El abandono progresivo por la falta
de interés, de valoración y desconocimiento del mundo petrolero ha dado su
mortal fruto en este estallido que ha enlutado a nuestra nación. Dando así
nuevamente una trompetada al tiempo de quien como cuentadante de nuestros
recursos, bienes, servicios y dinero, ha demostrado en ello un rotundo fracaso.
Para quienes conocemos de la cultura de la PDVSA de antes, sabemos
que desde las paradas de plantas hasta el celoso trabajo de mantenimientos
diario, como de las reglas y normas e higiene de seguridad, eran el “pan de
todos los días”. Logramos visualizar desde el 2002 que esta situación en Amuay,
el orgullo petrolero de la Lagoven de la época, lograría caer en la desgracia
de estar en manos inexpertas.
La tragedia de Amuay que enluta al
pueblo venezolano es un hecho lamentable desde todo punto de vista. Esta
instalación gigantesca en la que fue durante muchos años una de las refinerías
más grandes del mundo deben ser objeto de una profunda y desapasionada
reflexión nacional de la cual, los responsable de su dejadez, deberían ser los
primeros en callar y autoevaluarse.
Sin importar nada, el Presidente sale
a los medios a desmentir las primeras argumentaciones, como tal cual técnico
especializado o bombero estudiosos, se incorpora dentro del marco de sus
responsabilidad, como bien lo sabe. A pretender decir o hacer, lo que bien a
mil voces se sabía, fuga de gas, tubos rotos, redes internas en descuido grave,
manipulación nuevamente extranjera de la planta y miles de cosas, cuyos rumores
decían que algo podía pasar.
Las causas de este tipo de accidentes no son producto de
circunstancias naturales. Aquí no ha habido ni un tsunami, ni un terremoto que
pudieran haber ocasionado accidentes imprevisibles. El país unido, sin distingo
de colores, debe exigir que la seguridad de nuestra industria petrolera esté a
la altura de las mejores refinerías del mundo y que accidentes como el que
ocurrió en Amuay puedan ser evitados.
¿Qué pasaría? ¿Qué fue lo que prendió
las luces de alarma y no logro ser detenido a tiempo? La presencia de Hugo
Chávez, además de ser el responsable directo de todo lo que ocurre en el país.;
lograra con sus “cuentos de hadas”,
darle un matiz de accidente, cosa que coincidimos, sin dejar afuera los aspectos que lograrían
llegar al accidente mismo, las reales causas que generaron tal infortunio de
vidas y bienes patrimoniales.
Este tipo de instalaciones de alta
volatilidad, se dispone de protocolos de seguridad que son normas
internacionales y además existe un resguardo permanente del acceso de personal
no autorizado y capacitado dentro del perímetro del complejo refinador. A pesar
de Ramírez y Chávez, las impresiones tras los comentarios hechos a la prensa
por los habitantes de la zona parecieran confirmar la crónica de un mal anunciado.
El país en luto real pero muy unido;
sin distingo político y de credo debe exigir que la responsabilidad caiga en
quien debe caer. Escurrir el bulto ante esta fatalidad, será comparada con las
miles de toneladas de comida podrida que se perdieron en el 2010 y 2011 o los
miles de muertos en estos años de gobierno de Chávez Frías, que hasta la fecha
no se sabe nada de lo ocurrido. A las familias nuestra solidaridad, al país la
justicia necesaria para señalar y castigar los responsables de esta explosión
mortal.
joseponschene@hotmail.com
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