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miércoles, 18 de junio de 2014

JOSÉ RAFAEL AVENDAÑO TIMAURY, MAQUIAVELO, CONJURA Y MAGNICIDIO

En estos tiempos de borrasca mi mente se ha dejado seducir por los clásicos para la confección del artículo y dudé en la escogencia entre José Fouché y Nicolás Maquiavelo. Opté por el segundo y mi memoria me llevó a la relectura del capítulo XIX  de El Príncipe porque trata el tema enunciado en el título. El contenido es sugestivo y de actualidad y por ello, me voy a permitir glosar algunos de sus decires sin desvirtuar en lo absoluto su pensamiento.

Carlos Delgado Chalbaud
"Y uno de los más potentes remedios que tiene un príncipe contra las conjuras es el no ser odiado por lo universal, ya que quien conjura siempre cree con la muerte del príncipe satisfacer al pueblo; pero cuando cree ofenderlo no toma ánimos para adoptar semejante partido porque las dificultades que tienen los conjurados son infinitas. Y por experiencia se ve que han sido muchas las conjuras y pocas las que han tenido un buen fin; porque quien conjura no puede estar solo ni puede encontrar compañía sino entre aquellos que creen estar descontentos".

En Venezuela se han presentado infinidad de conjuras, muchas develadas y también exitosas. Igualmente dos magnicidios: uno consumado, el de Carlos Delgado Chalbaud el 13 de noviembre de 1950 y el fallido contra Rómulo Betancourt el 24 de junio de 1960. 

El beneficiario del Magnicidio exitoso fue un milico compañero en el triunvirato escogido para gobernar el país para que la conjura triunfante el 24 de noviembre de 1948 se consolidara. En esta ocasión y a contrapelo de la teoría maquiavélica, el pueblo no participó y el poder se asentó con base al ejército. El intento fallido no tuvo apoyo ni del pueblo ni del ejército. Fue promovido por un factor de "afuera", para utilizar el léxico del florentino, como lo era el dictador que mandaba en la República Dominicana.

Romulo Betancourt Bello
"Y para  reducir la cosa a breves términos, digo que de parte del conjurante no hay sino pavor, temblor, sospecha de una pena que lo estremece; pero de parte del príncipe están la majestad del principado, las leyes, la defensa de los amigos y del Estado que lo defienden; de tal modo que la benevolencia popular, junto a todas estas cosas, hace imposible que alguien sea tan temerario que conjure. Porque si de ordinario un conjurante ha de temer antes de la ejecución del mal, en este caso debe temer todavía más (teniendo por enemigo al pueblo) después del exceso, no pudiendo esperar por esto refugio alguno".

Los citados como testigos por la FGR por los delitos de magnicidio y conspiración, además de negar enfáticamente los propósitos de los que se les acusa no manifiestan ninguno de los síntomas aludidos por él y se les debe considerar inocentes hasta que se les demuestre lo contrario ¿testigos de qué?

"Pero vengamos a Alejandro: el cual fue de tanta bondad que entre otras alabanzas que le son atribuidas, está esta: que en catorce años que tuvo el imperio nunca fue muerto nadie sin juicio previo; sin embargo, al ser considerado afeminado y hombre que se dejaba gobernar por su madre y al haber por ello caído en desprecio, conspiró contra él el ejército y lo asesinó".

Si quien efectivamente lo asesinó fue el ejército, podríamos aseverar que entonces contaban con una mayoría significativa para contrarrestar las eventuales reacciones que se ocasionarían.

"Pero si entonces era necesario satisfacer más a los soldados que a los pueblos, era porque los soldados podían más que los pueblos; ahora es más necesario para todos los príncipes, excepto para el Turco y el Sultán, satisfacer más a los pueblos que a los soldados, porque los pueblos pueden más que aquéllos".

El libro fue escrito en el año 1513 y mucha agua ha corrido bajo los puentes. Antes de 1513 hubo conjuras y magnicidios. En la actualidad, a nivel mundial, seguramente existen conjuras y en menor medida planes de magnicidio. Es como la gripe en el ser humano: jamás se está exento de padecerla.

En Venezuela la conjura ha estado en la mente de muchos de sus hijos y en los últimos 56 años ninguna ha salido triunfadora, entre otras cosas porque nos habíamos acostumbrado a la forma alternativa y democrática de cambiar  gobiernos. No cometeré la necedad de negar a priori que exista en alguna mente calenturienta y enferma que asuma esa acción deleznable y ajena a la idiosincrasia del venezolano, pero es una conducta atípica.

