PACIANO PADRON |
Confieso
no recordar cuántos fueron los supuestos intentos de magnicidios perpetrados
contra Hugo Chávez, por cierto sin que jamás se hubiese concretado acción
válida contra nadie. Lo que si no olvido
es que quiso atribuírsele el cáncer que lo condujo a la muerte en diciembre de
2012 (hecha pública en marzo de 2013) a inoculación de la enfermedad por parte
del imperialismo y la derecha. Puro cuento, petardos y más petardos para
intentar radicalizar a los suyos en contra de la alternativa democrática.
Con el cuento del magnicidio Nicolás
juega al pobrecito, busca tapar la crisis brutal que nos agobia y procurarse
una mayoría de dos tercios en la Asamblea Nacional, a partir de disminuir el
número de opositores. Procura, igualmente, unificar a la gente vinculada al
proceso comunista en marcha, la que en
su inmensa mayoría hoy reprocha a Nicolás sus desaciertos y torpezas, sus
movimientos de elefante dentro de cristalería.
Una ventaja adicional de los supuestos
magnicidios es intentar desviar la atención de la tragedia actual del
venezolano, la inflación que se traga todos los ingresos, y el “no hay” que
frustra toda esperanza. Nicolás necesita desviar la atención en el intento de
frenar la revuelta popular que se avecina, en reclamo de lo fundamental: que
haya alimentos en los abastos, medicamentos en las farmacias y salud y vida en
los hospitales.
El diputadocidio, como bien sabemos
todos, no es solo contra María Corina, a quien ya se le sacó a empujones
inconstitucionales de la A.N., sino igualmente contra Juan Carlos Caldera,
quien entendió debió optar por la renuncia a la representación popular, o
contra Richard Mardo, diputado y líder de Aragua, a quien de un solo zarpazo le
arrebataron su condición de diputado, como igualmente pretende hacerse contra
Ismael García, a quien tienen en tres y dos o contra la silenciada María
Mercedes Aranguren (Monagas). También están anunciando la salsa contra
Deyalitza Aray (Carabobo); Ángel Medina (Miranda); Eliézer Sirit (Falcón); Juan
García (Monagas); José González (Guárico); Leomagno Flores (Táchira); William
Dávila (Mérida); Gregorio Graterol (Falcón); José Gregorio Contreras (Sucre),
Luis Barragán (suplente de Richard Mardo) y Américo de Grazia, (Bolívar).
Ninguno
de ellos ha cometido delito alguno. La Fiscal, presta a los antojos del
régimen, acusa conforme se le pide para restar votos en el otro campo, en
intento de obtener los números necesarios para actuar en la Asamblea con la
mayoría calificada de dos tercios de sus integrantes y, entre otras tropelías,
elegir a sus anchas las altas autoridades.
Operó el diputadocidio contra Mardo y
María Corina, y no pasó nada, las calles no conocieron de protesta popular. No
podemos permitir que la misma apatía opere frente al asesinato moral y jurídico
al que pretenden contra la misma María Corina, mi diputada, por quien voté en
El Hatillo, donde sumamos más del 80 % de los sufragios para ella. La calle nos
espera. El que ahora sea diciembre no debe detenernos, también es bueno el mes
próximo, recuérdese el 23 de enero, cuando comenzaba a correr el año 1958. No
más farsa, no más magnicidios de mampostería, ni diputadocidios reales. De
frente contra el atropello y por la libertad.
Paciano
Padrón
pacianopadron@gmail.com
@padronpaciano
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