*EDITORIAL DE 2001: “GRAVES PROBLEMAS DE PRODUCCIÓN”

*EDITORIAL DE 2001: “GRAVES PROBLEMAS DE PRODUCCIÓN”

"Encontrarás que el Estado es ese tipo de organización que, haciendo mal las cosas grandes, hace también mal las pequeñas".
John Kenneth Galbrait

La llamada Venezuela rica, la productora de petróleo, tiene un serio problema según advierten economistas, porque la oferta de bienes y servicios es muy inferior a la demanda y cuya consecuencia es una intoxicación monetaria.

Las cifras, como podremos ver, hablan por sí solas, pues mientras el Producto Interno Bruto de 2007 fue de 8,4%, la demanda alcanzó 19% lo que se traduce en déficit de producción, destrucción de valor agregado en un país que afronta altos niveles inflacionarios y según

estimado por especialistas pueden llegar este año 2008 a 34%.

Cuando un país, sea cual fuere, tiene un auge exportador importante (el petróleo, en nuestro caso), el mismo puede provocar efectos desfavorables sobre otros sectores de la economía y allí el uso la aplicación del apelativo, síndrome holandés.
Se define como síndrome holandés el conjunto de consecuencias que afectan a una economía debido a la irrupción, más o menos abrupta, de un sector productivo relevante, vinculado a las exportaciones, de crecimiento más dinámico que el resto de las actividades productivas.

La principal consecuencia desfavorable del auge exportador de ese producto, es el menor crecimiento que este suele provocar en algunos sectores que producen otros bienes. Eso que los economistas llaman salud externa, enfermedad interna.

El síndrome holandés lo dio a conocer, como tal, la publicación inglesa The Economist, y el cual surge por el efecto adverso del descubrimiento del gas natural sobre la producción industrial en Holanda, en los años 60.

Nuestra situación particular está a la vista, las erráticas políticas económicas del Gobierno del presidente Chávez, las invasiones de fincas agropecuarias productivas, la anarquía que arropa a toda la actividad económica del país.

Economistas se preguntan cómo es posible que un barril de petróleo que en el año 2007 cerró a 65,20 dólares, muestre un déficit de dólares descomunal y una fuga de capitales que marca récord en la historia económica nacional. La cuenta capital concluyó con un déficit de 23.304 millones de dólares, consecuencias del discurso incendiario y hostil como si estuviésemos en un estado de guerra.

Esta lamentablemente, es la real situación de nuestro país. Estamos sobre un barril de pólvora y sólo podrá salvarnos el que se emprenda de inmediato y a tiempo una rectificación a fondo de nuestra maltratada economía.