Nos tienes obstinados de tanta
habladera de tonterías e insensateces. Todos los días interrumpes la paz de los
venezolanos con tus malditas cadenas. Cada día inventas un nuevo cuento. ¿Has
hecho un sondeo para averiguar el “rating” de tus peroratas? Seguramente no te
atreves porque prefieres seguir con la ilusión de que los venezolanos somos
idiotas y seguimos “pegados” del radio o de la televisión escuchando cuanta
estupidez dices. Si hicieras ese sondeo te darías cuenta de que pierdes tu
tiempo. La gran mayoría de los radioescuchas y televidentes apagan sus
receptores porque ya no te soportan. Los afortunados que tenemos subscripción
de televisión por cable, que cada día somos más, cambiamos de canal apenas
anuncian una cadena o interrumpes las transmisiones regulares para no tener que
“calarnos” tus disparates.
Ahora atacas a los medios
televisivos y los acusas de estar involucrados en una conspiración golpista.
Según tú supuestamente los noticieros manipulan la información. Pero ¿Quién es
el dueño de los canales de televisión en Venezuela? ¿Y aquellos a los cuales todavía no les has puesto el
guante, no están intervenidos o bajo la censura de tu odioso régimen?
Según tú, toda Venezuela está
conspirando contra ti o está planeando asesinarte. Pero no solamente los venezolanos
son conspiradores sino que involucras al “imperio” como sueles llamarlo. Ahora
vuelves también con la fábula de los paramilitares colombianos. De esta manera
pretendes envolver, sin decirlo, al vecino país en tus fantásticas acusaciones.
Desde que lanzaste tu primera
denuncia de una supuesta conspiración has anunciado que vas presentar las
pruebas que aseguras tener en tu poder. “Mañana presentaré las pruebas”.
“Pasado mañana mostraré las pruebas”. “Dentro de poco revelaré las pruebas”.
Todo el mundo quisiera ver esas pruebas, pero ellas solamente existen en tu
mente trastornada.
Pero como no hay mal que no tenga una contraparte
buena, de tanto repetir las mismas mentiras, la gente no solamente no las cree
sino que no cree en ti. Cada día la imagen de bufón charlatán que proyectas se
consolida más.
En el mundo exterior tu imagen
internacional, si es que alguna vez tuviste, ha desparecido totalmente y ha
dado paso a llamamientos para que pongas fin la dictadura y al proceso de
destrucción del país en que estás empeñado.
Las respuestas del diario ABC a
las invectivas que le dirigiste son la mejor muestra del grado de desprestigio
a que has llegado. Con un fino humor pero también con justificado sarcasmo el
periódico español desdeña la acusación
de que ese diario promueve una “campaña de la ultraderecha internacional
y factores del imperio estadounidense contra el régimen venezolano”: “Le
agradezco muy sinceramente tamaña distinción, porque nunca hasta ahora nadie
nos había dedicado tan abrumadores elogios”
Lo mismo podría decir la
oposición venezolana que según el ilegítimo es capaz de movilizar recursos de
todo tipo, hasta un avión para bombardear Caracas, en los supuestos planes
subversivos, golpistas y magnicidas.
Quisiera efectivamente la
disidencia venezolana disponer de los cuantiosos recursos financieros que
requeriría una iniciativa de esa naturaleza, pero no para dedicarlos a la
subversión sino para contribuir a atenuar las penurias que padece la población
venezolana, especialmente la de bajos recursos, como consecuencia del
desbarajuste reinante en el país.
Si algún gobierno, en algún
momento, creyó la propaganda oficial que aseguraba que en Venezuela había
democracia, ahora - lamentablemente tarde - se han dado cuenta de la realidad.
La comunidad internacional ha comenzado a movilizarse para presionarte y
hacerte entrar en razón. Algunos gobiernos de países amigos ofrecen mediar para
ayudar a rescatar la democracia y las libertades en Venezuela. Todos esos
ofrecimientos son bienvenidos, no porque los venezolanos no podamos resolver
nuestro problemas, sino porque, como quedó demostrado en una oportunidad, el
ilegítimo no tiene interés en dialogar con la oposición. Lo más probable es que
cualquier intento de un gobierno extranjero de hacer entrar en razón al
ilegítimo se estrellará contra el mismo muro de irracionalidad que te
caracteriza..
Está claro que lo que pretendes
es impedir, a como dé lugar, las elecciones parlamentarias que sabes de
antemano infligirán una aplastante
derrota al oficialismo. Yo diría: ni te atrevas. Los venezolanos no vamos a
permitir que interfieras ni en el proceso electoral previo, ni en las
elecciones mismas, y mucho menos en los
resultados.
Nuestro llamado es a los
gobiernos socios de Venezuela en Mercosur y en Unasur para que activen las
cláusulas democráticas promulgadas por esas organizaciones. Ya hubo una
iniciativa de un grupo de parlamentarios argentinos para accionar el Protocolo
de Ushuaia. Es importante que los parlamentos de los otros países miembros de
Mercosur apoyen esa iniciativa y presionen a sus gobiernos para que dejen de
ser indiferentes ante el desastre que se avecina en Venezuela.
Volviendo al título de este
artículo, reproduzco las palabras de Erick Roa, el padre de Kluiverth Roa, el
muchacho asesinado por el régimen: “PRESIDENTE, NO TIENE POR QUÉ DECIR TANTAS
IDIOTECES. Los venezolanos, al unísono repetimos lo que le dijo en su
oportunidad el Rey Juan Carlos: “¡POR QUÉ NO TE CALLAS!”. No nos vas a
convencer de tus mentiras ni de tus fantasías de paranoico.
Adolfo R. Taylhardat
adolfotaylhardat@gmail.com
@taylhardat
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