La abstención tiene muchas interpretaciones (dependiendo del lugar de la acera política donde se esté ubicado), pero tiene un solo calificativo: IRRESPONSABILIDAD.
En los procesos comiciales venezolanos se ha hecho habitual una abstención alrededor del 40 %, en algunos lugares del país la cantidad es mayor y en otros es menor. Ya sea que se esté sufragando para elegir al Presidente de la República, o las autoridades regionales o locales (como será en esta ocasión el 23 de noviembre), o ya sea por convocatoria a algún referendo (como fue el pasado 2 de diciembre).
En los procesos comiciales venezolanos se ha hecho habitual una abstención alrededor del 40 %, en algunos lugares del país la cantidad es mayor y en otros es menor. Ya sea que se esté sufragando para elegir al Presidente de la República, o las autoridades regionales o locales (como será en esta ocasión el 23 de noviembre), o ya sea por convocatoria a algún referendo (como fue el pasado 2 de diciembre).
Después de realizado el escrutinio y la totalización de votos (cifras definitivas que por cierto el CNE se ha encargado de mantener ocultas), los analistas políticos –y otras especies- buscan darle interpretación a la alta abstención que queda evidenciada en los resultados. Algunos dicen que es porque “el evento electoral no era de mayor atractivo para la población”, otros opinan “que los candidatos propuestos no generaban motivación o entusiasmo en el elector”, los más simplistas suelen señalar que “la abstención es un elemento histórico…” y que “en otros países eso es normal” (sin notar que aplican el aforismo: “mal de muchos, consuelo de tontos”).
En eventos pasados yo también me he atrevido a expresar mi opinión (no a través de algún medio de comunicación, sino entre amigos) aduciendo que la mayoría de los venezolanos son apáticos. Fundamentando ese análisis en la observación que hecho -a través de mis vivencias- de la conducta de mis compañeros de estudios en la universidad, tanto cuando estudié mi primera carrera; periodismo, como actualmente que estudio Derecho (ambas en la UCV); así como también sucede en los edificios en cuanto a la participación de la gente en las asambleas de copropietarios; en referencia a este último aspecto he constatado –al hablar con otras personas- que se repite la misma experiencia: siempre asisten las mismas personas a esas reuniones que se hacen en nuestras pequeñas comunidades.
Con vista al evento electoral regional y local a efectuarse el próximo domingo 23 de noviembre, he llegado a la conclusión de que poco importa el análisis que se haga de las causas que puedan justificar la abstención; que lo que importa es razonar sobre el calificativo ya expresado: “no ir a votar es un acto de irresponsabilidad ciudadana”.
Tomando en cuenta (y dando por cierto) que, de acuerdo con las empresas encuestadoras, el oficialismo está apoyado por un 30% de la población, y que la oposición está conformada por otro 30% de la población, y que hay un 40% calificados de “ni-ni”; se me hace inconcebible que el 70% de la población esté siendo gobernada –desde hace una década- por una minoría de 30%.
Es por eso que considero una irresponsabilidad de parte de ese “histórico” 40% que no tomen parte en el destino que pueda tener este país. Es más, voy al extremo, si ese 40% apoyara las líneas del oficialismo (queriendo un gobierno autocrático y unipersonal), que lo haga, pero que ayuden a definir hacia donde quiere la mayoría que vaya el país. No entiendo porqué, quienes estamos opuestos a este régimen nos tenemos que “calar” la mediocridad de este gobierno y el uso abusivo que han hecho con nuestros dineros correspondientes de las rentas (fiscales y petroleras).
Es por eso que considero una irresponsabilidad de parte de ese “histórico” 40% que no tomen parte en el destino que pueda tener este país. Es más, voy al extremo, si ese 40% apoyara las líneas del oficialismo (queriendo un gobierno autocrático y unipersonal), que lo haga, pero que ayuden a definir hacia donde quiere la mayoría que vaya el país. No entiendo porqué, quienes estamos opuestos a este régimen nos tenemos que “calar” la mediocridad de este gobierno y el uso abusivo que han hecho con nuestros dineros correspondientes de las rentas (fiscales y petroleras).
Yo sí me siento ofendido por las actitudes de este pseudo-presidente y sus secuaces; pero, quiero saber en realidad si la mayoría “verdadera” (es decir: el 70%) quiere este sistema o no. Porque, si esto es lo que quieren, no le veo sentido seguir la lucha por este país. “No me la calo más”.
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