El factor corrupción fue uno de los que carcomió las bases de la democracia que se gestó en el país en la segunda mitad del siglo XX.
Hace 11 años, el hoy presidente Hugo Chávez enarbolaba con ardor la lucha contra la corrupción. Muchos venezolanos aún recordarán las arengas del entonces candidato a la Presidencia de la República, censurando (con toda razón) las colitas que se ofrecían con los aviones de PDVSA a familiares de funcionarios de la estatal. Hoy esa bandera se quedó sin asta, y está como nunca pisoteada por la corrupción.
En los quince años desde que Transparency International publica el Índice de Percepción de la Corrupción en cientos de países, Venezuela siempre se ha mantenido con una puntuación por debajo de 3, de una escala del 0 al 10, donde 0 indica el nivel más alto de corrupción y 10 el nivel óptimo que muestra a un país sin corrupción.
Para 1995, cuando TI publicó por primera vez este Índice compuesto que se basa en múltiples encuestas de opinión realizadas a expertos donde se sondean las percepciones sobre la corrupción en el sector público, Venezuela se inició con 2,66 puntos. Y para 1998, año cuando llegó Chávez a la Presidencia, la percepción de corrupción de Venezuela, aunque había bajado, aún se mantenía entre los países más corruptos de los evaluados con 2,3 puntos.
Ahora, todo va para peor en esta materia. Para 2009, se hace evidente que en la gestión de Chávez, lejos de haberse corregido las prácticas opacas de gobierno, éstas se habrían incrementado. El país por segundo año consecutivo, registra un desempeño lastimosamente pobre en el Índice de Percepción de la Corrupción de este año, con una puntuación de 1,9, igual al lapso precedente, ocupando el puesto 162 de 180, cabeza a cabeza con Angola, Congo Brazzaville, República Democrática del Congo, Guinea-Bissau y Kyrgyzstan.
Hoy, la "revolucionaria" Venezuela es el segundo peor país de Latinoamérica evaluado en este Índice. Sólo lo supera el empobrecido Haití (1,8), y se coloca por debajo en 0,2 puntos de Paraguay y en 0,3 puntos de Ecuador. De las 180 naciones evaluadas en el mundo, sólo 13 se perciben como países más corruptos que Venezuela, entre ellos, Burundi, Equatorial Guinea, Guinea, Irán, Turkemenistan, Uzbekistan, Chad, Iraq, Sudán, Myanmar, Afganistán y Somalia.
Según Transparency International, en su mayoría, los países que muestran estos preocupantes niveles de percepción de corrupción, no sólo registran "altos niveles de pobreza" sino que "requieren de instituciones sólidas y transparentes" algo que, como es bien sabido, parece que está reñido con la "revolución" que pregona Hugo Chávez.
Otro aspecto que cabe reseñar, es la acotación que se hace en el informe regional de TI sobre el impacto que tiene la falta de libertad de prensa en la lucha contra la corrupción. El entorno restrictivo, las leyes destinadas a silenciar al periodismo crítico, los atentados contra la libertad de prensa, son factores que sin duda influyen en las posibilidades de denunciar la corrupción en el sector público, y todos ellos se dan con inusitada frecuencia en la Venezuela de hoy. Como bien se sabe, el silencio es un muro donde se ampara la corrupción y la impunidad.
Disponible en inglés en: www.veneconomy.
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ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, MOVIMIENTO REPUBLICANO MR, REPUBLICANO, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO,POLÍTICA, INTERNACIONAL,
Hace 11 años, el hoy presidente Hugo Chávez enarbolaba con ardor la lucha contra la corrupción. Muchos venezolanos aún recordarán las arengas del entonces candidato a la Presidencia de la República, censurando (con toda razón) las colitas que se ofrecían con los aviones de PDVSA a familiares de funcionarios de la estatal. Hoy esa bandera se quedó sin asta, y está como nunca pisoteada por la corrupción.
En los quince años desde que Transparency International publica el Índice de Percepción de la Corrupción en cientos de países, Venezuela siempre se ha mantenido con una puntuación por debajo de 3, de una escala del 0 al 10, donde 0 indica el nivel más alto de corrupción y 10 el nivel óptimo que muestra a un país sin corrupción.
Para 1995, cuando TI publicó por primera vez este Índice compuesto que se basa en múltiples encuestas de opinión realizadas a expertos donde se sondean las percepciones sobre la corrupción en el sector público, Venezuela se inició con 2,66 puntos. Y para 1998, año cuando llegó Chávez a la Presidencia, la percepción de corrupción de Venezuela, aunque había bajado, aún se mantenía entre los países más corruptos de los evaluados con 2,3 puntos.
Ahora, todo va para peor en esta materia. Para 2009, se hace evidente que en la gestión de Chávez, lejos de haberse corregido las prácticas opacas de gobierno, éstas se habrían incrementado. El país por segundo año consecutivo, registra un desempeño lastimosamente pobre en el Índice de Percepción de la Corrupción de este año, con una puntuación de 1,9, igual al lapso precedente, ocupando el puesto 162 de 180, cabeza a cabeza con Angola, Congo Brazzaville, República Democrática del Congo, Guinea-Bissau y Kyrgyzstan.
Hoy, la "revolucionaria" Venezuela es el segundo peor país de Latinoamérica evaluado en este Índice. Sólo lo supera el empobrecido Haití (1,8), y se coloca por debajo en 0,2 puntos de Paraguay y en 0,3 puntos de Ecuador. De las 180 naciones evaluadas en el mundo, sólo 13 se perciben como países más corruptos que Venezuela, entre ellos, Burundi, Equatorial Guinea, Guinea, Irán, Turkemenistan, Uzbekistan, Chad, Iraq, Sudán, Myanmar, Afganistán y Somalia.
Según Transparency International, en su mayoría, los países que muestran estos preocupantes niveles de percepción de corrupción, no sólo registran "altos niveles de pobreza" sino que "requieren de instituciones sólidas y transparentes" algo que, como es bien sabido, parece que está reñido con la "revolución" que pregona Hugo Chávez.
Otro aspecto que cabe reseñar, es la acotación que se hace en el informe regional de TI sobre el impacto que tiene la falta de libertad de prensa en la lucha contra la corrupción. El entorno restrictivo, las leyes destinadas a silenciar al periodismo crítico, los atentados contra la libertad de prensa, son factores que sin duda influyen en las posibilidades de denunciar la corrupción en el sector público, y todos ellos se dan con inusitada frecuencia en la Venezuela de hoy. Como bien se sabe, el silencio es un muro donde se ampara la corrupción y la impunidad.
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