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viernes, 5 de diciembre de 2014

RUBÉN RIVERO CAPRILES, VIENE LA DERECHA

RUBÉN RIVERO CAPRILES
Ante la caducidad de un régimen de extrema izquierda y de una oposición de izquierda moderada, como tercera vía viene la Derecha.  Los actuales tiranía, autoritarismo y bota militar de izquierda constituyen una transición. En nosotros está que esta última etapa de la tragedia sea breve o larguísima. 

Aquí no hay ambidiestros. Hay totalitarismo de izquierda, escuchamos a la presidenta de Acción Democrática diciendo que ella también es revolucionaria de izquierda. Uno dice que es de derecha y lo quieren linchar en todas partes. 

Los simpatizantes de la derecha no tenemos plenas libertades políticas ni de expresión, a diferencia de quienes gritan a viva voz que son de izquierda. La comodidad colaboracionista garantiza oposición permanente. Algo de razón tienen los que gritan "no volverán". La derecha obligará a GPP y MUD a converger ideológicamente como izquierda compartida que son. El capitalismo neoliberal explotador ofrece empleo innovador y abundante petróleo barato para el mundo. El socialismo burócrata mercantilista ofrece mediocridad conformista y escaso petróleo caro para Venezuela.

La creación de conciencia revolucionaria mediante reivindicación material y bienestar económico privilegia a los mediocres y discrimina a los emprendedores. Las viejas ideas socialistas, afianzadas en el pensamiento colectivo de las masas populares, serán combatidas enérgicamente a medida que la derecha incremente sus ventas de esperanza. Nos quejamos de las colas y la escasez, pero todavía defendemos el legado de los lacayos del imperialismo cubano. Decimos en cadena nacional que el desabastecimiento "no se lo podemos permitir a la derecha". Son los controles planificados y aplaudidos por la izquierda quienes inducen la guerra económica, psicológica, mediática y comunicacional. El socialismo no sirve. Siempre fue una soberana habladera de paja. El mercado es lo que realmente funciona. Siempre ha sido así desde tiempos bíblicos. La derecha venezolana apenas está naciendo. Todas las ofertas disponibles siguen siendo de izquierda. La corrupción es intrínseca al gigantesco tamaño del estado en el afán de la izquierda por controlarnos. La izquierda adversa una liberación total de los controles de cambio y precios, por ello no somos competitivos para exportar. El valor agregado se genera gracias a la inventiva privada criminalizada por la izquierda.

Dicen que el pueblo quiere izquierda porque el populismo es simpático y que nadie quiere a la derecha porque los generadores de riqueza somos antipáticos. Sumaremos votos con el mismísimo CNE de Tibisay, gracias a la militancia expulsada por el PSUV que ahora nos endosan Nicolás y Diosdado. 

La derecha aborrecerá seguir siendo engañada como lo fue la izquierda. La abstención propuesta por una derecha que no se atreve a nacer, manifiesta la cobardía de quienes se sienten intimidados por jueguitos gastados de la izquierda. No caigamos en la polarización entre las mismas izquierdas de siempre. Unámonos a la nueva derecha. Idealizar una presunta depuración del REP y anhelar un CNE imparcial, como excusa para olvidarnos de la salida de estos corruptos del poder, constituye claudicación. ¿Qué pasó con la valentía que tanto hemos cacareado? La derecha bien extrema es una posibilidad más violenta y no necesariamente es la más adecuada. La derecha entendida como una sinergia entre la centro-derecha, la derecha moderada y la derecha extrema nunca ha tenido oportunidad hasta ahora. Llegó nuestro momento.

