Las palabras pueden herir más que los cuchillos y
los puñales. Y como la forma de expresarse que tienen los miembros de este
régimen socialista-comunista casi siempre resulta demoledora y exterminadora,
pienso, que deberían ser más prudentes a la hora de abrir la boca. ¿A qué viene
el consejo?
A que muchas veces, movidos por las peores
emociones y por la ambición de poder los politiqueros rojos-rojitos pronuncian
palabras que no convienen ser escuchadas por el oyente y, sin medir el alcance
de ellas, terminan ofendiendo al propio pueblo. Y es precisamente esto, lo que
le sucede al Señor Maduro, al Sr Cabello y a sus seguidores acólitos al dirigirse a los venezolanos que
le adversan.
¡Cuidado con las palabras que se dicen, sobre todo
si se alberga algún tipo de rencor, resentimiento o animadversión en el alma y
más aun cuando se tiene una enfermedad exacerbada de resentimiento u odio en el
espíritu! El Ciudadano Maduro y el Sr Cabello hablan demasiado en sus peroratas
de cadenas o en las sesiones de la Asamblea Nacional, sin pensar el malestar
que esto causa en mucha gente que les escucha.
¿Cuántas personas se habrán alejado de su lado por
una palabra mal dicha, por una ofensa o cambian de canal para las cableras, con
el fin de no escuchar sus insultos? Sus asesores aparentemente tan comedidos,
deberían velar porque las opiniones de Maduro y Cabello sean edificantes, antes
que destructivas.
Lo que estos señores dicen, no debe ser un
instrumento para hablar contra las personas disidentes, para propiciar
polémicas sin sentido; ni tampoco para engañar o dejarnos enredar y ser
engañados.
Las groserías y las descalificaciones a los
contrarios, por citar un ejemplo, atropellan más de la cuenta. Con ellas no
sólo se demuestra una mala educación, sino que además se irrespeta a los demás.
De manera adicional, se hiere y le baja la autoestima a quien las escucha.
Al pronunciar palabras soeces, ordinarias y
groseras se maltrata verbalmente. Eso, sin lugar a dudas, es una de las más
frecuentes formas de violencia en nuestra vida diaria y lo triste es, que el Sr
Maduro y el Señor Cabello dan el ejemplo mientras sus seguidores aplauden como
focas.
El Señor Maduro
el Sr Cabello deberían abandonar los juicios negativos y dejar atrás la
ira, el odio y el resentimiento que les embarga. Antes que pronunciar palabra
alguna; deberían aceptar lo que recibe, sin importar lo grande o lo pequeño que
sea. En el momento menos indicado, una sola palabra le destruye una ilusión o
le mata los sueños a quienes le rodean, sean familiares o aduladores.
Ahora bien,
pronunciar palabras fuera de tono, agresivas, descalificadoras y escatológicas,
no tiene nada que ver con el nivel intelectual de cada quien. No es necesario
ser político, presidente de la república, diputado, orador, académico, ni
poeta, ni mucho menos artista.
Hay políticos que hablan por hablar y otros que
hablan muy bien; pero muy pocos son los que lo hacen con el verdadero
sentimiento que traen sus palabras. Pienso que se debe llevar una vida consecuente
con lo que se dice.
En la absoluta sinceridad al hablar y en el
testimonio que se de en la vida diaria,
están las cosas que nos transmiten la verdadera energía de la palabra
pronunciada y mucho más cuando un presidente se dirige a su pueblo. Debería
evitarles a los demás aquella frase que les amarguen de manera inútil sus
vidas.
¿No nos gusta que hablen mal de nosotros? Si eso es
así, no tenemos derecho a criticar a nadie y más quienes se dicen
socialistas-comunistas, humanistas y seguidores de la palabra de Cristo. No es
necesario creo yo Zenair quien esto escribe, acreditar nuestra forma de ser
‘desacreditando’ las de los demás porque no piensan como nosotros. No le gusta
al Señor Maduro, al Sr Cabello y a sus seguidores Psuvistas que les critiquen
el malo y pésimo gobierno, la demagogia, la manipulación de las emociones de
los pobres y la mentira con que envuelven a sus seguidores, pero si se la pasan
criticando a la oposición, a Henrique Capriles y a los que creen en la Unidad
en los programas de los medios gubernamentales o en las redes sociales como
Twitter.
Pues bien, andar por ahí ‘resquebrajando del
vecino’ genera mucho dolor y lastimosamente, los politiqueros del
socialismo-comunismo no atropellan con carros ni motocicletas, pero sí lo hacen
con sus palabras descalificadoras, agresivas y ofensivas.
Tenemos un camino para cambiar y es mudar de aires
la desesperanza aprendida de un alto porcentaje de los venezolanos, porque solo
unidos, lograremos rescatar la libertad y la democracia del fulano
socialismo-comunismo del siglo XXI que nos desgobierna.
Zenair Brito Caballero
britozenair@gmail.com
@zenairbrito
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