Lo que sí me niego a aceptar es que esos planes sean producto de los indicios y pruebas, para nada serias y sustentables, mostradas de manera tan torpe y teatral por el vocero autorizado del gobierno quien no designó al que podríamos denominar el órgano regular a tales efectos: el Ministro del Interior.

En lo personal hago fe pública de que no soy partícipe en conjuras y menos en planes Magnicidas y afines.

El texto de El Príncipe, corresponde al publicado por el diario El Nacional con la traducción y notas de José Rafael Herrera y Alejandro Bárcenas en 1999.

José Rafael Avendaño Timaury
Cheye@cantv.net
@CheyeJR

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domingo, 24 de noviembre de 2013

EDUARDO GUZMÁN PÉREZ, EL 24 DE NOVIEMBRE DE 1948, LA VUELTA DE LOS ANDINOS

“Es necesario y apremiante a la vera de lo  que  hoy pasa en este país, que las nuevas generaciones de venezolanos sepan verazmente  por qué  ocurrió el golpe militar contra el gobierno constitucional del Presidente Medina  18 de octubre de 1945,  y  la razón  del contragolpe del 24 de noviembre de 1948”

Ars longa vita brevis nunc  est semper

Antecedentes de una jugada

¿Una revolución también  golpista?  Así  como ya  olvidada.

El 18 de octubre de 1945 la juventud militar del Ejército, liderada  por los  mayores Marcos Pérez Jiménez, (Alférez Mayor de su promoción) Carlos Delgado Chalbaud, Luis Felipe Llovera Páez,(Alférez Mayor de su promoción), y el  capitán Mario Vargas Cárdenas,  congregada en la llamada “Unión patriótica Militar,” luego de conseguir  a través del Dr. Edmundo Fernández el apoyo del partido AD, que era la organización  de mayor penetración política  en la vida  del país, fundado en 1941 durante el primer año de gobierno del Presidente  Isaías Medina. Fue una  alianza que logro propinarle un incruento y sangriento  golpe de estado al Presidente  constitucional Medina Angarita. 
De ese Golpe militar nace lo que los adecos una vez en el poder llamarían la “Gloriosa revolución de octubre”. Constituyéndose  de inmediato un gobierno colegiado que se denominó “Junta Revolucionaria de Gobierno” presidida  por Rómulo Betancourt a solicitud  e imposición del mayor Pérez  Jiménez,  e integrada además por el capitán Mario Vargas en representación del ejército,  el mayor Carlos Delgado Chalbaud ocuparía el Ministerio de la Defensa, y además,  por  4 miembros de  AD :  Luis Prieto  B. Figueroa, Raúl Leoni,  Gonzalo Barrios, y  Edmundo Fernández, este último que fue el enlace entre los militares golpistas y los socios adecos . El  gabinete ministerial lo  integraron en su totalidad 9  militantes activistas del partido Acción Democrático.

Ese día había comenzado  también el juego  político-militar de  Marcos Pérez Jiménez  al no querer  integrar  ese cogobierno colegiado pletórico de adecos. Debemos observar que  una vez  rendido el  Presidente Medina  la tarde del  19 de octubre a manos del Comandante Pérez Jiménez, este le recomendó. “Comandante Pérez Jiménez no le entreguen el gobierno a los adecos, formen ustedes un gobierno solos.” Y eso fue lo que precisamente no  hicieron. Pérez Jiménez sabía lo que estaba haciendo.