Yo no soy la derecha. Soy uno de sus voceros. Si estuviese pendiente en difundir ideas propias recurriría a un ámbito académico. Los emprendedores del creciente nicho electoral de derecha necesitamos conocer a fondo las fortalezas de los aporreadores de izquierda, si pretendemos superarlas. Aporrea se fusiona sin prisa y sin pausa con la derecha. Su fundador Gonzalo Gómez pronuncia discursos junto a María Corina Machado. Nuestro crecimiento es indetenible. La libertad de expresión y pensamiento incluye nuestro derecho de cambiar de opinión según las cambiantes circunstancias del entorno político. Adversamos a los fundamentalistas que insisten en perpetuar estrategias erradas de por vida. Mantenemos comunicación permanente con la izquierda, y cada vez más identificamos posibilidades de mejoría en las comunicaciones, hasta ahora repetitivas, que ofrece la derecha. Limaremos asperezas mediante la continuidad del debate ideológico y programático de altura. Nuestro vocabulario arrabalero de antaño cederá el paso al discurso virtuoso.

La izquierda no desea privatizar los servicios públicos con la excusa que son esenciales. Pues la recolección de basura puede ser privatizada. Los rellenos sanitarios también. Que vengan las mejores transnacionales e inviertan en reciclaje de basura con alto valor agregado comercial. El mayor error histórico de la derecha ha sido callar nuestra crisis de identidad. Nos avergonzamos de nosotros mismos y no nos atrevemos a querernos tal cual como somos. El milagro chino manifiesta signos de agotamiento. Recibimos correos desde la China cuyos remitentes manifiestan que envidian las libertades políticas, las cuales ellos carecen pero las leen en nuestras luchas opositoras venezolanas. Nos cuesta salir del clóset y decirle al país con gallardía que somos la derecha. Las izquierdas del GPP y la MUD todavía conservan el mercado electoral, del mismo modo que la OPEP hasta hace poco todavía conservaban el mercado petrolero. No volverán porque ahora viene la derecha.

Fuera los carteles, viva la competencia. Los países del Golfo Pérsico sí aprendieron a sembrar el petróleo y ahora cosechan buenos frutos. Nuestro himno nacional canta "la América toda existe en nación" ¿Entonces por qué esa exclusión a los EE.UU. y Canadá? Malagradecido fue Bolívar, quien en su juventud visitó EE.UU. ya independiente y allí fue donde tomó prestada la idea que es posible constituir repúblicas soberanas en suelo americano. Se acabó la era del petróleo convencional pero apenas comienza la era de la minería de tierras raras. Necesitamos pequeños empresarios mineros radicados en Bolívar y Amazonas que atraigan inversión y tecnología internacional. Dicen que todos los cerebros que pudiesen asesorar a un gobierno de centro derecha, fuerte, eficaz y liberal están fuera del país. Pues quedamos algunos aquí, y sumaremos apoyo de estudiantes que se irán graduando. Nadie es imprescindible. Quienes se fueron dicen que no volverán. Tenemos todo el 2015 para conformar una masa crítica previa a las elecciones parlamentarias.

Equidistancia tanto del socialismo autoritario de la cúpula gubernamental y del socialismo blandengue de la cúpula opositora. Estamos actuando en el marco de la constitución de una fuerza política en lucha por la despolarización y la reconciliación de la sociedad venezolana, selección de candidaturas por la base, por un nuevo pacto social, un país de propietarios, un gobierno limitado y un Estado federal de poder descentralizado en una sociedad abierta y de libre mercado. Esto sí constituye "la derecha". A mediano plazo vislumbramos una nueva polarización entre todas las izquierdas viejas contra nuestra nueva derecha. El vocablo suena antipático pero eso es cuestión de mercadeo. Juan de Dios Rivas, Ricardo Sánchez, Carlos Padilla, Pedro Elias Hernandez, Antonio Camilli, Luis Guiqurian, Domingo Perez, Raul Zapata y Rubén Rivero Capriles.

