*DECLARACIÓN DE IVÁN SIMONOVIS 8 DE ENERO DE 2008
Recientemente cumplí 3 años preso, mientras que mis compañeros policías llevan 5 años en igual condición. Adicionalmente, está contando el 1 año y 9 meses de juicio. Hablamos de 36.000 kilómetros recorridos entre Caracas y Maracay, mas de 180 audiencias, pre y durante el juicio. Específicamente en juicio, llevamos 1.000 horas dedicadas a ver videos, oír testigos, escuchar expertos, así como un largo etc. Todo ello, sin que exista evidencia alguna. Y cuando menciono evidencia, me refiero a evidencia objetiva, contundente, alguna que pueda demostrar nuestra responsabilidad en los hechos del 11-A.
El nuestro, es el juicio más largo de la historia. Un juicio que busca incriminarnos a como dé lugar en la muerte de 3 personas oficialistas y de 19 heridos, (y me permito hacer un inciso para aclarar que -aunque injusto e injustificado- este cargo nada tiene que ver con cargos asociados a lesa humanidad, el cual utilizan irresponsablemente desde el 31 de diciembre para excluirnos del decreto presidencial de Amnistía).
El nuestro, es un juicio personalista. La verdad es que me temo que quizás nunca sabremos quiénes fueron los responsables de todos estos casos
y todo gracias a la magia maquiavélica del especialista en tergiversar la verdad de Julián Isaías Rodríguez, Luisa Ortega Díaz y sus secuaces las fiscales nacionales: Sonia Buznego y Haifa Haisami, quienes sí son cómplices necesarios para montar un andamiaje y hacer parecer al nuestro el caso que servirá para encubrir a los verdaderos responsables.
Mientras tanto, salta a la vista del mundo entero nuestra inocencia.
Como todo gran fraude, éste se soporta en la mentira y el engaño. Participan en ello otros operadores de justicia, en especial la Juez 4to. de Juicio, Marjorie Calderón Guerrero. Juez inquisidora, quien nos lleva directo al cadalso. Lo peor de esto, es que será ella quien tome la última decisión. Decisión que me atrevo a decir, gracias a los antecedentes de su
comportamiento, ya está escrita. Ella ha sido colocada con el único fin de acabar cualquier ilusión. Su misión, es clara: debe apagar la luz de la justicia.
Irónicamente las personas registradas en videos disparando desde Puente
Llaguno (imágenes que han recorrido el mundo gracias a los medios de comunicación), estas mismas personas quienes declararon que ciertamente le disparaban a la policía sin mostrar remordimiento ni arrepentimiento alguno por las consecuencias fatales de sus actos asesinos, esas personas,
precisamente ellas, están en libertad, ésta es nuestra Venezuela de justicia
bizarra, en la cual existen además otros 65 pistoleros y Guardias Nacionales
fotografiados, quienes jamás fueron siquiera llevados a juicio y ahora son favorecidos con una Amnistía decretada el 31 de diciembre del 2007.
La justicia está en mora conmigo. La violación de mis derechos ha sido sistemática, así lo ha denunciado mi abogado y esposa Bony de Simonovis a lo largo del proceso. De hecho, recuerdo claramente cuando el Dr. Carlos Bastidas, quien fuera mi abogado, solicitó el año pasado mi liberación, basado en la ley, la cual establece que después de 2 años de detenido sin haber sido condenado, todo detenido debe ser liberado, Art. 234 COPP. Sin embargo, esta Juez una vez más, menoscabó mis derechos fundamentales y con un diccionario Larousse en mano desechó toda posibilidad de justicia.
Carlos me dijo ese día "He perdido mi tiempo en el derecho", lamentablemente a los pocos días murió de una afección cardíaca. Aunado a todo lo antes descrito está el hecho que el Presidente Chávez dice
que pasara la pagina, pero llegó a la mitad, es decir, la pagina no pasó
completa. ¿cómo se medio perdona a una persona con una Amnistía? En todo caso es obvio lo que el gobierno quiere. La Fiscal General lo dijo. Ellos acusaron y ahora serán quienes nos condene.
