Pese
a que las autoridades afirman lo contrario, los crímenes de sangre continúan
aumentando alarmantemente en Venezuela, país que volvió a ubicarse entre los
cinco más peligrosos del mundo en el 2013, con un total de 24,763 homicidios,
reveló un informe de Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV).
El
total eleva la tasa de Venezuela a 79 homicidios por cada 100,000 habitantes,
relación que contrasta con el promedio de 15 por cada 100,000 habitantes del
Hemisferio Occidental.
El
año anterior, el país sudamericano había registrado un total de 21,600
homicidios, 73 por cada 100,000 habitantes, según los números del OVV.
“En
el año 2013, se observó un incremento en los homicidios, los cuales continuaron
con un crecimiento en las grandes ciudades, [pero también] se encontró un
incremento superior en las ciudades medianas y pequeñas, zonas hacia las cuales
se desplazó el delito violento”, sostuvo el informe del OVV.
“Las
muertes violentas representan en Venezuela el 12 por ciento de la mortalidad
general. Esto significa que de cada cien venezolanos y venezolanas que
fallecieron en el año 2013, por todas las causas posibles (enfermedades del corazón,
cáncer, diabetes, HIV), 12 de ellos murieron por causas violentas distintas a
los accidentes o los suicidios”, resaltó.
El
régimen de Nicolás Maduro, que asegura estar avanzando en la lucha contra la
violencia en Venezuela, no ha dado cifras “oficiales” sobre el número
homicidios para el 2013, pero normalmente reporta números inferiores a los del
OVV.
Para
el 2012, el gobierno anunció haber registrado solo 16,000 homicidios, para una
tasa de 55.2 por cada 100,000 habitantes.
No
obstante, esa lectura también colocaba a Venezuela entre los más peligrosos del
mundo, superado en América Latina solo por los índices de homicidios de El
Salvador y Honduras.
Y
los venezolanos son los primeros en admitir sentir temor cuando están fuera de
sus moradas.
Según
una encuesta de la firma Gallup publicada en mayo del 2013, tres de cuatro
venezolanos (74 por ciento) admitió sentirse inseguros al caminar solos de
noche por las calles de las localidades que habitan.
Ese
porcentaje es el más alto registrado en la encuesta mundial —que recoge las
opiniones de los ciudadanos en 135 países— y supera el 73 por ciento obtenido
en Sudáfrica, el 67 por ciento de los habitantes de Botsuana y el 65 por ciento
de los de Gabón.
El
informe del OVV señala que la gran mayoría de las víctimas de muertes violentas
son hombres, quienes son 16.5 veces más propensos que las mujeres a ser
víctimas de un homicidio.
“El
exceso de mortalidad de los hombres con respecto a las mujeres, debido a la
violencia, está creando una distorsión demográfica en el país”, señaló el
estudio.
“El
impacto económico y social de esta situación es relevante, pues los decesos
ocurren de forma mayoritaria entre los hombres jóvenes, quienes se encuentran
en edad productiva, por lo cual se afecta la composición de la pirámide
poblacional, las relaciones de dependencia demográfica y está disminuyendo la
esperanza de vida de los hombres”, sostuvo.
Pero
si bien el número de muertes violentas se incrementó en más de 3,000 en el
2013, el aumento representa una desaceleración de la tendencia que ha venido
produciéndose en los últimos 10 años, producto de una nocivo cóctel de factores
que van desde la pobreza y la corrupción hasta los elevados volúmenes de drogas
que transitan en el país.
Pero
el factor que agrava exponencialmente la situación es el colapso del sistema
judicial, sostuvo recientemente en una entrevista Fermín Mármol García,
profesor de criminalística en la Universidad Santa María de Caracas.
“De
cada 100 delitos, institucionalmente solo se resuelven ocho. Es decir, que en
el país hay un 92 por ciento de impunidad. Esto significa que en Venezuela es
fácil cometer delitos”, declaró.
El
observatorio —que elaboró su estudio tomando en cuenta el número de homicidios
legalmente establecidos, averiguaciones de muertes y las muertes por
resistencia a la autoridad— dijo que la desaceleración se debe en parte a
cambios en la conducta de los venezolanos.
“Es
factible postular que, si la población no hubiese tomado conciencia del riesgo
y por el miedo a ser víctima del delito no se hubiera replegado e inhibido de
realizar muchas actividades, restringiendo los lugares y horarios de sus
actividades, y perdiendo parte de su libertad… la situación hubiese sido peor”,
formuló el estudio.
También
es atribuible a un incremento de la presencia de militares en las calles, pero
advirtió que este tipo de medidas gubernamentales solo tienen efectos de corta
duración.
“La
eficiencia real de la presencia militar en las actividades de seguridad
ciudadana es muy limitada, tiene efectos solo en el corto plazo y se presta a
excesos y abusos que afectan fundamentalmente a la población de bajos recursos
y vulnerable”, advirtió.
El
observatorio está conformado por investigadores de las principales
universidades del país.
Antonio
Maria Delgado
adelgado@elnuevoherald.com
http://www.elnuevoherald.com/2014/01/04/1648478/violencia-causa-una-de-10-muertes.html#storylink=cpy
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