Cada vez las voluntades se distancian más por nuestro miedo a usar cualquier vocabulario a nuestro favor. Si el rollo es exclusivamente de mercadeo, que a la gente de derecha no le gusta autodefinirse de derecha, estamos siguiendo el juego a Maduro cada vez que se burla de nosotros. Observemos cuatro ejemplos de disidencia:

1) María Corina Machado (Vente Venezuela): "No se trata de izquierda ni derecha". Ella no simpatiza con la izquierda.
2) Andrea Tavares (Alternativa 1): "hace falta un candidato como Chávez que repudie el capitalismo". Ella no simpatiza con la derecha.
3) Gonzalo Gómez (Marea Socialista): "la burguesía no puede manejar el país". Él no simpatiza con la derecha.
4) Carlos Padilla (Nueva Alternativa Nacional): "El termino derecha le gusta a muy pocos y además esta fuera del lenguaje político de esta época y sólo es usado por la cúpula gobernante como eslogan para estigmatizar adversarios." Él no simpatiza con la izquierda autoritaria del gobierno ni con la izquierda blandengue de la oposición.
Isabel Carmona, presidenta de Acción Democrática, se autodefine como revolucionaria de izquierda. Luis Vicente León, director de Datanálisis, se refiere al gobierno como izquierda y a la oposición como democracia. De modo que el término izquierda se ha posicionado con connotación positiva y no nos hemos puesto las pilas para que su antónimo se reivindique en público. Nos excusamos con el pretexto que la gente de derecha no dice que es de derecha. Nuestra autocensura facilita al régimen mantener alta votación en cualquier circunstancia.

A la izquierda les interesa llegar al punto del no retorno de su socialismo. A la derecha nos interesa emprender dicho retorno ya. Ahora nuestro punto de partida está determinado por las condiciones adversas que nos impone el régimen. Hemos aceptado medirnos con su CNE chimbo y con su REP chimbo. También tenemos que medirnos con su vocabulario chimbo. La revista francesa Le Point publica artículos que incitan a definir la derecha latina. El mercadeo de la izquierda es tan excelente que hasta lograron jalarme a mí durante varios años, aprovechándose de mi repudio a las deficiencias de esta oposición. Mi contribución para solucionar consiste en servir a la derecha mediante la aplicación de tácticas de mercadeo que aprendí durante mi infiltramiento por la izquierda. Es indispensable eliminar la connotación negativa del término derecha pues no es un insulto como majunche o escuálido. Tenemos complejo de inferioridad al sentirnos ofendidos por la señora que hace poco reclamó a Maduro que las colas y desabastecimiento no podemos seguírselas permitiendo a la derecha.

Vale la pena desgastarnos en la profundización del debate entre izquierda y derecha pues este asunto es medular. Todos los disidentes del PSUV y todos los disidentes de la MUD plantean una tercera vía despolarizada, pero a la hora del té todos jalan hacia su polo predilecto, ya sea socialista o liberal. Nadie en la tercera vía se declara de centro porque todos coinciden que el centro no existe, se es de centro-izquierda o de centro-derecha. La derecha debemos concentrarnos en difundir propuestas y afianzar nuestra identidad. Es un error criticar por criticar. Lo mismo ocurre con los republicanos de EE.UU. denigrando a Hillary Clinton. Mientras sigamos en esa mediocridad de sólo considerarnos la anti-izquierda no llegaremos a ninguna parte. La mercancía de izquierda aunque es defectuosa cuenta con excelente mercadeo. La mercancía de derecha cumple estándares de calidad pero nuestro desdén nos impide difundir sus fortalezas.

