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miércoles, 15 de julio de 2015

LUIS ALBERTO MACHADO SANZ, EL PAPA FRANCISCO. PRIMERA ENTREGA.

El papa Francisco





1)  El cardenal  Quintero fue el primer cardenal venezolano. Fue nombrado arzobispo de Caracas y posteriormente, cardenal por san Juan XXIII. Este santo fue declarado beato por Benedicto XVI y santo por el papa Francisco. El cardenal Quintero participó en 3 cónclaves. El primero fue en 1963, cuando fue electo papa, Juan Bautista Montini, quien tomó el nombre de Pablo VI. Este papa fue beatificado por el papa Francisco.

Su segundo cónclave fue en agosto de 1978. En este cónclave, fue electo papa, Albino Luciani, quien tomó el nombre de Juan Pablo I. El para entonces recién electo papa,  dijo: “no tengo ni la bondad de Juan XXIII, ni la sabiduría de Pablo VI”. 

Juan Pablo I fue el llamado “papa de la sonrisa”. Duró 33 días. Debo a esto, en 1978, tuvo que hacerse  un segundo cónclave, en el que también participó el cardenal Quintero. Fue su tercero y último. Monseñor Alfonso Alfonzo Vaz, fue secretario del cardenal José Quintero. Monseñor Alfonzo me contó que antes de partir a este cónclave, el cardenal Quintero le dijo que en su opinión, la Iglesia no estaba preparada para un papa no italiano.
Para dicho año 1978, hacían más de 400 años que no había sido electo un papa no italiano. Sin embargo, el 16 de octubre de 1978, fue electo papa Karol Józef Wojtyła,  para  ese entonces, cardenal polaco, tomando el nombre de Juan Pablo II. La cosa había llegado a tal grado de sorpresa y batacazo, que poco antes de entrar al conclave, hasta el mismo cardenal Wojtyła, había declarado lo siguiente:  


“Es muy temprano para un papa polaco”.


Juan Pablo II fue beatificado el papa emérito Benedicto XVI. El papa Francisco, canonizó a los beatos Juan XXIII y Juan Pablo II, el domingo 27 de abril de 2014. Dicho día coincidió con el segundo domingo de Pascua y a la vez con la fiesta de la Divina Misericordia, siendo esta fiesta instituida San Juan Pablo II, de acuerdo a los pedimentos de Nuestro Señor Jesucristo a Santa Faustina Kowalska, quien nació en la aldea de Glogoviec, en Swinice, Varckie, Polonia, el día 25 de agosto de 1905. Esta santa murió el día 5 de octubre de 1938 y fue canonizada por Juan Pablo II, el 30 de abril del 2000, año jubilar. Estamos hablando de la devoción llamada “Jesús de la Misericordia”.

El Papa Francisco decretó “el año santo de la misericordia”. Lo hizo en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano. Dicho jubileo comenzará el 8 de diciembre del presente año, fecha de la fiesta del dogma de la Inmaculada Concepción  y concluirá el 20 de noviembre de 2016, fecha de Jesucristo, rey del universo.
2) San Celestino V renunció en 1294. Su nombre era Pietro Angeleri di Murrone. Este papa era un monje, que no era cardenal cuando fue electo. Lo fueron a buscar, aceptó pero al poco tiempo de tomar posesión, dijo:

“Yo de esto, no entiendo nada”.
Sin embargo, en el poco tiempo que estuvo como papa, hizo algunas reformas, entre ellas reformar la curia romana, tal cual está haciendo el papa Francisco actualmente.
San Celestino V nombró 12 cardenales, entre los cuales, había siete franceses y cinco italianos (ninguno de ellos, era romano). Además, cinco de los nuevos cardenales, eran monjes. Rápidamente, San Celestino V se ganó enemigos, en la curia romana. Obviamente que los 5 nuevos cardenales monjes y el no nombramiento de romanos como cardenales, tuvo que haber “pisado algunos callos”.  
Al no mucho tiempo, renunció, fue el 13 de diciembre de 1294, “por enfermedad, por falta de conocimientos y para retornar a su vida de ermitaño”.
Su sucesor fue Benedicto Caetani, quien tomó el nombre de Bonifacio VIII. Éste temía que los napolitanos, que habían estado contra su elección, consideraran a San Celestino V, como el legítimo papa y por lo tanto, pudieran provocar un cisma. Por lo tanto, Bonifacio VIII pretendió meterlo de vuelta en un convento, en Roma, debidamente vigilado. Es decir: preso, aunque fuera en una suerte de jaula de oro, ya que la vida conventual era lo que a San Celestino V, le gustaba pero éste se escapó de Bonifacio VIII, ya que si bien a San Celestino V le gustaba el convento, pero no por eso, le gustaba ser un preso de Bonifacio VIII y por lo tanto, se refugió en su antiguo convento del Monte Morrone pero Bonifacio VIII, lo quería a su lado, con el fin de tenerlo directamente controlado, En consecuencia, San Celestino V pretendió huir a Grecia pero la persecución de Bonifacio VIII fue implacable y logró que lo capturaran.
Por lo tanto, San Celestino V fue sometido a juicio, hecho preso en la torre del castillo de Fumone, cerca de Anagni, donde murió el 19 de mayo de 1296, luego de diez meses de prisión. Como habrá sido el sufrimiento de San Celestino V y los méritos que ganó para el cielo, que fue canonizado el 5 de mayo de 1313, por el papa Clemente V.
El papa Gregorio XII renunció en 1415. Este papa no lo hizo por su propia voluntad sino por decisión del  “Concilio de Constanza” y con la intención de poner fin al llamado “Cisma de Occidente”.
3) Luego de la elección de un papa polaco, ya era humanamente predecible que su sucesor, pudiera ser otro papa no italiano, como lo fue el cardenal Joseph Ratzinger, quien tomó el nombre de Benedicto XVI. Es más, luego de la muerte de San Juan Pablo II, el más “papabile” de todos los cardenales, era el cardenal Ratzinger. El cónclave que eligió a Benedicto XVI, se efectuó el 19 de abril de 2005.

4) El 28 de febrero de 2013, el hoy papa emérito, Benedicto XVI, decidió retirarse. Lo hizo en un acto formal con la curia y en presencia de periodistas. Sucedió un  hecho muy curioso:
Benedicto XVI decidió hablar en latín. Dijo que su renuncia se haría efectiva el 28 de febrero de ese mismo año, a las 8 de la noche. Ninguno de los periodistas presentes hablaba latín, salvo una periodista española. El resto de los periodistas estaban totalmente en la luna, no tenían ni la más remota idea que el papa estaba renunciando, hasta que la periodista española, encendió las alarmas. Por ende, les mandó un mensaje de texto a sus colegas que decía lo siguiente:
“El papa está renunciando”.
Independientemente de las renuncias de San Celestino y Gregorio XII, la renuncia de Benedicto XVI, fue totalmente libre.
El mismo Benedicto XVI reconoció que había sido un acto libre:
“Por esta razón, y muy consciente de la gravedad de este acto, con plena libertad declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me concedieron los cardenales el 19 de abril de 2005, de tal modo que…la Sede de San Pedro, estará vacante y se convocará un cónclave que elegirá al nuevo Pontífice Supremo”.

La renuncia de Benedicto XVI, no fue por enfermedad mental tales como demencia senil,  alzhéimer o arteriosclerosis, o por alguna dolencia física. El Padre Lombardi aclaró que Su Santidad Benedicto XVI no estaba enfermo sino que renunció por lo que el mismo Benedicto XVI reconoció:

Tras haber examinado repetidamente mi conciencia ante Dios, he llegado a la certeza de que mis fuerzas, dada mi avanzada edad, ya no se corresponden con las de un adecuado ejercicio del ministerio petrino. Soy consciente de que este ministerio, dada su naturaleza espiritual esencial, debe ser llevado a cabo no sólo con palabras y hechos, sino también con oración y sufrimiento. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a cambios tan rápidos y sacudido por cuestiones de profunda relevancia para la vida de la fe, de cara a gobernar la barca de San Pedro y difundir el Evangelio, son necesarias tanto la fortaleza de mente como la del cuerpo, fuerza que en los últimos meses se ha deteriorado hasta tal punto en mí, que he tenido que reconocer mi incapacidad para cumplir adecuadamente el ministerio que se me confió”

Benedicto XVI, ya había asomado la posibilidad de la renuncia, fue en el libro entrevista que fue publicado en el año 2010. La entrevista se la hizo el periodista alemán Peter Seewald. El libro se llama “luz del mundo”. En dicho libro Peter Seewald le pregunta a Benedicto XVI:

"Por lo tanto, ¿puede pensarse en una situación en la que usted considere apropiada la renuncia de un papa?"

