En
los últimos días y en forma reiterada el vicepresidente para el área económica,
presidente de P.D.V.S.A y ministro del petróleo y minería, Rafael Ramírez, ha
anunciado que vamos hacia la unificación cambiaria. Por ser quien es el
declarante, hay que darle cierta veracidad a la declaración y merece un breve
análisis al respecto.
En la actualidad el régimen cambiario es un
sistema de cambio múltiple donde conviven una tasa preferencial a 6,30 Bs./US$,
el SICAD a 11 Bs./US$, SICAD 2 49 6,30 Bs./US$ y el del mercado paralelo,
muy superior al anterior. Este régimen es muy confuso y es una tentación
constante para la corrupción.
Unificar,
es decir tener un único tipo de cambio, facilita las transacciones y la
planificación de las empresas. Sin embargo para su implementación se requiere
tomar ciertas medidas complementarias, que permitan el logro de los objetivos.
En
primer lugar hay que dejar establecido que el éxito del un régimen cambiario
depende fundamentalmente de la confianza que se le tenga, y este confianza pasa
por la oportunidad en la adquisición de
las divisas. Toda demanda lícita de divisas debe ser satisfecha en forma
oportuna. Para lograrlo. Se requiere aumentar la oferta de divisas y que esta
fluya en forma constante.
Uno
se los problemas del tipo de cambio fijo, es la poca flexibilidad que existe
para ajustar el tipo de cambio a las
fluctuaciones en su valor motivado a procesos inflacionarios, por lo tanto, hay
que controlar la inflación, que pasa por controlar el déficit fiscal y la emisión
de dinero inorgánico.
El tipo de cambio es el marco de referencia
del mercado internacional. Una economía inflacionaria como la nuestra, a la
cual se le suma el control absoluto en la venta de divisas, se hace costosa
para el resto del mundo (los precios aumentan más rápidamente en el país
que en los demás socios
comerciales) desestimulando las
exportaciones y estimulando las importaciones. Comprometiendo a futuro el flujo
de divisas que alimentarían a la oferta
Se
necesita un saldo de reservas internacionales suficiente para abastecer los
requerimientos del mercado. Mantener un tipo de cambio fijo requiere un alto
flujo de divisas. Reiteramos la demanda debe tener en forma oportuna la
cantidad de divisas que necesita.
La
falta de confianza en el tipo de cambio provoca el desvío de los recursos
destinados a las importaciones e inversiones hacia operaciones financieras
especulativas, provocando una fuga de divisas.
Otro
factor a tomar en cuenta es el nivel que debe tener el tipo de cambio. Está
claro que no es 6,30 ni 49, pero no hay mecanismos claros que permitan fijar la
tasa de cambio de equilibrio.
¿El
gobierno estará dispuesto a asumir los costos (que lucen necesarios) para poder
unificar la tasa de cambio? Parece que no.
Narciso Guaramato
@guaramatparra
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