No sigamos tolerando que gigantescos negocios se manejen como propiedad exclusiva del presidente de la república. Mientras más engañosas sean las campañas de la izquierda, más provocará sufragar a su favor. Cualquier ocurrencia de algún burócrata constituye prioridad para los camaradas. No perpetuemos un modelo de desarrollo basado en mera extracción de petróleo. Somos tardíos en admitir cambios paradigmáticos, también nos costó migrar del cacao al café. La derecha nunca llega al poder porque pareciera que no existe. Necesitamos destruir la polarización entre izquierdas. Solidaridad Independiente, a través de su presidente Juan De Dios Rivas Velásquez, anuncia que Rubén Rivero Capriles es su precandidato a diputado para la Asamblea Nacional por el circuito Petare del estado Miranda. También concretamos fecha para exponer los Colores Tifónicos en el Museo Mateo Manaure de Maturín, estado Monagas: inauguración prevista 2 abril 2015. Allí aceptamos el desafío de llenar una sala tan gigantesca como ésta con acrílicos y pasteles.

Ruben Rivero Capriles
rivero@riverocooper.com
@alt1miranda

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viernes, 12 de septiembre de 2014

SAÚL GODOY GÓMEZ, ¿QUE OFRECE LA DERECHA?,

Lo que Chávez llamaba la derecha venezolana, en su gran mayoría, era un grupo de partidos de la denominada izquierda democrática, la decimonónica oposición socialista, partera de esta calamitosa revolución; a la verdadera derecha nos tenía miedo y por ello encarcelaba a nuestros líderes, trataba de ignorarnos, no hablaba de nosotros, nos tenía vigilados.