A lo que Benedicto XVI responde:

 "Sí, si un papa llega a reconocer con claridad que física, psíquica y mentalmente no puede ya con el encargo de su oficio, tiene el derecho y, en ciertas circunstancias también el deber de renunciar".


5) El Padre Lombardi fue el “secretario de prensa” de Benedicto XVI. Este padre también lo es del papa Francisco. Al igual que el padre Francisco, el padre Lombardi también es jesuita. En su momento comentó que Benedicto XVI había tomado la decisión de renunciar, luego de su viaje a México y Cuba. El Papa emérito Benedicto XVI, pudo cumplir sus compromisos en ambos países con mucha prestancia, responsabilidad y certeza, como todo lo que él hizo, pero luego de ese viaje quedó físicamente agotado.
La renuncia de Benedicto XVI, abrió la puerta a que el papa Francisco fuera papa. Antes de dicha renuncia, solo Dios sabía que el cardenal Jorge Mario Bergoglio, sería electo papa y tomaría el nombre de Francisco. Como una vez me dijo el Padre Cesáreo Gil Atrio:
“Dios sabe lo que hace”.
Este santo sacerdote, fue junto con el Padre Hermógenes Castaño, el que el año 1959, trajo “los Cursillos de Cristiandad” a Venezuela.
Los detractores de Benedicto XVI, le deberían reconocer que sean cuales fueren los errores que le atribuyen, por el solo hecho de la renuncia, tiene un mayor valor de bien que todos los errores que según ellos, pudo haber cometido. Benedicto XVI abrió paso y permitió la entrada de un Papa como Francisco, que en sus dos años y pico de pontificado, le ha hecho un inmenso bien a la Iglesia.
Obviamente que hay un cambio de estilo entre Benedicto XVI y Francisco. Tal cual hubo entre el Venerable Pio XII y San Juan XXIII. A Pio XII y a San Juan XXIII, les tocó épocas muy diferentes, tal cual a  Benedicto XVI y a Francisco. Y la época de Francisco es como es: es decir, una época mucho mejor. Esto, gracias al carisma de Francisco ya que como consecuencia de ello, se respira un nuevo aire fresco en la Iglesia, pero esto es debido a que Benedicto XVI tuvo el tino, la sabiduría, la inteligencia y la valentía de renunciar, de abrir paso. Es decir: de renunciar porque reconoció que sus fuerzas no le daban para más.
6) Se pudiera decir que luego de la elección del cardenal Wojtyła como papa, se reabrió una puerta para la elección de un papa no italiano. Se puede hablar que ocurrió una “revolución” dentro de la Iglesia, que se vino a consolidar con la elección como papa, del cardenal Jorge Mario Bergoglio, quien tomó el nombre de Francisco, quien coloquialmente hablando, se puede decir que “rompió el molde”, ya que además de argentino, es jesuita, siendo el primer papa jesuita y además que tomó el nombre de “Francisco”, por San Francisco de Asís y no como mucha gente inicialmente pensó que porque el papa Francisco es jesuita, el nombre de Francisco, lo había debido de haber tomado por uno, o por los dos, de dos santos jesuitas, como lo fueron San Francisco Javier, misionero y co-patrono de las misiones, junto con Santa Teresita del Niño Jesús; o por San Francisco de Borja, tercer Padre General de la compañía de Jesús; sucesor de San Ignacio en dicho cargo.
Por cierto, San Francisco de Borja, es bisnieto de Alejandro VI, Rodrigo Borja, a pesar de sus muchos pecados, también fue papa. Fue también español, valenciano. Por Alejandro VI, haber sido papa, es por lo tanto, antecesor del papa Francisco y aunque Alejandro VI, cometió pecados horrendos, no por eso dejó de ser papa, legítimo  sucesor de San Pedro, al igual que lo es, el papa Francisco.