La justificación de la asonada militar  del 45

 La razones  adecas  aducidas hasta hoy día, aun en el 2013,  para  justificar el rompimiento del hilo constitucional que se había mantenido desde 1936 una vez que muere J. Vte. Gómez en diciembre de 1935,  y es electo  en febrero de ese año en unas elecciones de segundo grado, (Por el Congreso Nacional), el general  Eleazar López Contreras  para el periodo 1936-41, tal como lo fue posteriormente el Presidente Medina -1941-45-. Repito, para  derrocar al Presidente Medina faltando  4 meses para finalizar su presidencia aducían  que, el Presidente de la república y los  representantes a los cuerpos deliberantes tenían que ser por elección directa, universal y secreta y no por el Congreso Nacional en forma  censitaria. En ese momento  Venezuela  tenía unos 3 millones de habitantes,  un país  incomunicado,  con 78 % de analfabetismo y una sociedad enferma, un pueblo miserable   afectado por severas patologías  que eran los que iban a elegir (¿?).  Y, los militares que integraban la logia “Unión Militar Patriótica” justificaron la asonada   expresando que: “Persistían en los cargos de comando y de decisión, oficiales  no profesionales de las armas,  así como la existencia de una  situación  de inadecuada condición social y pecuniaria  del personal militar y  atraso en la formación técnica y profesional  de la oficialidad. Y  a juicio de Mario Vargas, oficial cercano al partido AD, y que el Presidente Medina había abandonado al ejército. Sin darse cuenta esa alianza, que con ese golpe militar en donde los adecos sirvieron de comadrones a la juventud militar, de que iban a fracturar por IV vez la  historia del país, y, se ponía fin, por otra parte, a 46 años de hegemonía andina en el desempeño del poder (1899-1945), finalizando así la “Republica liberal autocrática” que  el Gral  J.A. Páez instalo en 1830. Tres años más tarde, el 24 de noviembre 1948,  se produce un contragolpe militar encabezado por los mismos  oficiales que llevaron a los adecos al poder el 45, liderado nuevamente por el  ahora Tecnel.  Marcos  Pérez Jiménez, que  sería el partero de un régimen que en los 10 años posteriores, eso no se dice, que  convertiría la Venezuela miserable del momento  en una nación moderna, próspera, y ocupando el sitial que, según él, nos correspondía en el concierto interamericano, y lo logro asombrosamente. Tal que hoy,   a 63 años de su salida de Miraflores  el 23 de enero de 1958, no se ha podido hacer una obra  física, educacional, vial, de salud, de florecimiento y crecimiento económico, de prosperidad material, de salud,  y de modernización del componente militar como esa,  ni superada mucho menos por ninguno de los llamados gobiernos democráticos y autocráticos -1958-2012-. Administro Pérez Jiménez, oigan,  en 10 años un  pírrico presupuesto  total de 17.226 mil millones de Bs. F.,  (Dólar a 3.35/Bs), equivalente  al presupuesto anual de la Alcaldía de Tucupita. El anunciado  milenio  adeco y despelote político   que montaron,  duro, pero exactamente 1.050 días.

 “ El Milenio adeco”, algo semejante a esto que el país vive con horror hoy día, así llamaron el gobierno adeco quienes   Inmediato al asumir el poder Betancourt, el 20 de octubre del 45  en su condición de Presidente de la Junta Revolucionaria de Gobierno,  junto a la dirigencia nacional y regional del partido AD,  todos en el poder,  comenzaron a desarrollar un acción de gobierno  agreste y sectario; crearon un Tribunal ad hoc para juzgar a los medinistas, lopecistas y gomecista; iniciaron la incautación  y expropiación de propiedades de los anteriores gobernantes, salieron al exilio cientos de venezolanos perseguidos por el régimen y otros a la cárcel, incumplieron los postulados militares que llevaron al golpe de 1945; persiguieron en forma implacable a los opositores; demostraron una ineficiencia y un populismo exacerbado en el ejercicio de poder y  en la función de administración del gobierno; crearon bandas armadas tipo milicia, (Como  los llamados  colectivos de hoy), y comenzaron a penetrar  el Ejercito con ideología   comunistas a través de diferentes formas de acción. Esta última actuación fue la gota que rebaso el vaso y sobrevino el contragolpe del 24 de noviembre de 1948.  Ese fue el retrato de la llamada “Gloriosa  revolución de Octubre”, signada por la  anarquía, agitación social, desasosiego político, corrupción, ineficiencia    y forma personalista  de conducir el Estado. Años más tarde diría Betancourt: “La revolución de octubre fue un vulgar golpe militar, no hubo tal revolución.. … y a nosotros no nos tumbaron los militares, nosotros nos caímos solos”

El país a constituyente.

Tras dos años de gobierno de Betancourt, presionado por el sector militar encabezado por el  Ministro de la Defensa  Tecnel. Delgado Chalbaud, el 17 de diciembre de 1946 se instala la Asamblea Nacional Constituyente presidida por el poeta Andrés Eloy Blanco y tras seis meses de deliberaciones el 15 de junio de 1947 se sanciona la nueva Constitución Nacional, y el 22 de octubre clausura sus sesiones la Asamblea Nacional. Se había  de esta manera instalad la Republica Liberal Democrática, el pueblo era el depositario nuevamente de la soberanía popular electoralmente.   Entre los meses de julio y noviembre del mismo año, se desarrolla la campaña electoral presidencial: El 29  de agosto Rómulo Gallegos se inscribe como candidato de AD, el 6 de octubre se postula Gustavo Machado del Partico Comunista , y el 15 del  mismo mes lo hace por Copei Rafael Caldera. El 14 de diciembre en medio de un país polarizado y encrespado políticamente  se va a elecciones presidenciales y  Rómulo Gallegos gana por una abrumadora mayoría y  es declarado el 5 de enero de 1948  por el Consejo Electoral Presidente constitucional para el periodo 1948-52. De inmediato el 2 de febrero se instala el Congreso Nacional bajo la presidencia del adeco  Valmore Rodríguez, con amplia mayoría de AD. Y  comienza la cuenta regresiva, Betancourt se solapa detrás de su partido AD y es quien dispone detrás del autor de Doña Bárbara