Al día de hoy, la derecha venezolana está conformada por partidos y movimientos conservadores, liberales clásicos, organizaciones y personas que creen en el sistema capitalista (que no es una ideología) como la mejor manera de llevar nuestra economía, preservando nuestras libertades fundamentales, grupos de estudiantes y trabajadores que creen en la división del trabajo como la manera más eficiente de generar riqueza y conocimiento, un núcleo grande de inversionistas, educadores, empresarios que le han apostado a las universidades, fundaciones, colegios y asociaciones que tienen fines de generar cultura democrática, asociaciones de vecinos, gremios, tanques de pensamiento, consultores, dueños de medios de comunicación, entidades financieras, corporaciones.
No creemos en revoluciones, pero sí en consolidar y perfeccionar las instituciones que el pueblo ha construido en constante evolución; no creemos en experimentos ni inventos, cuando se trata de la sociedad, la respetamos demasiado para atrevernos a jugar con sus esperanzas y futuro, la mayoría de estas organizaciones no están dentro de la MUD, hacen vida en el mundo de la sociedad civil, entre otras razones, porque ven que la MUD está dominada por los partidos de izquierda moderada que tienen una actitud complaciente y le hacen la corte a la dictadura de Maduro.
No creemos en la prevalencia de sentimientos, en el imperio de la necesidad, en el culto a la personalidad, en líderes mesiánicos, en “puntadas” y premoniciones, en la buena voluntad, en libros oraculares ni en culpas históricas; nos mueve fundamentalmente la razón, el conocimiento, la experticia, creemos en la experiencia, en la ciencia, en el pueblo de Venezuela, en Dios.
Creemos que el Estado existe para que se ocupe de la administración de los servicios públicos, de la justicia, de la seguridad y la defensa del país, de la representación diplomática ante otros países y de ordenar las cuentas nacionales… un Estado funcional, no más grande de lo necesario. 
No creemos, como si lo hacen los socialistas, que el Estado debe ser un monstruo arrollador, gigantesco, en funciones de toda actividad conocida y que debe ocuparse, por sobre todo, de la redistribución de la renta nacional, de la beneficencia pública o de utilizar la fuerza del estado y sus instituciones para el logro de ciertas condiciones socioeconómicas para particulares sectores de la sociedad o para fines de engrandecimiento personal de los políticos de turno (usualmente utilizando el erario público para fines “humanitarios” y en nombre de un partido).
La propuesta de la derecha es por un estado de poder descentralizado, que ha resultado ser la fórmula histórica más exitosa como forma de gobierno en el mundo; la gran mayoría de la derecha venezolana propugnamos un sistema de gobierno federal, con una clara separación de poderes y con toda una serie de balances y controles para que quienes ejerzan el poder lo hagan con directrices y límites claros, con el deber incondicional de rendir cuentas y asumir responsabilidades por sus actos.
En la derecha venezolana creemos en la justicia, por lo que ninguna persona ni sus bienes pueden ser sacrificados en aras del bienestar de una supuesta mayoría; el respeto a la propiedad privada es condición necesaria en nuestra esencia, pues creemos que un hombre sin derecho a la propiedad jamás puede llegar a ser un verdadero hombre o mujer libre y dueño de sus actos.
Porque creemos en los enormes recursos humanos de nuestra sociedad, estamos seguros de que, si el Estado garantiza la paz social y la igualdad de oportunidades, la gente organizada le haría frente, con mucha mayor eficiencia y economía de recursos, a los problemas más ingentes de nuestro país, sin caer en colectivismos ideologizados y comunitarismos militantes.
La derecha venezolana reduciría y controlaría el problema de la pobreza con el único remedio real y perdurable que es la educación, que conjuntamente con una oferta amplia del empleo, trabajo digno y bien remunerado, multiplicaría el acceso a una mejor calidad de vida para las grandes mayorías. Para ello necesitamos empresas y empresarios productivos, competitivos y con imaginación, en un mercado estable, de reglas claras, para que puedan planificar y arriesgarse e invertir, conseguir financiamientos, asociaciones e ir generando empleo para producir los bienes y servicios y eso que llamamos la riqueza nacional, que no es otra cosa que la sumatoria de todas las riquezas individuales conseguidas por medio del trabajo honesto y productivo.
Estamos absolutamente convencidos de que la derecha cuidará más y mejor nuestros recursos naturales, somos conservacionistas a ultranza, no creemos en arruinarnos ni en destruir nuestra casa para generar riqueza; al contrario, preservar nuestro patrimonio natural por el mayor tiempo posible y para uso de las generaciones por venir, es mucho más lógico, productivo y brinda una mejor calidad de vida para todos; no deseamos repetir lo que hemos visto bajo el socialismo, el gasto sin media\das de nuestras reservas naturales para financiar a un electorado clientelar muerto de hambre y destructor.