El hecho que un gran pecador como Alejandro VI, haya sido papa, demuestra que Dios sabe sacar bienes mayores de los males que permite. Siendo Dios bien infinito, Dios no puede cometer ningún mal, Dios solo puede hacer el bien y de Dios solo puede salir el bien. En el Génesis, cuando se habla de la creación, se dice: “Y vio Dios que era muy bueno”.

Dicho lo anterior, seguimos:

De los males que Dios permite, saca bienes mayores. El bien que hizo San Francisco de Borja, fue muy superior a la sumatoria de todos los males que cometió su bisabuelo, el papa Alejandro VI. Si no hubiera existido Alejandro VI, tampoco hubiera existido su nieto, San Francisco de Borja. Además, si la Iglesia Católica no desapareció por los espantosos pecados del papa Alejandro VI, es porque una fuerza infinitamente divina y poderosa, la sostuvo desde arriba, porque cualquier otra organización humana hubiera desparecido de haber  tenido una cabeza, tan criminal, corrupta y lasciva, como fue la de Alejandro VI.  

El libro “El Decamerón”, fue escrito por Giovanni Boccaccio.  Dicho libro está constituido por cien capítulos, algunos de ellos cuentos y otras novelas cortas.  En la novela segunda, el judío Abraham es animado por Giannotto de Civigní para ir a Roma y a la vez le advierte de la gran corrupción y maldad que encontrará en la capital de la cristiandad. Sin embargo, Abraham se convierte al catolicismo, porque se da cuenta de que, si a pesar de toda la horrenda corrupción que vio en Roma, si la Iglesia Católica no desapareció es porque tiene que ser que necesariamente, la fuerza de Dios que viene de lo alto, tiene que sostenerla desde arriba y que a la vez, impide que naufrague. Esto a  pesar de tantas humanas debilidades, tal como por ejemplo, la que aconteció con Alejandro VI, ya que cualquier otra institución no hubiera podido haber soportado tanta corrupción y podredumbre, sin haber desaparecido.


7) Veamos con lupa, el caso de San Francisco de Borja (1510-1572)

De niño, su familia lo mandó a la corte del emperador Carlos V, en la que se destacó.  Contrajo matrimonio con doña Leonor de Castro, camarera mayor de la emperatriz Isabel.

Llegó a ser «gran privado» del emperador, Caballerizo de la Emperatriz, duque de Gandía y virrey de Cataluña.
                                                  
Sin embargo, este noble tuvo un gran choque en su vida:
En 1539, le tocó escoltar el cuerpo de la emperatriz, Isabel de Portugal, esposa de Carlos V, desde Toledo donde había fallecido a la tumba que le tenían preparada, en Granada. En consecuencia, en Toledo, tuvo que sellar la tumba de una de las reinas más hermosas jamás vistas y reabrirla al llegar a Granada, como en efecto hizo. Reabrió la tumba y vio el cadáver tan pero descompuesto, que según dijera el propio Francisco de Borja, el cadáver estaba "irreconocible" y ante aquel trauma decidió que “nunca más serviré a un señor que se me pueda morir".

En efecto, en 1546, su esposa Leonor murió y Francisco decidió entrar en la Compañía de Jesús, pero San Ignacio le exigió que antes de entrar, tenía que dejar arreglados sus asuntos terrenales. En consecuencia, renunció a sus títulos en favor de su primogénito, Carlos. Quedando libre de ataduras mundanas, se le ofreció el título de cardenal, lo cual rechazó, prefiriendo la vida de jesuita como “predicador itinerante”, pasando de virrey/duque, a vivir una muy austera.

Fue el tercer “Superior General de los jesuitas”. "¿De qué le sirve al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma?", le repetía San Ignacio (Marcos 8: 36)

Francisco de Borja fue canonizado en 1671, por el papa Clemente X.