 Gallegos un Presidente apantuflado

 El 15 de febrero de 1948,  el novelista  Rómulo Gallegos asume  la Presidencia de una novela llamada Venezuela,  y aparentemente con su elección  se había restituido  el hilo constitucional roto tres años atrás con el golpe militar que depuso al Presidente Medina. Pero Gallegos como Maduro devenían de un golpe, Gallegos por tercería de  uno militar y Maduro de otro, pero constitucional. Tras ocho meses en  la presidencia el autor de Doña Bárbara, sencillamente  no pudo pagar la factura del desastre que le dejo Rómulo, tal como Chávez se la  dejo a Maduro, ambos no fueron responsables de ello, ambos no le dieron repuesta al caos.  A partir   de noviembre  de 1948 ya se habla públicamente de golpe. El Alto Mando Militar le entrega  al presidente un pliego en donde piden rectificación, Gallegos no puede. Los tenientes coroneles del Ejercito   Mario Vargas y Luis F. Llovera Páez trataron de mediar  a última hora para evitar el golpe militar, mas todo fue en vano, de nuevo el Tecnel. Marcos Pérez Jiménez era nuevamente dueño de la situación, y el 24 de noviembre un mando combinado en un golpe seco derroca al Presidente. Cuatro días antes del Golpe  el Presidente Gallegos fue entrevistado por Miguel Otero Silva  del diario El Nacional y a la pregunta de este de que se hablaba de un golpe, el Presidente Gallegos le dijo: “Miguel, todo está bajo control mira yo tengo pantuflas puestas eso te indica que no puedo correr.   


Corolario: Que ¿porque cayo Gallegos?, porque según  me dijo el general Llovera Páez en 1967: “No se puede gobernar echándole vaina a todo el mundo”. Y, porque de acuerdo a lo expresado tiempo después en 1950 en New York por Betancourt, repito: “A nosotros  no nos  tumbaron los militares, nosotros nos caímos solos”. Se  volverá  repetir la historia con Maduro?, ese es el comentario de los historiadores. Alea jacta est.

  Obras Consultadas, Bibliografía:
-El 18 de Octubre, Una revolución olvidada, Jorge Olavarría Tezanos.
- 4 años de Democracia, Isaías Medina Angarita
 -Venezuela País Contra Insurgente,  José Eduardo Guzmán Pérez
 Isaías medina democracia y negación, José Eduardo Guzmán Pérez
 -La verdad inédita, Ana Mercedes Pérez
 -El 18 de octubre de 1945. Edito José Ramírez
 -Trayectoria de una revolución democrática. Rómulo Betancourt
 -El 18 de octubre, Julio Diez
 -Mis conversaciones personales con: El ex Presidente Marcos Pérez Jienenez, el Gral Luis F. Llovera Páez el Dr. Arturo Uslar, Julio Diez, Luis Prieto B.  Figueroa,  Gral. Antonio Chalbaud Cardona, y otros. 

Jose Eduardo Guzman Perez 
guzmanperez@gmail.com

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martes, 29 de octubre de 2013

ENRIQUE MELÉNDEZ OROPEZA, AQUEL OCTUBRE DE 1945

Lo primero que traía en mente Betancourt, a su regreso en el año de 1936 a Venezuela, era la constitución de un partido de masas, al estilo leninista, es decir, con un politburó; que con el tiempo, y la degradación de nuestra política pasó llamarse cogollo; eso en cuanto a su estructura organizativa, mas no así en cuanto al carácter de su militancia; pues Betancourt no sólo quería ganarse la voluntad del obrero; que era lo otro que caracterizaba a la teoría marxista-leninista, a propósito de la revolución proletaria, sino la del pueblo, en su conjunto; lo que en palabras de Betancourt sonaba como un partido policlasista, y de allí el símbolo del Juan Bimba alpargatudo, que viene a representar ese populismo, que tuvo que adoptar Betancourt en aquellos instantes en aquella Venezuela semi-rural; habida cuenta de que se inicia la era de la Venezuela petrolera; cuyo enclave va a necesitar mano de obra, y la que fluye de los campos.