Y porque creemos en la dignidad del hombre, en el respeto a los DDHH, en la libertad como la condición más preciada, tenemos un respeto enorme por las diferentes opiniones y visiones del mundo, siempre que éstas no atenten contra la dignidad y la libertad de los demás, ni traten de imponer pensamientos únicos como sí lo han hecho el castro-chavismo en nuestro país.  
No vamos a permitir el desorden y la violencia social, la delincuencia será contenida y reducida en la capacidad de nuestras posibilidades, ya que creemos que sin paz social es imposible el desarrollo humano. Estamos comprometidos en reducir la miseria humana hasta el límite de nuestras posibilidades, desarrollaremos el campo y la agricultura de manera eficiente, sostenible y racional, para que produzca y se pueda tener con qué alimentar a la población entera, con altos estándares nutritivos, porque vamos a producir nuestros alimentos, y porque en eso términos el negocio del campo será un buen negocio y hará rica a mucha gente en el sector agrícola
La corrupción, la mentira, la impunidad, la injusticia son inaceptables en nuestro ideario; creemos en rendir cuentas, en la responsabilidad individual, en el respeto a los compromisos contraídos y en el valor del dinero como representación del esfuerzo y el trabajo: el que tiene algo es porque se lo ha ganado y sólo esa persona decide qué hacer con su dinero o propiedades.
En cuanto al derecho a un techo propio, se trata de un proyecto de vida que se construye con el trabajo, no se regala; queremos que todos los venezolanos tengan vivienda propia, pero que ésta signifique algo importante en sus vidas, que trabajen por ello, que las cuiden y las mejoren, que sea parte de su patrimonio, que lo puedan capitalizar para ayudarlos a prosperar.
Ofrecemos más y mejor democracia, la representativa y no la tumultuaria, la de los intereses de los diferentes sectores sociales en permanente dialogo, con plena libertad de expresión, con posibilidad de crítica, de revisiones, siempre buscando la perfectibilidad de las instituciones.
Por último, el Estado no será dueño de los recursos naturales, estos pertenecen a la nación toda y se buscará la fórmula para que sus beneficios lleguen de manera directa a la familia venezolana, presente y futura, en especial la riqueza energética, que por tanto tiempo ha financiado a un Estado cada vez más grande, corrupto e ineficiente.
Creemos en la actividad petrolera como clave para nuestro desarrollo como país, y sin complejos estamos comprometidos a convertir a esta industria en una de las mejores del mundo, brindando oportunidades a los venezolanos para que participen como verdaderos dueños del negocio.
Como ya mencionamos, la derecha venezolana tiene su expresión en una serie de partidos, algunos en formación, otros establecidos, existen movimientos y asociaciones, unos inclinados hacia al centro y con pactos de convivencia con la izquierda, otros más alejados y con  posiciones más radicales y duras; muchas de estas organizaciones son regionales y están manejadas por empresarios, líderes políticos y estudiantes, algunas dirigidas por académicos, estamos trabajando en este momento por la unidad en la derecha, dentro y fuera de la MUD, con la dificultad que implica trabajar bajo un ambiente de persecuciones y amedrentamiento, pero aun así se respira un clima de optimismo; por primera vez en Venezuela, desde los tiempos del General Páez, la derecha venezolana siente los vientos a su favor, ya el país está harto de los experimentos sociales y políticos de una izquierda irresponsable y ladrona, que gracias a un discurso falso y edulcorado han captado la atención de muchas mentes y voluntades, pero la tarea de unión no es fácil, hay demasiadas “personalidades” compitiendo entre ellos, en algunos persisten en no negociar ni convivir con fuerzas distintas, otros tienen afianzadas sus pequeñas parcelas de influencia y temen perderlas, pero hemos llegado a un punto crítico donde la apertura y la unión a otras visiones democráticas es no solo posible, sino necesario.
Lo que ha demostrado la historia reciente de Venezuela es que la izquierda se ha convertido en un reducto de ideologías atrasadas y salvajes, los venezolanos más perversos, brutos y criminales se han agavillado en torno a estos partidos de la ultra izquierda, partidos disque democráticos, para llegar al poder y lucrarse de la política; y no hablo solamente de militares, comunistas, revolucionarios, reformistas, progresistas… sino de toda una caterva de nuevos dirigentes que se llaman a sí mismos “gerentes” o líderes comunitarios y pretenden vendernos gobiernos eficientes, pero siempre desde la perspectiva un estado autoritario y paternalista, un estado de bienestar donde jamás se han reconocido las libertades ciudadanas en pleno y el ciudadano queda siempre en posición de servidumbre.
