Este régimen,
verdadero “enemigo del pueblo”, debería recordar la frase de Ambrose Bierce
según la cual “la paciencia es la forma menor de la desesperación, disfrazada
de virtud”. Diariamente se producen situaciones y amenazas que constituyen un
peligroso abuso de la paciencia de los venezolanos.
Al cúmulo de plagas que
azota al país, se añade ahora el intento por imponer contra toda cordura el uso
de capta huellas para controlar el consumo de los ciudadanos.
Ofrezco mis
excusas por expresarme de esta manera, pero, ¿son tan brutos carajo, que no
pueden entender que el problema es producir? ¿No ven acaso que todas las
empresas que han estatizado y que eran productivas, están quebradas? ¿Pueden
explicarle al país porque tienen que importar, comprándole a las empresas
privadas de los “países amigos” del régimen, todo lo que se producía y se puede
producir en Venezuela?
Aquí es donde entran en juego todas las necedades
utilizadas como excusas para atornillarse en el poder. El “socialismo del siglo
XXI”, la justicia social, los buenos de la partida, en fin.
Pero lo cierto es
que han arruinado al país, lo han endeudado en montos astronómicos, habiendo
recibido la más inaudita cantidad de millones de dólares de su historia.
Hoy
somos vistos con asombro en el mundo. Nadie puede entender que a una madre se
le pida la partida de nacimiento de su hijo, para poder venderle pañales, si es
que los consigue, como atestiguan fotografías que circulan en las redes.
O que
en el colmo de la impudicia se lleven medicamentos a Gaza, cuando académicos y
gremios de la salud solicitan se decrete la emergencia hospitalaria, y es casi
imposible conseguir cantidad de medicamentos fundamentales en las farmacias.
O
se pretenda aumentar la gasolina sin explicarle al país, porque debemos pagar
más nosotros mientras a Cuba, a los países del Caribe, a los panas que los
apoyan en los organismos internacionales, prácticamente se les regala el
petróleo.
Este “modelo” es un fracaso histórico que solo ha dejado ruina,
hambre, miseria y muerte en cada país donde se impuso.
Estoy pagando con placer
la única deuda que resulta grata, la de los libros pendientes de leer. Gracias
a mi querido y culto amigo Víctor Hugo D´Paola, quien cuenta con una rica
biblioteca, avanzo en la lectura de “Alabados sean nuestros señores” de Regis
Debray, personaje con hondas vivencias en los procesos revolucionarios de
América latina, y confidente de Fidel, y el Ché, entre otros.
Encuentro estas
perlas que ojala estimularan a alguien del gobierno a leer el libro: “Los
antillanos nos dirán un día cómo el compañerismo se convierte en mafia, y los
paladines en mercachifles”. “Nuestros héroes (Camilo, el Ché y los demás)
derramaron su sangre por vosotros, estáis en deuda con ellos, y no es caro
pagar con racionamiento, cortes de electricidad, farmacias vacías, despidos,
salarios de miseria, exclusión de los hoteles, playas reservadas a los
extranjeros”.
Esa es la realidad del “mar de la felicidad”, con su libreta de
racionamiento, versión primitiva de la propuesta canallada biométrica.
Freddy
Nuñez
freddynm6311@gmail.com
@freddynm6311
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