        
Lo cual será caldo de cultivo para las ideas de Betancourt, en cuanto a la expansión y extensión de nuestros procesos de democratización, y quien tampoco descuidaba al sector obrero; ahora cuando comienza a aparecer esa figura en el horizonte laboral venezolano, con motivo de la instalación de la industria petrolera; para lo cual destina a un hombre, como Valmore Rodríguez, y quien se instala en el medio de los trabajadores petroleros, de modo que por esta vía se inicia el movimiento sindical venezolano; aunque ya eso es harina de otro costal.
         Así se conforma el PDN, que con los años, y por las circunstancias del destino, pasará a llamarse Acción Democrática (AD); un partido con una serie de cuadros, casi todos ellos pertenecientes a las Generación de 1928 o en sus entornos, y quienes se habían formado en el exterior; sobre en todo, en el área del Caribe y Centro América; donde ya se fraguaba la revolución proletaria, y como tal esta gente se había empapado de las teorías marxistas, muy en boga para el momento; como otras librepensadoras. Figuras como Raúl Leoni, Gonzalo Barrios, Luis B. Prieto.
El propio Rómulo Betancourt confiesa en “Venezuela: política y petróleo”, que él anduvo unos años clandestino en Venezuela; durante el periodo duro de López Contreras; cuando se aprobó un decreto de persecución contra esta gente, acusada de comunista, que los obligó a salir del país; mientras Betancourt se quedaba, a todo riesgo, terminando de organizar su partido, y hasta que lo sorprenden en este afán la seguridad del régimen, y lo envían de nuevo al exilio.
Traía la lógica en su cabeza del fugitivo exitoso: cambiar de escondite todos los días. He allí lo que le había dejado su época de militancia por Costa Rica. Aunque ese exilio será muy breve, pues ya en 1939 se flexibiliza el régimen, y se permite su regreso, así como de otras figuras como Jóvito Villalba, Raúl Leoni.
Es así como llegados a 1941, se lanza la figura simbólica de Rómulo Gallegas por el PDN-39, para competir con la de Medina Angarita a la presidencia de la República en unas elecciones censitarias; un gesto de valentía por parte de este hombre; tomando en cuenta que, como ahora, no competía con un partido político; sino con la maquinaria del Estado; pues no se olvide que López Contreras gobernaba con la resaca del post-gomecismo. Hasta al propio Betancourt le hacen una jugarreta, comprándole unos delegados, a propósito de unas elecciones para el Congreso Nacional; quien aspiraba salir diputado por el estado Miranda, según lo relata Laureano Vallenilla en sus memorias. Aunque el medio venezolano no lo ve como un acto de valentía, sino más bien como una temeridad de parte del maestro Gallegos, y por lo cual es objeto de burla.
No obstante; quedaban dos ideas sembradas en el país político de aquella Venezuela a partir de allí; primero, que la nueva elite, que aspiraba el poder, no venía armada; como hasta el pasado reciente, y, en ese sentido, creía en la vía electoral, como único medio para lograr su objetivo; por la otra, que ésta provenía de la universidad. Se trataba de una dirigencia ilustrada, y nada mejor que el más conspicuo representante las letras venezolanas para asumir ese papel.
Aparte de que eso le permitía al PDN-39, que en ese mismo año de 1941 iba a adoptar el nombre de AD, expandir su mensaje por toda la nación, con motivo de la campaña electoral; de modo que para 1945, fecha en que se da la asonada cívico-militar, que lleva a la presidencia a Rómulo Betancourt, la maquinaria ya cuenta con una suficiente fuerza, como para que un grupo de militares, de la oficialidad joven, a la cabeza de Marcos Pérez Jiménez; convoque a sus dirigentes, a los fines de darle carácter popular a aquella asonada cívico-militar que se lanza contra el gobierno de Medina Angarita; apoyándose, precisamente, en la organización adeca.
Se trataba de un grupo de militares jóvenes; que se venía reuniendo, y conformando una especie de logia, como la llamaba el propio Pérez Jiménez; un sujeto que no abrigaba ninguna tesis política, aunque sí lo embriagaban unas enormes ambiciones de poder; sólo que, según Betancourt, su temperamento pusilánime lo obligará a apoyarse en los hombros del otro, para su ánimo de trapecista, y nada mejor que comenzar con un partido político, como decía, que tiene un cierto arrastre popular; luego se montará en hombros de Delgado Chalbaud, y así sucesivamente; una trayectoria donde estará de por medio hasta el asesinato de éste.
Entonces, se instala el primer gobierno civil en nuestro país: impuesto por los militares, eso sí, y el que dará origen al Estado democrático; aunque muy adulterado todavía por los prejuicios decimonónicos de casta; del pardismo, en este caso, y que fue uno de los factores que a la larga iba a dar al traste con aquel ensayo de democracia.
                   melendezo.enrique@yahoo.com

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viernes, 28 de junio de 2013

