“No os engañéis: Dios no puede ser burlado; todo lo que el hombre sembrare, eso también cosechará” La Biblia.
El
voto es el arma del hombre libre. Venezuela hoy más que nunca requiere de sus
mejores hijos para salir de la oscuridad. El 8 de diciembre, es una brillante oportunidad
para encender una luz, que nos guie al cambio, que anhelamos todos los
venezolanos. Para prenderla tenemos que
pasar el suiche del voto. Mientras exista un resquicio que nos permita
depositar el voto, tenemos que acudir, hacerlo y dejar constancia masiva de
nuestra participación democrática. La trampa se vence con votos. No hay otro
camino.
El
pueblo estoy convencido, está consciente de que, las elecciones de este 8 de
diciembre, trascienden la elección de los alcaldes y concejales.
Ese es el
objetivo, pero también es una inmejorable oportunidad de participar y protestar
con el voto. El resultado electoral, indiscutiblemente, tendrá un efecto
demoledor en el rumbo de la política nacional. Una desgracia y triunfan los
enchufados, pues Venezuela entra en el tobogán de la amargura. Gana la
Alternativa Democrática y repito, se enciende la luz de la esperanza. La lucha
es larga, pero se puede cambiar. No perdamos el rumbo.
Los
venezolanos, este 8 de diciembre, acudimos a las urnas electorales para decidir
el rumbo del país. Hay dos visiones. La de los pésimos servicios públicos, las
salvajes devaluaciones, la criminal inflación, la horrorosa especulación, la
pavorosa escasez, la devastadora inseguridad, la desbocada corrupción y el caos
económico representada por los enchufados y la Venezuela del progreso, la
productividad, de oportunidades para todos y estabilidad política, económica y
social, que anhelamos la mayoría del pueblo. Es una elección de vida o muerte.
Nos jugamos el futuro de la patria y la democracia. Lo que está a la vista no
necesita anteojos.
La
voracidad de los enchufados por copar todos los espacios de poder, se vería
acrecentada por una votación que los favorezca. Correrían solos en la pista
hacía la autocracia y avanzarían a paso de vencedores en el proceso de
destrucción nacional.
Ese peligro que está ante nuestros ojos y que ellos no
ocultan, lo podemos detener y revertir con sólo acudir a ejercer un derecho y
deber ciudadano: VOTAR. Es el momento de pensar con grandeza y salir a defender
la patria con el arma del hombre libre. El voto. No hay atajos posibles. El
camino es participar, protestar, votar y triunfar.
El
voto este 8 de diciembre, tiene un valor inapreciable. Eliges alcaldes,
concejales y le metes las cabras en el corral a los enchufados. Es un triple
con las bases llenas. Vamos todos a votar en la tarjeta de la UNIDAD – Abajo y
a la izquierda – y estaremos sembrando para cosechar un futuro promisor y de
progreso. No perdamos esta gran oportunidad. Votamos y ganamos. El voto,
repito, es el arma del hombre libre y, hoy la patria, te ruega que la uses para
defenderla. No la dejemos esperando.
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