BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

domingo, 19 de octubre de 2014

RAFAEL MUCI-MENDOZA, ELOGIO DE LA VULNERABILIDAD

…ellos mismos se envilecen más aún, se hunden más en la pestilencia con cada actuación, con cada palabra y con cada obra… Rafael Muci-Mendoza

Hemos sido repetitivos en el sentido de decir que la sociedad venezolana es una sociedad enferma, muy enferma… Esta enfermedad no es nueva y ha estado presente desde que el facilismo petrolero infiltró la ética, la moral y las buenas costumbres de los hombres de fácil talante. 
Tampoco han sido todos…, muchos han alzado sus voces alertando acerca del peligro de crear una sociedad anómica, un sociedad infartada en el core de su eficiencia, la cual apena decirlo, ya está aquí mostrando su sonrisa socarrona. En los últimos 15 años el deterioro ha sido progresivo y rápido, inducido desde las alturas de un régimen que lenta e inexorablemente ha destruido instituciones que frenan las apetencias de los hombres e impiden las dictaduras; el poder moral o ciudadano, sugerido por el Libertador Simón Bolívar al Congreso de Angostura de 1.819, e integrado por el Defensor del Pueblo, el Fiscal General y el Contralor General, han sido ganados para el Ejecutivo, se han envilecido y han perdido toda independencia, prestancia, valor y carácter al convertirse en simples apéndices sin capacidad de frenar a quien cada día más les envilece… Bueno, ellos mismos se envilecen más aún, se hunden más en la pestilencia con cada actuación, con cada palabra y con cada obra…
Puede ser una empresa muy dificultosa el comparar la enfermedad humana con la enfermedad social, con la enfermedad nacional. En un momento escribí en mi fenecida columna del Diario El Universal el 3 de octubre de 2013, que en nuestro país, Hugo Chávez era el factor patogénico por excelencia (patógeno: Productor o causante de enfermedad). Todo enfermó desde el día de su toma de posesión al son de su verbo agresivo promotor del odio de clases, al toque de su mano inficionada y a la acción de su destructiva agresividad desbordada. Nunca sabremos cuántos han enfermado y aún muerto al verse privados de su tranquilidad, de sus bienes obtenidos con esfuerzo y arrebatados injustamente; al ver quebrantada la soberanía de nuestro país por una nación arruinada y ruin, y entregada sin ninguna resistencia y con deleite;  al inundarnos de religiones primitivas y sacrificios animales; al perder de manos del malandraje de su creación algún ser querido llorado a cada instante; al ser insultados, culpados y despreciados diariamente con adjetivos inmerecidos; al presenciar el inicio de la diáspora de seres queridos en la búsqueda de tierras fértiles y más tranquilas donde rehacer sus vidas y sembrar su cimiente; en la ausencia de justicia oportuna y efectiva y el crecimiento de la injusticia más injusta; en vivir la carestía de lo más esencial en medio del precio de un barril de petróleo superior o cercano a los cien dólares, despilfarrados en lo que califica como hurto penal: extraer un bien sin permiso de su dueño; carestía de seguridad social, carestía absoluta en los hospitales públicos y pronto de los privados, carestía de alimentos básicos, de medicamentos de uso diario, muchos indispensables, de la tecnología básica para el tratamiento de condiciones producidas o agravadas por el régimen mismo: cáncer, enfermedades infecciosas emergentes y reemergentes, diabetes, enfermedades cardíacas, epilepsia, sida y tantas malaventuras agobiantes; en sentirse inseguros por la emergencia de médicos ¨integrales¨ en serie, sujetos de una oferta fraudulenta, de ínfima preparación y peor desempeño; militares indiferentes que han abjurado su lealtad a la patria; universidades que vencen las sombras sometidas al ayuno, y al escarnio sus autoridades por pensar diferente por apreciar la excelencia; universidades estatales a granel que siembran sombras y en las cuales la libertad de pensamiento no tiene cobijo; sentirnos presos en nuestras propias casas rodeadas de alambres de púas, cercos eléctricos y garitas de protección por estar asediados por malvivientes; en fin, encontrarnos en un estado de sitio o toque de queda impuesto por el hampa o autoimpuesto por la cordura y el instinto vital.
Caracterizar la enfermedad puede realizarse desde múltiples perspectivas, que, en ciertos casos, se complementan y, en otros, se oponen de manera irreconciliable. Sin duda, todos coincidiríamos en que no es posible equiparar la concepción que el enfermo –el ciudadano- tiene sobre su propio padecimiento con la del médico que lo trata –especialmente si no existe-.
¿Cómo entonces definimos la enfermedad, los enfermos venezolanos que somos todos…? Afección, dolencia, padecimiento, indisposición, mal, trastorno, daño, ruinera, abatimiento, tristeza… profunda tristeza, todos sinónimos con los que describimos de forma elemental lo que nos agobia y que no siempre encontramos en los diccionarios generales y en los libros de empleo exclusivamente médico. Es esta noción subjetiva -desarrollada y sostenida en mayor medida por toda la sociedad que en su conjunto sufre, es la responsable directa de la construcción de una metáfora de la enfermedad que ha influido e influirá sustancialmente en su evolución. Ha sobrevenido un estado forajido donde la ley, el derecho y el todo se desconoce, se vulnera, responsable de muchas de nuestras incertidumbres y dolorosas penas, caldo de cultivo y caldero donde se cuecen a fuego lento y se gestan –aunque no lo creamos-  muchas de nuestras enfermedades sociales y personales, desde las más nimias hasta las más orgánicas…
Los mamelucos no han podido –perdón, ¨no han querido poder¨- con la malaria por mencionar una envalentonada enfermedad reemergente,  contimás con el virus ébola: una ficción lejana, una negación presente, una imposibilidad a la vuelta de la esquina, repartiendo papelitos insulsos en Maiquetía: ¡mucho camisón pa´Petra! Dios nos libre de la misión médica cubana tomando las riendas de la prevención, esa misma pagada a precio de oro, becados para pasarla bien aquí, dueños y señores que han dejado una estela de ineptitud, ignorancia y desvaríos.
La revolución está preparada para resistir el ´virus imperialista¨: el ébola
Somos un país muy vulnerable porque hemos perdido nuestros mecanismos de defensa y resistencia, nuestras virtudes, nuestro coraje, nuestra moral y patriotismo; nos hemos entregado a las fuerzas del mal sin oponer resistencia alguna, mientras al gobierno no le importa que le vean las pantaletas rotas…
Pero las noticias parecen decirnos que el fin está cerca; de manos de ellos mismos, matándose con saña los unos a los otros por cuotas de poder. El Dios de los Ejércitos los está haciendo temblar de pánico. Los amigos fotografiados sonrientes de antes, ahora yacentes sobre el frío acero de la mesa de Morgagni, de la mesa de autopsias, cosidos a golpe de punzón para que la agonía se extienda mostrando que el poder solo flor de un día es. Mucho del corazón de la patria, del tejido útil y poderoso, todavía está presente entre nosotros, y con esa herramienta contráctil que da vida y esperanza, podremos construir de nuevo una nación donde la inteligencia y la razón lideren, donde la limosna que minimiza se transforme en mano que crea, donde se levante el estado de sitio y veamos el porvenir con optimismo…

Rafael Muci
rafaelmuci@gmail.com
@MuciMendoza

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, DIARIO DE OPINIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.