Continúan los mensajes contradictorios de los
políticos de oposición. En este caso, de los copeyanos.
Tras catorce años de instalación
anticonstitucional de un régimen totalitario claramente identificado con el
comunismo, y con reconocidos, proclamados y reafirmados nexos con el
castrocomunismo, al cual no solamente ha aceptado obscenas intromisiones en
asuntos internos del país, sino que ha llamado como tutor político y
estratégico para el establecimiento estructural, funcional y constitucional de
la unidad binacional, y en lo cual ha vaciado enormes cantidades de dinero del
patrimonio nacional en beneficio del régimen insular, en perjuicio de la salud,
la educación, la producción, el orden y toda la infraestructura energética y
comunicacional de nuestro país, estos señores se transforman nuevamente en
testigos, legitimadores y garantes de una nueva violación de la Constitución.
Por momentos pensé que se trataba de alguna
estrategia y que en el instante preciso abandonarían el recinto. Pero.. como
decían antes de aparecer los tratamientos modernos: ilusiones de tísico.
Revisando la prensa de hoy encuentro en El
Universal, página 1-3 la siguiente declaración: “debemos recordar que nos guste
o no el TSJ que tenemos es una consecuencia directa del ausentismo político y
la abstención electoral del año 2005” y luego agrega: “no abandonaremos los
espacios de deliberación, ni de representación del pueblo venezolano”
Es lastimosa tal conducta, y es además
desesperante, preocupante y atosigante hasta el hartazgo. Es la demostración en
actos y palabras de la incapacidad de entender que la razón de ser de los
políticos es la de interpretar lo más adecuada y razonablemente posible los
signos y mensajes que la población envía, y así desempeñar, adheridos a la
realidad social y política y a los deseos y necesidades de la ciudadanía, el
cargo o actividad que intentan ejercer o desempeñar.
Y digo hasta el hartazgo por que pensé que
después de nueve años del RR y ocho de la gran abstención, algo habían
aprendido. No percibieron que la abstención no fue un acto de irresponsabilidad
cívica, sino un signo, un mensaje de los ciudadanos que expresaban su rechazo
por un sistema electoral parcializado, prepotente y fraudulento; y que bien
examinado indicaría que los centros electorales vacíos, vacíos, totalmente
vacíos, fueron la consecuencia de una gran mayoría, la opositora, que, en
protesta, insisto, no asistió; demostrando con su enorme ausencia (más del 70%
según el CNE y del 83% según cálculos no gubernamentales) que era mayoría y por
tanto ganadora del RR que ellos, los políticos, (salvo Ledezma esa noche)
aceptaron en silencio haber perdido después de año y medio de todo tipo de
fraudes y abusos.
Tampoco captaron que además del rechazo al
CNE también lo fue a la misma oposición por otro factor que jugó a favor del
CNE: el silencio opositor, repito, de la noche de RR.
Para empeorar las cosas, el régimen ha
permanecido en el poder nueve años después del RR, ganando todas las numerosas
elecciones efectuadas, menos dos que de ningún provecho fueron para la
ciudadanía democrática: los presos políticos continuaron presos; muchos
venezolanos perseguidos escaparon al exilio, una juez encarcelada por cumplir
con la ley; el hampa acaba con la población; los boliburgueses se hacen
inmensamente ricos; el país se empobrece alarmantemente mientras regala miles
de millones de dólares para pagar adhesiones y mantener la dictadura parásita
de los Castro, y las reformas constitucionales procomunistas, negadas, fueron
aplicadas a troche y moche encaminando al país, y a una ciudadanía presa de la
incertidumbre y la decepción, hacia a una dictadura castrocomunista con apoyo
de un alto mando militar desvergonzado y corrupto.
Pues bien, con todo este panorama y el
silencio desconcertante de una clase política que no ha tenido el valor de
reclamar un sistema electoral justo que garantice la libertad de votar; que
reorganice el REP, que todos sabemos está viciado; que garantice la
transparencia pública y mediática de todo el proceso y que devuelva definitivamente
al electorado el escrutinio del cual fue despojado, y que es realizado ahora
por unas máquinas y unos programas de computación que sólo maneja, a su real
saber y entender, el CNE, es decir, el régimen.
Ahora, ante tanta omisión, tanto error, tanta
vacilación, tanta desorganización y tanto desencuentro, deberemos enfrentar una
elección con el mismo CNE y el mismo proceso que ha garantizado durante diez
años, desde el RR, la permanencia de Chávez en el poder y que, ahora, deberá
hacerlo nada más y nada menos, con quien por necesidad de supervivencia
robolucionaria, ha sido designado por las altas autoridades del régimen
parasitario castrocomunista para ocupar la Presidencia del país que expolia.
Iremos a elecciones pronto. Nunca he querido
tanto estar equivocado como en esta oportunidad.
Alejandro Pietri C.
alejandropietri@gmail.com
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Pues Sr. Pietri, Ud. no es el único que tiene esas impresiones y preocupaciones. Hay cosas que escapan a mi entendimiento, y realmente agradecería que alguien me explicara ¿qué está pasando aquí?. ¿Por qué la cúpula opositora ha desoido e ignorado las prioridades, lo que urge en Venezuela? ¿Por qué se lanzan nuevamente a legitimar con unas elecciones, de las que ya el CNE confirmó que no cambiará ni el sistema, ni el padrón del REP? ¿Por qué ahora Capriles adopta una postura de Gallo de Pelea, que debió haber tenido el 07/10 (cuando se sabía adulterado el resultado por fraude)?, ¿Acaso ésto no es un suicidio político y democrático? No es mi intención levantar un linchamiento mediático, pero si quiero dejar en claro, que no estoy de acuerdo con la realización de los comicios, sin haber deshecho el gobierno de facto, anulado la sentencia del TSJ; en fin, de poner orden legítimo a la situación inconstitucional de Venezuela. Amén, de eliminar la injerencia del gobierno Castro/comunista.
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