Cuando
el Presidente Maduro se presenta en cadena nacional el pasado miércoles 6 de
Noviembre para anunciar sus medidas económicas,
yo estaba presto; esperando, sentado frente al televisor con mis
cotufas, refrescos, mi block de notas y mi lápiz para seguir el discurso, sobre
el importante tema que cada día marca nuestras vidas en medio de la inflación
que busca el 50% anual y una escasez terrible de alimentos y productos que
supera el 20% a nivel nacional: Fuera del efecto de altos precios en todo lo
que uno busque, como si la plata se evaporara como la gasolina.
Entonces, el presidente apareció de corbata,
lo que daba la impresión que escucharíamos
unas palabras serias y con contenido importante.
Sin
embargo, el hombre estuvo como una hora hablando pestes de una burguesía
parasitaria, que tiene al país de cabeza -supuestamente-; escupió pestes con
ranas y culebras incluidas acentuando la división del país y adornando todo con
unos extraños archivos desclasificados en USA, que hablaban de una guerra sin
fronteras y a fondo para demoler su gobierno con medidas de hambre.
Lógicamente,
yo absorbí el vaso de refresco tan rápidamente que no me di cuenta. Pero, mi
interés en el discurso se aflojó tanto, que por poco me duermo entre tanto
pajonal como si estuviera en medio de un campo, con vacas pastando y mugiendo
mientras dejaban caer por el trasero algo de abono natural.
Total
queridos amigos, que el presidente Maduro pretende afianzar los controles sobre
la economía para intentar amarrarla como si
lloviera sobre mojado. Entonces, pensé que para ver una mejora de la
economía tendrá que haber un cambio de gobierno, de directrices, de visión del mundo;
porque si seguimos con esta forma de administrar y entender la libertad de
producir, pues no habrá cambio para bien. No hubo una sola medida que
estimulara la producción y abriera el acceso a las divisas para la gente que
produce: ¡Nada de eso!
Uno
entiende, que el gobierno quiere mejorar la producción, pero no sabe hacerlo. Y
con el dinosaurio de Giordani en ese tren ejecutivo, pues es muy difícil que dé
un paso adelante. Entonces, las medidas del gobierno van dirigidas a reforzar
sus controles que ya han sido un fracaso y por ende, gente como uno entiende,
que no habrá mejoras ni se saldrá del hueco en el que nos encontramos. Es
cuestión de lógica elemental.
De
esa manera, el presidente Maduro propone sacar un ejercito de gente a la calle
entre civiles y militares para revisar galpones, negocios y taguaras donde
supuestamente puedan esconder productos; dice que va a sacar 60 mil millones de
bolívares con el pago de aguinaldos para que la gente tenga plata y compre;
señala que traerá mucha comida de Argentina, Colombia, Uruguay y hasta de Nicaragua para llenar las estanterías, que
le permitirán combatir la guerra económica.
Entonces,
uno pensaría que esa burguesía parasitaria debe tener un cuerpo bien
disciplinado y efectivo para tener el país en este estado tan deplorable. Pero,
no le creo a Maduro. Simplemente, este gobierno ha fracasado y no corrige nada.
Su discurso se convirtió en un pajonal extenso, mucho bla. bla blá , que
oscurece el futuro de inmediato, por más plata que pongan a correr en diciembre
para comprar productos importados.
luis
rapozo
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