Tal como lo prometí, ahí va el Cuento de
Diógenes.
Pero el de este Cuento éste tiene la lámpara
apagada hace mucho tiempo.
La verdad es que, pensándolo bien, nunca la tuvo encendida. Sólo hizo creer a
los ingenuos que él era el Salvador bajado de la Sierra y, desde el The New
York Times para abajo, todos se lo creyeron.
Y comenzó la historia... que cuando se
asienten las arenas del reloj del Tiempo, revelará una conclusión diferente a
lo que la izquierda dice que aconteció en Cuba.
¿Cuándo iniciaron el Cuento?
Muchos dicen que con el Desastre del Ataque
al Cuartel Moncada.
Nuestro Cuento comienza el 26 de julio del
2013, fecha "histórica" para la Cúpula gobernante cubana, ya que el
Asaltó cumplía 60 años de no haberse realizado. Algunos acólitos llegaron a La
Habana a tomar parte en el aquelarre.
Los ilustres invitados a la fiesta, por"
motu propio" o en sugerencia, alabaron los méritos inexistentes de los
hermanos Castro.
Todos se esmeraron y trataron de superarse
unos a otros en lisonjas y regalos de cuadros (pintados) como Nicolasito El
Maduro.
José Pepe Mujica de Uruguay fue -innegablemente-
el mejor.
Declaró a la prensa oficialista que había
encontrado a un Fidel lúcido y lleno de ideas para producir semillas y buenas
vacas lecheras. Dijo textualmente sobre el encuentro: "(Fue) una
conversación demasiado arborescente, hablamos de todo, qué se yo, pero me
encontré con un anciano que sigue siendo" brillante, siempre promotor de
ideas”.
Encontrando poco lo jalado Mujica agregó:
(Fidel es ) 'un faro todavía con su luz intacta'.
De ahí el haberle colocado, entre sus muchos
títulos el de Diógenes, quien fue un filósofo griego que andaba con una lámpara
buscando el hombre honesto (parece que nunca lo encontró, porque lo hubiera
dicho).
Pero hasta aquí el parangón:
Resulta que el Diógenes griego vivió como un
vagabundo en las calles de Atenas, convirtiendo la pobreza extrema en una
virtud. Se dice que vivía en una tinaja, en lugar de una casa, y que de día
caminaba por las calles con su lámpara encendida...
Ni que ver con el habitante de Punto Cero de
la Habana.
Para rematar sus ridículas loas a los
hermanos Castro, Mujica declaró con un pie en el avión en el aeropuerto José
Martí, antes de su regreso a Montevideo:
Veo una Cuba que va tomando color, que ha
recuperado mucho de su bonanza...
Con esas declaraciones Pepe superó todo lo alucinante dicho en su visita.
angelicamorabeals@yahoo.com
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