone y Sumito Estévez delante de su majestad, no pelan ni ajos. Dios debería reelegirlo indefinidamente para el festín del cielo.
Las ranas, larvas y zancudos se lanzan y todo vuelve a ser como antes. La góndola se fue a pique llenando de lodo las nóminas fantasmas que manejaban Juan Barreto y Diosdado. El papelito roto de Tarek, se perdió en el promontorio de basura.
El sapo mayor gesticula desde una charca y dice: Podemos vivir juntos, total Guaire y gobierno son la misma cosa.
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