La Juez no tomará ninguna decisión sin consultar a la Fiscalía y para los
máximos representantes del gobierno “NO encajamos en un perdón”, por el
contrario, si existiese la pena de muerte ya la hubiesen solicitado. Aquí NO hay estado de derecho, no existe el respeto al debido proceso y ahora ni siquiera es posible que de verdad pasen la pagina y así materialicen el perdón que han manifestado a los cuatro vientos.
Por todo lo antes descrito y cansado de tanto abuso, he decidido que este 8 de enero de 2008 será el último día que asista a esta parodia que llaman juicio. La única forma de trasladarme a la sala de audiencia de Maracay será con el uso de la fuerza física. Más allá de esto, quiero decirle a los venezolanos y los medios de comunicación su colaboración para que mi historia sea contada al mundo entero y sirva como símbolo de resistencia a la injusticia que vivimos los presos políticos en Venezuela.
No saldré de mi calabozo y exigiré la presencia de organizaciones internacionales: La comisión de DDHH de la OEA, Amnistía Internacional y la
Cruz Roja Internacional, así como la asistencia directa del Cardenal Urosa
Savino, debido aque en este país -que me cuesta reconocer como nuestro- ya no es suficiente clamar por la justicia. Ahora es necesario comenzar a
luchar. Y yo lucharé por la libertad del futuro de mi país. Esta Venezuela que aprendí a defender en mis años de carrera policial.
Lucharé por la libertad de la justicia.
Por a libertad de mis hijos.
De mi esposa.
De la memoria del Dr. Carlos Bastidas.
De todos quienes cada noche -como yo- deben dormir tras las rejas
injustamente.
Lucharé desde mi celda, que es el último espacio que me dejan para ser libre de consciencia.
Ustedes también pueden luchar. Apóyenos para guiar la mirada del mundo hacia nosotros.
Gracias,
Iván Simonovis
Recientemente cumplí 3 años preso, mientras que mis compañeros policías llevan 5 años en igual condición. Adicionalmente, está contando el 1 año y 9 meses de juicio. Hablamos de 36.000 kilómetros recorridos entre Caracas y Maracay, mas de 180 audiencias, pre y durante el juicio. Específicamente en juicio, llevamos 1.000 horas dedicadas a ver videos, oír testigos, escuchar expertos, así como un largo etc. Todo ello, sin que exista evidencia alguna. Y cuando menciono evidencia, me refiero a evidencia objetiva, contundente, alguna que pueda demostrar nuestra responsabilidad en los hechos del 11-A.
El nuestro, es el juicio más largo de la historia. Un juicio que busca incriminarnos a como dé lugar en la muerte de 3 personas oficialistas y de 19 heridos, (y me permito hacer un inciso para aclarar que -aunque injusto e injustificado- este cargo nada tiene que ver con cargos asociados a lesa humanidad, el cual utilizan irresponsablemente desde el 31 de diciembre para excluirnos del decreto presidencial de Amnistía).
El nuestro, es un juicio personalista. La verdad es que me temo que quizás nunca sabremos quiénes fueron los responsables de todos estos casos
y todo gracias a la magia maquiavélica del especialista en tergiversar la verdad de Julián Isaías Rodríguez, Luisa Ortega Díaz y sus secuaces las fiscales nacionales: Sonia Buznego y Haifa Haisami, quienes sí son cómplices necesarios para montar un andamiaje y hacer parecer al nuestro el caso que servirá para encubrir a los verdaderos responsables.
Mientras tanto, salta a la vista del mundo entero nuestra inocencia.