7) En futuras entregas sobre el papa Francisco, veremos cómo ha sido la influencia de San Francisco de Asís, en el papa Francisco. Por ejemplo, la actual encíclica “Laudato Si’” (“Alabado seas”).
El fundador del ecologismo, fue San Francisco de Asís. Desconozco si los ecologistas, tienen o no patrono, pero si no lo tienen, con todo respeto y devoción al papa Francisco, le sugerimos que debería de nombrar a San Francisco de Asís.

No olvidemos del “cántico de las criaturas”, de este  portento de santo, aquello de “hermano sol, hermana luna, hermana tierra, hermana agua”, etc. Tampoco podemos olvidar la leyenda del lobo de Gubbio, que el poeta nicaragüense, Rubén Darío, premio nobel de literatura, llevó a poesía, en su muy famoso poema “los motivos del lobo”.
En esta leyenda, San Francisco logra amansar al “hermano lobo”.

San Francisco de Asís, no se quedó solamente en la ecología. Este santo partió que la naturaleza, es obra de Dios y que por lo tanto, es un regalo de Dios a la humanidad y que por lo tanto, hay que cuidarla, amarla, protegerla, defenderla. Como antes, citamos otra vez el Génesis:

 “Hagamos al hombre a nuestra imagen y nuestra semejanza, para que domine sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados y sobre todas las bestias de la tierra y sobre cuantos animales se muevan sobre ella.”  (Genésis 1,27)

“Dios formó al hombre con polvo del suelo e insufló en sus narices aliento de vida y resultó el hombre un ser viviente” (Genésis 2,7).

31. Dios vio que todo cuanto había hecho era muy bueno. Y atardeció y amaneció: fue el día Sexto (Genésis 1,31).

Veamos por ejemplo, la fidelidad de los perros. Los perros son criaturas de Dios. La incondicionalidad fidelidad de los perros hacia los humanos, que nunca falla, refleja la fidelidad de Dios hacia los humanos, que nunca falla. No olvido nunca cuando en una visita a Londres, al pasar en el autobús cerca del cementerio, el guía turístico nos comentó una lápida que puso una señora, que decía lo siguiente:
“A mi perro, que me ha sido más fiel que mis tres maridos”.

La encíclica “Laudato Si’” (“Alabado seas”),  no es solamente un documento ecológico, es además, una reflexión espiritual. Parte de “la casa común”, es decir, los bienes comunes que Dios nos da, que debemos cuidar, tal cual nos enseñó San Francisco de Asís. De aquí, el papa Francisco nos propone 5 puntos para reflexionar:

1) Ser agradecido y practicar la gratuidad.

2) Educar en los diversos ámbitos.

3) Destierro del consumismo compulsivo:  

4) Olvido del egoísmo: 

5)  Conversión interior.

El papa Francisco tomó el nombre de Francisco, no solo por la ecología sino también por otras razones que veremos más adelante.

8) Con el cardenal Bergoglio, se dio el caso que ya era “papabile”. Entre los pronósticos y apuestas, ya sonaba el cardenal Bergoglio, como eventual papa. El 13 de marzo de 2013,  el cardenal Bergoglio fue electo papa. Sucedió durante el segundo día del cónclave, en la quinta votación, por 115 cardenales. Y desde el llamado “Balcón de San Pedro”, en su coloquial estilo: directo, franco, sincero y hasta simpático, el recién electo papa Francisco, dijo lo siguiente:

“Mis fraternales hermanos los cardenales, fueron hasta el fin del mundo para elegir a un nuevo papa”.
Al ser electo, San Juan Pablo II, dijo lo siguiente: “vengo de un país lejano”.
Como se desprende de ambas frases, Francisco tiene muchas similitudes con San Juan Pablo II y también con otros santos papas, tales como con San Juan XXIII.
La elección del cardenal Bergoglio, no fue un batacazo, como sí lo fue la elección de Karol Wojtyła, el 16 de octubre de 1978. Hay algunos rumores que dicen que el cardenal Bergoglio llegó de segundo en el cónclave que eligió a Benedicto XVI. Pero estos son rumores. Si fue cierto, de repente pudo haber influido en el cónclave que eligió a Francisco papa, en 2013
9) El papa Francisco es sin duda, un papa sumamente carismático. Se ha conectado directamente con mucha gente. Tiene un lenguaje claro, directo, franco, trasparente, sincero, auténtico. El papa Francisco es genuino. En este momento, se ha convertido en una referencia y en conciencia moral, de toda la humanidad, en este convulsionado momento histórico. 
Bien se pudiera definir a Francisco, como “el papa de los niños”, por lo bien que a ejemplo de Jesucristo, recibe a los niños:
“En aquel tiempo presentaron a Jesús unos niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían. Pero Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios. Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él» Y abrazaba a los niños, y los bendecía poniendo las manos sobre ellos. Evangelio según san Marcos 10, 13-16 
Una de las virtudes más importantes que puede lograr tener una persona es ser la persona que verdaderamente es. Para bien o para mal, pero ser uno mismo. 

El  papa Francisco es el papa Francisco. Eso lo consideramos una gran virtud. Sin embargo, el papa Francisco ha sido muy distorsionado y sacado de contexto. Como bien dice el periodista católico, el gran Pepe Alonso, un texto fuera de contexto, es un pretexto. Una cosa es lo que dijo el papa Francisco y otra es lo que dicen que dijo el papa Francisco. Por ejemplo:

Hay   quien dice que el papa Francisco dijo que el papa francisco dijo que el infierno no existe. Falso. El papa Francisco nunca dijo esto. Como veremos en sucesivas entregas, el papa Francisco ha hecho hincapié en la existencia del diablo. Una de las grandes astucias del diablo es hacer creer que no existe. Para que exista un diablo, tiene que existir un infierno. El diablo estuvo en el cielo, antes que se rebelara contra Dios. El lugar al que está destinado el diablo, es el infierno, así está muy especificado y profetizado, en el libro del Apocalipsis.
El beato Pablo VI, antecesor del papa Francisco dijo lo siguiente:

“Per rimas fumus intravit autem Satanás in templo Dei”. “A través de alguna grieta, ha entrado el humo de Satanás en el templo de Dios”.  

El papa Francisco ha dicho cosas como estas:
“El diablo no es un mito y debemos combatirlo”

 “El diablo existe y hay que luchar contra él”.

“No soy anticuado, el diablo también está en el siglo XXI”.

“El diablo castiga a México porque ahí se apareció la Virgen”.


“El demonio no le perdona a México que la Virgen de Guadalupe, haya mostrado ahí a su hijo”
La falacia que dice que el papa Francisco dijo que el diablo no existía, se basa en otra falacia que dice que el papa emérito Benedicto XVI, suprimió el limbo. El limbo no está en la Biblia. El limbo es un invento de San Agustín. Lo que Benedicto XVI hizo fue declarar que el limbo no existía. Si hubiera existido, Benedicto XVI no lo hubiera podido haber eliminado; simplemente declaró que no existía. El papa Francisco jamás ha dicho que el infierno no existe. Es imposible que hubiera dijera tal cosa.

10) En sucesivas entregas, aclararemos que el papa Francisco no es comunista. No es ningún papa rojo, como algunos han dicho. El papa Francisco no cree en “la teología de la liberación”, como otros han dicho. El papa Francisco sigue la doctrina social de la Iglesia. No es lo mismo la doctrina social de la Iglesia, que la teología de la liberación. A partir de León XIII, comienza el compendio de la doctrina social de la Iglesia, que no la inventó León XIII. La doctrina social de la Iglesia está en la Sagrada Biblia, tanto en el Nuevo, como en el Antiguo Testamento. León XIII lo que hizo fue comenzar lo que pudiéramos llamar su codificación.