De toda la Mesa de la Unidad, la única que se ha definido como de derecha, sin ningún complejo, ha sido la diputada María Corina Machado (antes lo habían hecho los Salas Römer con su partido Proyecto Venezuela); estamos a la espera de que Ledezma y Leopoldo lo hagan en cualquier momento.
El partido COPEY debe hacer una revisión muy seria de su ideario, volver a sus orígenes de derecha y olvidarse de la confusa doctrina social de la Iglesia que los ha extraviado por las sendas del socialismo; ya es tiempo de que toda Venezuela se dé cuenta que no existe una izquierda inocente o una cepa benigna del socialismo, todos los partidos que tienen alguna carga socialista son propensos a desarrollar la virulencia del totalitarismo de izquierda, que está en la base del chavismo. Acción Democrática y Copey tardaron cerca de 50 años en mutar en chavismo ¿O de dónde creen ustedes salieron los rojos rojitos?
Los nuevos partidos que han derivado de AD y COPEY, como son Primero Justicia, Voluntad Popular, Un Nuevo Tiempo, y otros, tienen todos un fuerte contenido ideológico de izquierda, que debe ser expurgado cuanto antes; muchos de ellos tratan de posicionarse como de centro derecha, pero sus inclinaciones los llevan más hacia la izquierda, a estas alturas deberían haberse dado cuenta que ese jueguito populista y estatista en sus propuestas es cuchillo para sus gargantas, que tratar de parecerse al PSUV es un ejercicio vano y criminal, tienen que comprender que, no van a atraer militancia descontenta del chavismo haciéndose pasar por socialistas.
Hay algunos partidos declarados como de izquierda, que no se sienten cómodos en la forma como el chavismo ha acaparado la totalidad del espectro socialista, han visto en lo que pueden degenerar cuando esa ideología inhumana se hace gobierno, a ellos, les invito a que den el salto a la derecha.
Venezuela sólo estará protegida y libre con la derecha, hasta este momento cada uno ha actuado desde su trinchera, pero el momento que vive el país y la oportunidad de hacer una coalición ha llegado, perder esta oportunidad sería un error y una falta de amor por el país, que requiere de nuestros servicios. No se dejen influenciar por los socialistas postmodernistas (los “posmos”), quienes predican que las ideologías murieron, que eso de derecha e izquierda es pasado, que estamos en un mundo trans-ideológico, donde las cosas se hacen según las necesidades, donde todo vale… son argumentos que sólo benefician a la izquierda más fundamentalista y retrograda.
Izquierda y derecha son importantes guías de conocimiento político, son referencias que nos indican, nos acercan a las visiones del mundo de cada quien; esas visiones del mundo implican conceptos fundamentales, como qué es sociedad, qué es estado, qué es poder, qué es democracia, qué es más importante la libertad o la igualdad… todos esos conceptos, desde hace ya mucho tiempo, se ubican en la derecha o la izquierda para poder establecer no solo comparaciones, sino un piso moral, de valores que son muy distintos unos de otros.
Quienes no quieren ser catalogados en un campo u otro, aquellos dirigentes que son verdaderos “ni-ni” de la política, terminan absorbidos por la izquierda, disfrazados de derecha; la gente que cree vivir equitativamente en el centro no tiene preferencia, por lo general son personas desinteresadas en el tema político y fáciles víctimas de los cantos de sirena de la izquierda; sólo en la derecha el individuo, la persona humana, tiene relevancia fundamental ante el colectivismo y las masas anónimas proletarias, en la derecha se encuentran los argumentos que han hecho posible que la humanidad sobreviva hasta nuestros días, en los valores del mundo occidental al cual pertenecemos.
Para bien o para mal estamos en una Venezuela fuertemente polarizada, es un tablero donde solo hay dos lados, o el comunismo o el capitalismo, y el comunismo está perdiendo, está podrido y cayéndose a pedazos.
Con la derecha en el poder, la izquierda no desaparecerá; al contrario, tendrá una oportunidad de evolucionar, de criticarnos, de debatir, porque las contribuciones de la izquierda son necesarias para perfeccionar nuestras políticas; malo es cuando la izquierda se hace gobierno y deriva al totalitarismo, y eso es lo que queremos corregir.
Venezolanos, despierten, quítense las telarañas de la izquierda de los ojos, vean lo que esta terrible experiencia nos ha dejado y digan con nosotros: Nunca más.
La derecha es garantía de democracia, de libre emprendimiento, la única que asegura la libertad individual y el predominio de un estado de derecho; sólo con la derecha es posible la prosperidad de la sociedad y el ingreso de nuestro país en la comunidad de naciones productoras del conocimiento y tecnologías; la derecha es sinónimo de independencia y apertura al mundo de las naciones libres; sólo con la derecha podremos dejar atrás a los fantasmas del hambre y la miseria.
Dile no a la esclavitud, dile no a la izquierda extremista y militarista, dile no a la muerte, dile no a la cubanización de tu patria. –
Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul 

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