¿Qué piensan sobre el ambiente laboral la mayoría de los
trabajadores activos de Pdvsa, Corpoelec, Banco Central, Seniat, Metro,
CANTV, ministerios y demás empresas y
organismos del Estado? ¿Están contentos
con el contrato colectivo?
¿Están motivados por tener jefes impuestos por sus
dotes revolucionarios? ¿Consideran que es justo que los ascensos no sean por
méritos, sino por filiación al Psuv?
¿Asisten complacidos a las concentraciones
políticas convocadas por el lenguatón saliente?
¿Les agrada ponerse una camisa
roja?
Estamos convencidos, por múltiples casos, que la gran mayoría
no está contenta y que desean un cambio que les garantice estabilidad en el
trabajo, mejores condiciones socioeconómicas y no estar sometidos a presiones
políticas. Desde luego que hay una minoría integrada por comisarios políticos y
por mediocres que desearían que no se
implante la meritocracia.
¿Puede mejorar la eficiencia y eficacia de los organismos
citados si no se descartan los maulas
que solo ocupan un cargo por contar
con apoyo político? ¿Si no se
remueve a los ineptos, estará el resto del personal suficientemente motivado
para realizar el gran esfuerzo que requiere la reconstrucción del país? Por otra parte, ¿cuánto personal se requiere
para hacer determinada tarea? ¿Está sobrecargada la nómina de la administración
pública?
En el caso de Pdvsa, recientemente, en compañía del ingeniero
Antonio Méndez, dirigente del sindicato
profesional Unapetrol, realizamos giras por Punto Fijo, Valencia,
Barquisimeto, Maturín, Barinas, El Tigre, Caracas, Puerto La Cruz, Maracaibo,
Tamare y Cabimas, donde se realizaron asambleas muy concurridas de Gente del
Petróleo. En las mismas comprobamos el descontento que a nuestra gente le han
transmitido los trabajadores que están dentro de la empresa, los cuales se sienten atropellados por los gerentes
actuales.
A Henrique Capriles, tal y como ha declarado, no le corresponderá tomar medidas al
respecto cuando asuma la presidencia,
ya que solo le compete cambiar a los ministros y a las directivas de las
empresas del Estado, quienes tendrán la
responsabilidad de enderezar entuertos respetando los derechos laborales. Hay un camino, ciertamente lleno de
obstáculos, pero estamos seguros que el flaco correcamino sabrá sortearlos.
Como en botica: “El llanero solidario” de Ramón Guillermo
Aveledo revela la personalidad de ese
gran venezolano que fue Luís Herrera Campíns,: “Paciente, familiar, de aguda
inteligencia, desafecto al reloj, solidario con sus amigos y con los
oprimidos”. El libro describe una etapa política venezolana y de la democracia cristiana mundial. Por
cierto que Aveledo narra que en la I Convención de Copei en 1946, una de las
consignas fue “Ni un paso atrás en el camino de la democracia”.
Las gandolas de Pdvsa siguen causando
accidentes. Hemos comprobado casos de cauchos lisos, como el de la gandola X79, placa AS3AE3C que circulaba el 3 de
agosto por la Fajardo. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
eddiearamirez@hotmail.com
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