Hemos
perdido parte de nuestra memoria, un tic bastante frecuente en la mayoría de
los dirigentes de nuestro país y en una franja de nuestra sociedad, tal vez
porque no se ha hecho hasta la fecha una revisión prolija y profunda sobre la
violencia armada de los años setenta, ni sobre los escándalos de corrupción y
cuanto acto de venalidad verificada en esta “década ganada” en donde
la degradación fue disfrazada de evolución.
Las
empresas del Estado junto a la pesada estructura de la burocracia política
significan hoy una pesada carga sobre nuestros hombros y nuestro presupuesto
familiar.
TODOS
ESTAMOS PAGANDO COMO BUENOS MALOS SERVICIOS.
Palabras
y actitudes antidemocráticas y sumamente peligrosas para nuestro futuro como
sociedad, son pasadas por alto por el Poder Judicial y la dirigencia política
en general.
¿Confluencia
de intereses estratégicos?
El
terrorismo, ahora asociado con la producción y tráfico de drogas, explota la
inseguridad, tanto física como jurídica apoyándose en los siguientes
indicadores psicosociales:
Baja
calidad de las instituciones democráticas.
Generalizada
corrupción política.
Desigualdad
en la distribución de la renta y la riqueza.
Por
si no lo recuerda, le muestro de mi flor un gajo: … “Estoy más tranquilo. No
corto calles, no quemo gomas, no tomo comisarías, no le pego a la gente.
Solamente odio a los blancos, odio a la puta oligarquía. Los Odioooo y no tengo
problemas en matarlos a todos” Luis D´Elía (recientemente afirmó “Maduro
debe fusilar a López, agente de la CIA”. Ante la avalancha de cuestionamientos,
remató al aire en la Rock & Pop: “¿Tanto escándalo por plantear
el fusilamiento de Leopoldo López?”. En su propio programa en FM
Cooperativa, más tarde agregó: “Hay que fusilarlo a este tipo, sin dudar”.
Esta postura extrema, cruzó el límite de la incitación a la violencia… ¿o no?
La
ideología criminal destruyó en la Argentina al sentido común.
La
pasión es siempre prioritaria sobre la razón y los adjetivos calificativos
grandilocuentes prevalecen en los debates más que los fundamentos o las
estadísticas… Y así perdimos nuestro lugar de privilegio en el mundo. no
tenemos hoy ni crecimiento económico, ni justicia social. Solamente tenemos hoy
una mezcla confusa de medidas económicas y sociales que dan más importancia a
la distribución de los recursos A DEDO que a la producción.
La
masa de gente atrapada en la pobreza afectada por una inflación demoledora,
está generando un ambiente ideal para la demagogia, el narcotráfico y las
mafias.
El
fracaso es inevitable
Tras
el desasosiego recurrente pregunto, ¿llegará EL SENTIDO COMÚN
para terminar con esta corte de alcahuetes mentirosos, corruptos y fanáticos?
¿Usted
qué opina?
En
azul y blanco,
Hugo
Cesar Renes
hcr1942@yahoo.com.ar
@hcr1942
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