A estas alturas todos deben
conocer el fenómeno “Uber” o algún equivalente parecido.
Uber es una starup
americana que hizo disrupción en el mercado del servicio de transporte
aprovechando la penetración de Internet, los servicios de geolocalización y los
omnipresentes móviles, para brindar una experiencia mucho más directa, práctica
y algunas veces, más económica.
El servicio ha tenido una aceptación sin
precedentes en muchos países, y como era de esperarse, en algunos de ellos los
sectores económicos tradicionales iniciaron sus protestas tratando de sabotear
el servicio y hasta han querido apalancar leyes que lo prohiban.
Para los
taxistas tradicionales europeos la licencia que les permite ejercer su trabajo
puede costar hasta 200.000 euros, más el carro que deben tener para el servicio
y algunos equipamientos que les obligan por ley; esta gente tiene trabajando de
la misma manera desde hace 100 años, y entonces llega Internet y conecta la
tercera parte del planeta, las operadoras lo aprovechan y meten en el bolsillo
de la gente un equipo inteligente con el poder de cualquier computadora, y
ellos pretenden seguir haciendo las cosas como si nada pasara.
Lo mismo ocurrió
con las discográficas y su terco afán de querer desalentar cualquier iniciativa
de distribución de música que quisiera hacer las cosas de manera distinta;
también le está pasando a la prensa tradicional, a las productoras de cine y
hasta a los sistemas educativos formales.
El problema en todas ellas es el
mismo; como la mayoría de estas empresas, independientemente del área en que se
desarrollen, han marcado pauta en la manera en cómo ofrecen su servicio, no
conciben que por factores externos ahora deban cambiar la forma en que siempre
lo han hecho. El poder y la velocidad de penetración que ha tenido Internet a
través de sus distintas manifestaciones no tiene comparación con ningún
fenómeno anterior en la vida humana, la televisión tardó décadas en instalarse
en cada casa y en ser un fenómeno masivo; en cambio, el teléfono celular hace
20 años prácticamente no existía,y para el año 2013 la UIT calculó la
penetración del móvil en 3.500 millones de personas.
Uber y servicios similares
han cambiado la forma en que funcionan los servicios de taxi; y esto es apenas
una pequeña muestra de lo que está ocurriendo y de lo que ocurrirá con muchos
servicios, productos y cosas que hacemos que están siendo apalancadas por un
mundo cada vez más conectado.
Carlos Rondón Ávila
rondoncarlos@gmail.com
@phronimos
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