NARCISO GUARAMATO PARRA, ROMULO BETANCOURT BELLO

Si en alguna materia no tuvimos que improvisar los hombres de Acción Democrática cuando asumimos la responsabilidad de gobierno, fue ésta de la política petrolera. Teníamos conocimiento del problema, fórmulas concretas para abordarlo y decisión de rectificar, de una vez por todas, el rumbo entreguista, o vacilante, que siempre habían adoptado los gobiernos venezolanos ante los consorcios del petróleo. Rómulo Betancourt
En el último día de junio de 1914, cambian los paradigmas en Venezuela Cuando empieza a manar el petróleo en el pozo Zumaque Uno de Mene Grande. El país deja de ser una nación que vive del producto de la tierra a una que vive de la renta de un producto de la tierra.
Un hombre predestinado a conducir a su país en dos ocasiones está consciente de la situación como ninguno de sus contemporáneos y logra modificar la política petrolera inclusive fuera de las fronteras cambiando las relaciones comerciales internacionales.
Rómulo Antonio Betancourt Bello[1] nace el 22 de febrero de 1908 en la casa No 3 de la calle Bolívar del pueblo de Guatire[2], Municipio Zamora del Estado Miranda. Ubicada a dos horas y media de Caracas, Guatire era el centro comercial de una región agrícola bastante próspera: cultivos y moliendas de caña, destilerías de aguardiente amén de haciendas de café y otros renglones agrícolas; en el pueblo existían varias firmas comerciales de importancia y por supuesto, la infaltable iglesia[3]. En la actualidad forma parte de la Gran Caracas.
Su padre fue Luis Betancourt García un emigrante canario, llegado al país a los dieciséis años de edad y su madre, la criolla Virginia Bello Milano. El matrimonio Betancourt Bello, eran lo que se podría llamar de clase media en un país de muy humildes ingresos. Tenían un vivo interés por la instrucción y la cultura. Luis Betancourt, aparte de su actividad comercial fue editor de un periódico local y desde un principio fomentó la lectura en su hijo Rómulo, logrando que este se volviera un lector voraz y que en su juventud soñara con volverse todo un escritor, lo cual será, pero no en la forma inicialmente prevista.
INFANCIA
Rómulo pasó su infancia en Guatire pero al comenzar sus estudios de bachillerato se traslada con su familia a la ciudad capital y se inscribe en el Liceo Caracas donde convive con la futura intelectualidad venezolana y es alumno del gran escritor Rómulo Gallegos. Este ambiente estudiantil es oxigeno que alimenta su pasión por ser escritor. Como era lo natural para alguien interesado en las letras, al concluir el bachillerato se inscribe en la Universidad Central de Venezuela para cursar estudios de Derecho.
1928
Los hechos acontecidos en la semana el estudiante en el año 28, provocan un cambio radical en su vida, tiene que cambiar la poesía por el ensayo, la ficción por el reportaje periodístico y la política pasa a ser la pasión que nunca le abandonara por lo que resta de su vida.
Perseguido por el gobierno de Juan Vicente Gómez, parte al exilio en Curazao, lugar donde se forma el futuro líder que causará, según la opinión de muchas personas, una verdadera revolución en Venezuela[4]. Como parte de su formación autodidacta[5] lee y hace el resumen de los 15 tomos de la “Historia Contemporánea de Venezuela” de Francisco González Guinán[6], lo que le da un conocimiento muy grande sobre la idiosincrasia de su país. Manuel Caballero refiere que Betancourt con la ayuda de un diccionario ingles-español leyó el libro del autor norteamericano Ludwell Denny “We fight for oil”[7], dando inicio a un estudio profundo de la industria petrolera.
Muerto el dictador, Betancourt regresa al país siendo sin duda el venezolano que más aporte ha dado a la conformación de una conciencia nacional, orientada hacia el control por el Estado, de sus riquezas básicas. Ningún otro venezolano puede comparársele en la sostenida prédica, oral y escrita, acerca del tema petrolero. En sus discursos, en sus artículos de prensa[8], en folletos y libros denunció lo nefasto que fue la política de concesiones y la acción de las compañías petroleras.
1940
Prueba de su sólida formación en materia económica, como muy pocos venezolanos la tenían para la época[9], es el inicio a partir del 9 de marzo de 1937, de la redacción de la columna “Economía y Finanzas” en el Diario Ahora. Fueron muy diversos los temas tocados por Betancourt: agricultura, petróleo, gestión pública, etc. como lo demuestran algunos títulos de sus artículos: Las Finanzas de los Estados (11.5.37); ¿Se trabaja por la desvalorización del Bolívar? (28.9.37); Economía dirigida frente a economía liberal (5.1.38); La depresión económica en Estados Unidos (9.7.38); Escuela libre de Ciencias Económicas y Sociales (29.10.38); El Banco Central de Emisión y las medidas de emergencia económica (11.9.39). Parte de estos artículos dan cuerpo al que será su primer libro publicado, ”Problemas Venezolanos” (Santiago de Chile, 1940)
