La caída del presidente paraguayo  ha traído al debate  prácticamente 
todos  los problemas de la política
internacional y nacional.  Pero se
decepcionarán los que quieran ver similitudes entre la crisis paraguaya  y  la
que nosotros arrastramos  hace mucho,  porque ni siquiera se parecen en el tipo de
expectativas  que despertaron  las 
dolencias cancerosas de sus dos figuras emblemáticas.
Lo  cierto
es que esos procesos  tienen  un único punto de coincidencia,  independientemente de las características de
la trama  y  las motivaciones de sus actores:  se repudiaba 
estas  farsas gubernamentales
paralegales  del  llamado socialismo del siglo XXl.
El ahora ex presidente Lugo nunca pudo lograr lo
que aquí se le facilitó a Chávez, entre 
Enero y Diciembre de 1999, desde la Corte Suprema de Justicia, y desde
la  Cámara del  Senado y 
Diputados y otras instituciones, particularmente las FFAA,  rendidos y arrodillados ante el poder
despótico naciente, con muchos actores 
que desde entonces siguen postrados de hinojos ante el dictador.
Las dudas enormes,  recurrentes, 
que asalta a toda persona que quiera interpretar  los hechos de la política, vienen dadas  porque al 
evaluar  cualquier escenario,  uno  se  topa de 
inmediato con la pretensión  de
quienes  actúan,  que quieren “filtrar” todo, con un trasfondo
ideológico de acuerdo a sus intereses.
Ideología no es solo proponer determinados
dogmas, valores  o utopías,   sino además 
intentar,  a partir de  una 
concepción preconcebida  de  los 
hechos,  aspirar moldearlos  y 
hasta  intentar  torcerlos 
para que rindan los beneficios políticos que se  aspiran.
Al 
senado  que enjuició y destituyó
a  Lugo por mayoría superior  al 
95%  de  sus miembros, 
ese cuerpo es el mismo que 
durante 4 años por lo menos, ha retardado el plan de Chávez  de asociarnos 
a MERCOSUR.
Podría decirse que gracias a los paraguayos,  fue postergado el  plan de Chávez  de terminar de liquidar lo que quedaba de  industria y agroindustria privada
venezolana,  para inmolarla ante los gigantes
brasileños.
Más de un productor venezolano trabajando con las
uñas  y contra todo un entorno de
hostilidad por parte de este gobierno, 
debería saber que quizá le deban su sobrevivencia  al boicot que 
ejerció ese Senado paraguayo contra la entrada  de Venezuela 
al  Mercosur,  por  no
existir bajo el  despotismo chavista  en nuestro país,  las garantías democráticas exigidas a sus
miembros plenos.
La presidencia de Lugo terminó  siendo 
incompatible,  como venía
presagiándose,  con la democracia  conquistada en Paraguay,  donde 
tienen  muchas más razones que
nosotros para no ser tolerantes con protervos dictadores ya que les tocó el General
Alfredo Stroessner que se impuso por 35 años, desde 1954 hasta 1989. Y por
eso  han repudiado,  hasta 
destituirlo,  al  padrote 
Lugo,  que quiso  desarrollar 
el  autoritarismo
presidencial,  desconociendo  la separación y control de los poderes, para
mantener  su equilibrio  y  no
el servilismo que caracteriza  la
institucionalidad venezolana respecto al despotismo presidencial.
La terminología política antojadiza que se emplea
en Venezuela,  a partir  de una política exterior  saturada de 
ideología oportunista, condenó como “Golpe de Estado”  lo que es una corrección CONSTITUCIONAL,  absolutamente legal  y legítima del  parlamento paraguayo, que sencillamente sacó
al compinche de Chávez de  la
presidencia.
Esa 
sanción,  absolutamente
soberana,  se ejecutó en Paraguay
motivada por el 10% de lo que Chávez nos ha hecho  aquí, 
pero consideremos que a diferencia de ese país, “nuestra”  Asamblea 
Nacional no tiene  ni el  1% de la dignidad  y 
apego  a  la constitución.
Los 
alineamientos diplomáticos comprados 
por Chávez  al precio  del saqueo 
a nuestro país  y  que se han mostrado en UNASUR para condenar a
Paraguay, son acompañados  en  el 
colmo del cinismo ideológico por Raúl Castro,  con 53 años en el poder totalitario con su
hermano,  a quien vemos condenando “el
golpe de estado”  y  bajo su tutela castrista “nuestro” canciller
no ahorra epítetos haciendo  caprichosos 
paralelismos con lo ocurrido aquí 
2002 o lo de Honduras con la sustitución de Zelaya por Micheletti.
Por 
nuestra  parte constatemos que
están desmantelando esa nueva cara del despotismo latinoamericano, que así se
disfrace tiene  la misma naturaleza en
todas partes: una operación de estafa político-ideológica  que manipulando procesos electorales, monta
en los gobiernos, a nombre del pueblo, a una 
casta de corruptos hegemones del poder con pretensiones de eternizarse
en él.
Y  es  a  ese desmantelamiento
que más  teme el  chavismo, porque aquí llegará, quiérase o
no,  la onda de choque de esa pelea  contra esta 
verborrea revolucionaria de pacotilla 
que pudo sostenerse solamente  con
precios petroleros altos.
Ya encontrará Chávez a quien sobornar con los
25.000 barriles de petróleo que le mandaba a su compinche Lugo  y que en un acto de soberbia  le mandó a quitar de un día para otro a esa
nación soberana  que cometió como
Honduras el pecado de no aceptarle a Chávez 
su execrable modelo exportable.
Si 
quieren  lleven  la cuenta 
el próximo es Bolivia.
Uno a uno 
esos gobiernos  subsidiados con
nuestro petróleo, empezando por  el
cubano, desnudaran su crisis, cuando el 
Don regalón  moribundo  ya  no
pueda seguir con la rebatiña, porque la fiesta está terminando y vendrá la
policía si se ponen muy 
impertinentes  los borrachos
pendencieros.
franceschi1947@gmail.com
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO
 
.jpg)
 
 
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.