Las bases populares de esta organización
política, a nivel local, regional y nacional aparentemente tratada por las
cúpulas del Poder como sencillos mirones de piedra, desposeídos de cualquier
capacidad de análisis y decisión son sometidos al precepto de que “el que más
logre acercarse al poder absoluto: CHAVEZ es el que está bien”.
Esa situación interna ha venido creando
además de una desbandada de buenos militantes; que el hambre y la miseria han
migrado bajo el sello de su revolución. Evidenciando poco de lo ocurrido en
estas filas ha dado realmente respuesta al sentido de la solidaridad que merece
no solo este estamento político, sino, el pueblo venezolano que goza de los
derechos y deberes constitucionales, por parte de la elite revolucionarias que
hoy por hoy, se desnudan ante el mundo como una parrandada de burgueses, ricos
y corruptos, etiquetados como burgueses.
El sello magistral de esta decapitación
cerebral es la imposición de candidatos regionales y seguramente, municipales
de candidatos que no pertenecen al gentilicio regional en el país. Esto señala,
que poco a poco va esta oligarquía roja rojita, colocándose en el centro del
poder popular y asignando el rol popular en lo que la misma revolución les
asigne: EN UN RINCÓN SIN DERECHO A REPLICA.
El sentimiento popular representado en los
lideres a escoger electoralmente, pierden toda su brillantes y atractivo. Más
pesado aún, cuando tienen que caminar con alguien que ni conoce sus realidades,
su geografía y sus prioridades. Qué lástima dan al sentirse con sus familias
burladas en tan gran dimensión, por el mismísimo líder “revolucionario”
presidente del país. Quien, como a un pastel ha dividido el país para cada uno
de sus acólitos seguidores de confianza.
Militancia de línea blanca, de bolsas de
comida y misiones de hambre, se convirtieron en un tumulto de camaradas que
montados en buses de Pdvsa o cualquier otro organismo, los pasean de un lugar a
otro para ser parte del festín de la élite roja del país. Alternabilidad,
participación, inclusión, crecimiento, entre otros factores de la vida
política, alejadas de sus realidades, por carecer de criterios propios y
determinación política. A esto han quedado miles de esperanzados ciudadanos de
la Patria.
Ahora el gran reto: La división ante la
ausencia del presidente hace que este pastel de poder, entre en una rebatiña
donde los fardos de ciudadanos tendrán que decidir sobre sus lealtades reales.
Sea con Diosdado Cabello, Nicolás Maduro,
Elías Jaua, Rodrigo Cabezas, Aristóbulo Isturiz, entre otros. En el caso
de Francisco Arias, este tendrá que buscar como la mayoría un buen muelle donde
lograr subsistir.
Finalmente, ante este panorama la dignidad
humana, el respeto por sí mismo y sus familias tendrán que reaccionar. Las
imposiciones de candidatos se castigan con el voto. Esto es lo que se espera de una muchedumbre ansiada de justicia
y solidaridad por parte de este país, que en otros tiempos hacían la diferencia
en elecciones y luego se dedicaban a gobernar para el pueblo. ¿Serán o no,
títeres de piedra?
joseponschene@hotmail.com
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