En el año 1956 publica su obra magna: “Venezuela, política y petróleo”, en donde realiza una defensa de su labor de gobierno en el trienio 45-48 y una crítica muy documentada a la política petrolera de la dictadura[10]. Texto de lectura obligatoria para todo el que desea comprender el papel jugado por el petróleo en el desarrollo de Venezuela. Historia patria y petróleo fueron los ingredientes que formaron al gobernante, al hombre que guío la transformación del país en la segunda mitad del siglo XX.
Dos veces asume Rómulo Betancourt la conducción del país: la primera durante el período 1945-1948 y la segunda durante el período 1959-1964. Durante las dos presidencias, el tema petrolero es prioritario, La política petrolera propulsada por Betancourt y respaldada por Acción Democrática, su partido, tenía como objetivo el aprovechamiento y defensa al máximo posible de una riqueza que no había rendido, a país beneficios apreciables y estaba basado en lo que él denominó 8 fórmulas simples y concretas[11]:
1.      Elevación de los impuestos hasta el límite que entonces se consideró razonable, dentro de un sistema capitalista y la economía de mercado.
2.      Concurrencia de Venezuela como entidad autónoma al mercado internacional del petróleo, vendiendo directamente sus “regalías”.
3.      Cese radical del sistema de otorgamiento de concesiones a particulares, y planeamiento de una empresa del Estado a la cual se atribuiría la facultad de explotar directamente, o mediante contratos con terceros, las reservas nacionales.
4.      Industrialización de la mayor parte del petróleo venezolano dentro del país; y organización de una refinería nacional, con capital estatal o mixto.
5.      Adecuadas medidas para la conservación de la riqueza petrolera, típico recurso natural no renovable; y utilización del gas emanado de los pozos que tradicionalmente se venía desperdiciando.
6.      Reinversión por las compañías concesionarias de una parte de sus utilidades en la vitalización y desarrollo de la economía agropecuaria.
7.      Mejoras sustanciales en salario, prestaciones sociales y condiciones de vida y de trabajo de los obreros y técnicos venezolanos al servicio de la industria.
8.      Inversión de una cuota elevada de los ingresos obtenidos de la nueva política impositiva sobre el petróleo en crear un economía diversificada y propia, netamente venezolana.
Fueron muchos los éxitos que en materia petrolera lograron los gobiernos de Betancourt como es el caso de la creación de la Corporación Venezolana de Petróleo (CVP) en abril de 1960. Pero hay dos que por sus repercusiones internacionales pueden ser considerados los grandes logros. Dejemos que sea el propio Presidente que nos lo señale: 
“En 1946, cuando fui por primera vez Jefe de Estado en mi país, Venezuela fijó unilateralmente, por decisión soberana de la nación, la relación 50-50, mitad y mitad, en el reparto del producido en ganancias de la explotación del petróleo, reparto paritario entre las compañías concesionarias productoras y el Estado. (Esta fórmula, traducida a la jerga internacional petrolera con el nombre de fity-fity, se extendió como mancha de aceite al Medio Oriente y a todas las áreas petrolíferas del mundo. Y significó para numerosos pueblos que recibían céntimos de dólares por la prodigiosa riqueza del subsuelo suyo, el comienzo de valorización de un producto natural sobre el cual ejercían dominio y exacción las compañías transnacionales y sus socios comanditarios: los Estados Industrializados de Occidente capitalista. Y en 1960, cuando por segunda vez ejercí la Presidencia de la República, fue Venezuela pionera, abanderada en la creación de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), el más audaz y exitoso empeño de defensa y contraataque de los países ricos en materias primas valiosas, y militarmente débiles, frente al férreo complejo militar-industrial de las grandes potencias occidentales. Por primera vez en el mundo moderno, un grupo escaso de países sub-desarrollados, o en proceso de desarrollo, concertaron sus políticas y la acoplaron en un solo fuerte haz unificado, logrando con esos esfuerzos normas de comercialización a los supermillonarios centros financieros de Nueva York, Londres, París y Berlín. En un sector vital de la economía mecanizada del siglo XX, ya no fueron los compradores, implacables por omnipotentes, los que fijaron los precios del petróleo crudo; lo fijaron los vendedores. [12]
