Una de las formas más sencillas de saber si un gobierno es malo es su
baja capacidad para soportar las críticas.
La
reciente caricatura de Rayma, con su genialidad creativa, puso con pocas
rayitas a todos los rojos entre indignados y deseosos de venganza que
rápidamente se concretó al botarla del sitio donde había trabajado durante
muchos años.
Era un periódico de dignidad y arrecho pero hoy está convertido en
un recoge latas del régimen.
No era la primera vez. Ya Zapata, al comienzo de esta farsa, le había sacado la piedra a Chávez con un dibujo que decía “yo a la sociedad la quiero firme y a discreción”, anticipando la tendencia militarista del régimen.
La explicación a este tipo de conducta radica en una falta muy grande de
autoestima. En efecto, al colocar la forma de sentir fuera del individuo la
defensa a la supuesta agresión es una necesidad. Lo curioso es que todos los
dirigentes del régimen se comportan de similar forma. Cualquier aparente
ofensa, crítica o agresión se responde con violencia desde verbal o puñetazos y
hasta con la mejor astucia jurídica que manda a cualquier cristiano a chirona.
En nuestra opinión el padre de este estilo de gobierno fue el propio
Chávez quien acostumbró a su banda a que ese era el comportamiento esperado y
de tanto repetirlo se volvió costumbre.
Otro ejemplo muy reciente es el de las denuncias de muertos por alguna
rara enfermedad en Maracay. No pasó un día para que los personeros del gobierno
y el propio gobernador del estado desmintiesen el asunto y pasasen a decir que
se trataba de un ataque de la oposición. Cualquier gobierno de buena autoestima
habría declarado algo así “hemos recibido denuncias de muertes extrañas. Dado
lo delicado de este asunto hemos pedido ayuda a la fiscalía para que con un
grupo de médicos investiguen que pasa”.
La baja autoestima también está presente en las relaciones
internacionales con una lista prefabricada de amigos y enemigos. En Irak y
Siria todo está clarito, los malos son los gringos y sus aliados, así que para
el gobernador de Aragua con esa pinta y nombre que tiene nos es fácil adivinar
sus simpatías árabes no importa las loqueras que realicen sus amigos con los
pescuezos de sus enemigos.
Durante muchos años hemos mantenido viva la vomitiva creencia de que hay
un grupo de venezolanos buenos y patriotas y otro grupo apátrida y pitiyanqui.
Todos sabemos quién fue el imbécil inventor de esta ridiculez como para que
Rayma le pusiera otra rayita a su firma.
Muchos amigos han decidido irse de Venezuela. Sobradas razones tienen
porque vivir con la inflación mayor del planeta, la mayor inseguridad y la
falta de libertades, no es fácil para aquellos que quieren cosas buenas para
sus hijos.
Pero a diferencia de Cuba aquí nos quedamos millones con la tarea de
sacar a estos piratas de baja estima.
Estamos decididos o se van por las buenas o prepárense. Venezolanos siempre,
comunistas nunca.
Eugenio
Montoro
montoroe@yahoo.es
@yugemoto67
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.