Por la fuerza no se logran los sueños y mucho
menos con la represión se dominan las protestas de un pueblo. Lo supo bien Juan
Domingo Perón cuando expresó: “La fuerza es la razón de las bestias”. Y es lo que han hecho hasta el momento las
hordas del gobierno y todas sus formas posibles para acabar con el adversario.
El ciudadano que gobierna es un mal
administrador y un pésimo pacificador, es la razón por la que, según los
analistas, “su nivel de impopularidad supera el 60 por ciento”, el rechazo de una gran parte de la población y de la
comunidad internacional es debido a las arbitrarias detenciones a estudiantes,
alcaldes, amenazas a otros y chanchullos que han sentado un precedente en la
historia de la justicia en Venezuela, sumado a la escasez e improductividad en
todas los sectores sociales, aunque lo quieran tapar.
Ceballos, Scarano, López, Simonovis y
estudiantes, están recibiendo condena arbitraria y abusiva, de la manera que
utilizan las dictaduras para sacar del juego político a quienes se convierten
en “la piedra en el zapato”. María Corina con su valentía intentó hablar frente
a otras naciones buscando solución a esta tragedia totalitaria, del comunismo
más salvaje y retrogrado que se ha podido conocer en la historia. Es cierto que
no estamos solos. En este tiempo nos hace falta un Winston Churchill para
acabar con los Hitler venezolanos.
Los alcaldes opositores y los del régimen han
sido electos por la voluntad popular en elecciones democráticas y el electorado
prefirió a Alfredo Díaz antes que a Dante Rivas, porque el primero lo hizo mejor, igualmente
José Ramón Díaz fue elegido mejor alcalde porque Ibrahim Velásquez no pasó la
prueba. Así cada uno de los cargos conquistados en nuestra Isla de Margarita,
como en otras entidades de la geografía nacional, los cuales fueron elegidos
por el pueblo. Por tanto, es una bestialidad separarlos de sus cargos o
amenazarlos con una emboscada judicial.
“No existe tiranía peor que la ejercida a la
sombra de las leyes y con apariencias de justicia” Montesqieu
Ante la arremetida salvaje del régimen se
avizoran nuevos avances de violencia e inseguridad por parte de los malandros
pagados por el gobierno para destruir vidas y las instituciones, incluidas las
de ellos, para hacer ver que son del lado opositor. Una mentira imposible de
manejar porque todos saben quiénes son los expertos del gobierno en atacar,
incendiar y luego aparecer con una bandera de paz. Nos estamos jugando la vida
en esta guerra sembrada por las bestias, hoy día empeñados en exaltar e invocar
a un muerto que en ningún momento tuvo razón para convertir a Venezuela en un
país de carencias.
Es bien cierto que lo que empezó mal
terminará mal o dicho de otro modo coloquial, “árbol que nace torcido jamás su
tronco endereza”. Las emboscadas judiciales solo servirán para aumentar sus
carcomidas estrategias ¿Qué va a pasar el resto de los días cuando ya no tengan
nada que ofrecer? El primer golpe duro se va a sentir en el estómago de los
venezolanos y por ahí comenzarán a racionalizar los que aún permanecen en luna
de miel con el régimen.
Entre tanto, al no hacer uso de la razón,
pareciera que la arrogancia del poder tomará terreno, se desbordaran las
pasiones y la ceguera judicial pondrá en peligro la estabilidad del país a la
cabeza de la bestia comunista. Se advierte: el que persigue también será
perseguido.
Susana
Morffe
susana.morffe@gmail.com
@susanamorffe
www.desdelaisla.hazblog.com
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