Tradicionalmente se le ha atribuido a Juan Pablo Pérez Alfonzo la paternidad de la OPEP, pero debemos recordar que el formaba parte de un equipo de gobierno dirigido por el Presidente Rómulo Betancourt. Como bien lo afirma Manuel Caballero, quien diseñó en primer lugar la política general del país en materia petrolera fue, como es muy normal, Rómulo Betancourt, no sólo por su condición de Presidente de la República, sino por su inquietud, desde 1929, por las cuestiones del petróleo [13]. Por lo tanto el verdadero padre es Betancourt. Pèrez Alfonzo siempre tuvo el cuidado de que quedara claro, él era el ejecutante de una política diseñada por el Presidente [14].
Culminado su mandato en 1964, decide irse al exterior, a un exilio voluntario, para no entorpecer al presidente electo Raúl Leoni, su compañero de muchas luchas y de partido. Fija residencia en Suiza después de haber vivido un tiempo en Nápoles. Se dedica a la reflexión intelectual y a la escritura[15].
En 1972 regresa definitivamente a Venezuela. Sin embargo visitaba muy a menudo la Ciudad de Nueva York, lugar donde lo alcanza la inmortalidad el 28 de septiembre de 1981. “Con el se extinguía el quinto de los más grandes hombres de la historia venezolana. Los cuatro precedentes fueron: Simón Bolívar, José Antonio Páez, Antonio Guzmán Blanco y Juan Vicente Gómez. Esta lista no encierra una comparación ni tampoco es valorativa. Son los más grandes por ser los que tienen mayores dimensiones los que ocupan mayor espacio […] para bien o para mal (para bien y para mal) han ocupado el centro de la escena y durante su trayectoria vital para los venezolanos nos hemos visto obligados a definirnos frente a ellos: hemos sido así bolivarianos y antibolivarianos; paecistas y antipaecistas; guzmancistas y antiguzmancistas; gomecistas y antigomecistas; finalmente betancuristas y antibetancuristas” [16]. Rómulo Betancourt no fue economista pero se convirtió mediante el estudio disciplinado en un experto petrolero y cambió el mercado internacional del petróleo. Sin lugar a dudas fue un protagonista en la economía venezolana
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[1]La mayoría de las biografías consultadas hacen omisión del segundo nombre del presidente Betancourt. Algunas obtenidas por vía electrónica registran el nombre de Rómulo Ernesto Betancourt Bello. Sin embargo se decidió respetar el nombre señalado por la politóloga, periodista y escritora María Teresa Romero en su libro ”Rómulo Betancourt”, editado por El Nacional, por considerarlo un fuente másconfiable.
[2] Romero, María Teresa. Rómulo Betancourt. Biblioteca Biográfica Venezolana no 13. C.A. editora el Nacional. Venezuela. 2005. P.10
[3] Caballero, Manuel. Rómulo Betancourt, político de nación. Alfa Grupo Editorial y el Fondo de Cultura Económica. Venezuela. 2004. P.28
[4] Así me lo manifestó en entrevista personal el Dr. Enrique Tejera París quien formo parte del gobierno de Betancourt a la caída del Dictador Marcos Pérez Jiménez. En su libro “Gobierno en mano”, el Dr. Tejera Paris escribe “…en ese contexto criollo, puede decirse que sin duda no ha existido en nuestro país revolución política mejor concebida y dirigida que la que se inició en enero de 1959”.
[5] Betancourt nunca llega a culminar sus estudios universitarios.
[6] Diccionario de Historia de Venezuela. Tomo 1. Segunda Edición. Fundación Polar. Venezuela 1997.
[7] Caballero, Manuel. Ob.cit. p.371
[8] Betancourt escribió incansablemente en diversos periódicos de América Latina y en especial en el periódico del Partido Comunista de Costa Rica.
[9] La Escuela Libre de Economía de la Universidad Central de Venezuela se crea en octubre de 1938 y la primera promoción de economistas gradúa en julio de 1942. Hasta la fecha las personas vinculadas con la ciencia económica eran abogados. Caso muy especial fue el de Alberto Adriani, graduado de economista en Europa.
[10] Betancourt quiso escribir un texto que pudiera ser leído por cualquiera, pero le salió como el mismo lo denominó un “mamotreto”, un texto muy extenso, lleno de datos, tablas que hacen un poco pesada su lectura sin embargo su valor es indiscutible.
[11] Betancourt, Rómulo. Ob.cit. p. 283.
[12] Betancourt, Rómulo. El Petróleo de Venezuela. Editorial Seix Barral. España. 1978. P.125.
[13] Caballero Manuel. Ob.cit. p.381
[14] Ibid.
[15] Romero, María Teresa. Ob.cit. p. 123.
[16] Manuel Caballero. Ob.cit. p.418
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