El papa Francisco, Tampoco ha autorizado la comunión de los divorciados y vueltos a casar, como otros han pretendido hacer creer. Tampoco ha bendecido los llamados “matrimonio gays” y la consecuente adopción. Una cosa es que haya reconocido a los homosexuales, como hijos de Dios, que son seres humanos, que Jesucristo derramó su sangre por la remisión de los pecados de todos: heterosexuales,  homosexuales, bisexuales, transexuales, etc, y que también haya dicho que hay que respetar a los homosexuales y que no deben ser objeto de discriminación (cuestión que ya dijo el Catecismo Universal de la Iglesia Católica); y otra es que supuestamente haya bendecido las llamadas “bodas gays”, que no las bendijo y la correspondiente adopción de “dos padres” o “dos madres”,
que tampoco bendijo.
Tampoco aprobó la reciente sentencia de la Corte Suprema de los Estados Unidos de América, de todos conocida. Dicha sentencia fue ampliamente cuestionada por la Conferencia Episcopal Norteamericana y no olvidemos que los obispos están en comunión con el papa. Si dejaran de estar, caerían en cisma, tal cual cayeron, por ejemplo, Lutero y el rey Enrique VIII de Inglaterra, que se separaron de sus respectivos papas. Todo lo que en este campo, el papa Francisco, se limitó a decir fue lo siguiente:

“Si una persona tiene una tendencia homosexual y sincera y honestamente busca a Dios, ¿quién soy yo para juzgarlo?
Nótese que ni siquiera dijo “homosexual” sino de una “tendencia homosexual”.
Tampoco dijo que aceptaba el divorcio:

Lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre” (Marcos 10,2-16) y “lo que Dios unió, que no lo separe el hombre” (Mateo 19,6)
La indisolubilidad matrimonial está en El Evangelio, lo dijo Jesucristo:
Lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre” (Marcos 10,2-16) y “lo que Dios unió, que no lo separe el hombre” (Mateo 19,6)
La Iglesia no puede cambiar el Evangelio. El Evangelio es de derecho divino y el derecho divino no lo puede cambiar ni el Papa.
Esto también lo dice el Código de Derecho Canónico: 

“El matrimonio no puede ser disuelto por ningún poder humano, ni por ninguna causa, fuera de la muerte” (Código de Derecho Canónico, canon 1141). 

Ahora bien, la Iglesia, en ciertos casos, acepta la separación de cuerpos. En el mismo Código de Derecho Canónico, la Iglesia establece el procedimiento de la separación  de cuerpos y en ciertos casos, los tribunales eclesiásticos así lo han decretado.

Otra cuestión son los llamados juicios de declaratoria de nulidad matrimoniales. No se trata de anular un determinado matrimonio, sino que declarara nulo, cuando se dan determinadas causales. En esos casos, la Iglesia Católica declara que no hubo matrimonio. Tanto el papa Francisco, como sus predecesores, se han preocupado porque dichos procesos se agilicen. En caso que una determinada declaratoria de nulidad fuere exitosa,  la persona beneficiada se puede volver a casar por la Iglesia, siempre y cuando, la contraparte no tenga un determinado impedimento que le impida casarse por la Iglesia. 

El que el papa Francisco haya sido comprensivo, misericordioso, no exclusivo y más bien incluyente, con los divorciados, no quiere decir que les haya dicho que se vuelvan vuelto a casar solo por lo civil.

En posteriores entregas, profundizaremos todo estos casos en los que obviamente, se ve que han distorsionado y sacado de contexto, al muy querido papa Francisco.
Veremos también como francisco, es un papa profundamente mariano. EN su reciente viaje por Ecuador, Bolivia y Paraguay, siempre terminaba sus alocuciones, diciendo lo siguiente:
“Hay que despedirse de la Señora”. Y a continuación, invitaba a rezar un Ave María o una Salve
El papa Francisco nos exhorta a que seamos solidarios, a que nos cuidemos, los unos a los otros.
El papa Francisco no dice otra cosa que lo siguiente, que está en la Sagrada Biblia:
“Frater qui adjuvatur a fratre quasi civitas firma”.  

“El hermano ayudado por su hermano es tan fuerte como una ciudad amurallada”.  Versículo 19, capítulo XVIII, del libro de los Proverbios (la solidaridad, el socorro y la ayuda entre todos, es un principio de la doctrina social de la Iglesia).
Vamos a terminar esta primera entrega con las palabras del papa Francisco:
“Por favor, no se olviden de rezar por mí”.

Luis Alberto Machado Sanz
machadosanz@yahoo.com
@caballitonoble


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