Como todo gran fraude, éste se soporta en la mentira y el engaño. Participan en ello otros operadores de justicia, en especial la Juez 4to. de Juicio, Marjorie Calderón Guerrero. Juez inquisidora, quien nos lleva directo al cadalso. Lo peor de esto, es que será ella quien tome la última decisión. Decisión que me atrevo a decir, gracias a los antecedentes de su
comportamiento, ya está escrita. Ella ha sido colocada con el único fin de acabar cualquier ilusión. Su misión, es clara: debe apagar la luz de la justicia.
Irónicamente las personas registradas en videos disparando desde Puente
Llaguno (imágenes que han recorrido el mundo gracias a los medios de comunicación), estas mismas personas quienes declararon que ciertamente le disparaban a la policía sin mostrar remordimiento ni arrepentimiento alguno por las consecuencias fatales de sus actos asesinos, esas personas,
precisamente ellas, están en libertad, ésta es nuestra Venezuela de justicia
bizarra, en la cual existen además otros 65 pistoleros y Guardias Nacionales
fotografiados, quienes jamás fueron siquiera llevados a juicio y ahora son favorecidos con una Amnistía decretada el 31 de diciembre del 2007.
La justicia está en mora conmigo. La violación de mis derechos ha sido sistemática, así lo ha denunciado mi abogado y esposa Bony de Simonovis a lo largo del proceso. De hecho, recuerdo claramente cuando el Dr. Carlos Bastidas, quien fuera mi abogado, solicitó el año pasado mi liberación, basado en la ley, la cual establece que después de 2 años de detenido sin haber sido condenado, todo detenido debe ser liberado, Art. 234 COPP. Sin embargo, esta Juez una vez más, menoscabó mis derechos fundamentales y con un diccionario Larousse en mano desechó toda posibilidad de justicia.
Carlos me dijo ese día "He perdido mi tiempo en el derecho", lamentablemente a los pocos días murió de una afección cardíaca. Aunado a todo lo antes descrito está el hecho que el Presidente Chávez dice
que pasara la pagina, pero llegó a la mitad, es decir, la pagina no pasó
completa. ¿cómo se medio perdona a una persona con una Amnistía? En todo caso es obvio lo que el gobierno quiere. La Fiscal General lo dijo. Ellos acusaron y ahora serán quienes nos condene.
La Juez no tomará ninguna decisión sin consultar a la Fiscalía y para los
máximos representantes del gobierno “NO encajamos en un perdón”, por el
contrario, si existiese la pena de muerte ya la hubiesen solicitado. Aquí NO hay estado de derecho, no existe el respeto al debido proceso y ahora ni siquiera es posible que de verdad pasen la pagina y así materialicen el perdón que han manifestado a los cuatro vientos.
Por todo lo antes descrito y cansado de tanto abuso, he decidido que este 8 de enero de 2008 será el último día que asista a esta parodia que llaman juicio. La única forma de trasladarme a la sala de audiencia de Maracay será con el uso de la fuerza física. Más allá de esto, quiero decirle a los venezolanos y los medios de comunicación su colaboración para que mi historia sea contada al mundo entero y sirva como símbolo de resistencia a la injusticia que vivimos los presos políticos en Venezuela.
No saldré de mi calabozo y exigiré la presencia de organizaciones internacionales: La comisión de DDHH de la OEA, Amnistía Internacional y la
Cruz Roja Internacional, así como la asistencia directa del Cardenal Urosa
Savino, debido aque en este país -que me cuesta reconocer como nuestro- ya no es suficiente clamar por la justicia. Ahora es necesario comenzar a
luchar. Y yo lucharé por la libertad del futuro de mi país. Esta Venezuela que aprendí a defender en mis años de carrera policial.
Lucharé por la libertad de la justicia.
Por a libertad de mis hijos.
De mi esposa.
De la memoria del Dr. Carlos Bastidas.
De todos quienes cada noche -como yo- deben dormir tras las rejas
injustamente.
Lucharé desde mi celda, que es el último espacio que me dejan para ser libre de consciencia.
Ustedes también pueden luchar. Apóyenos para guiar la mirada del mundo hacia nosotros.
Gracias,
Iván Simonovis
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