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miércoles, 1 de junio de 2011

ORLANDO OCHOA TERÁN: EL COSTO DEL ANTIIMPERIALISMO

Durante una década la política exterior bolivariana se centró en una  estridente y hostil confrontación con EE UU en todos los foros internacionales. No obstante, la reacción del gobierno bolivariano a las sanciones ha sido de sorpresa e indignación. ¿Qué esperaban de un autodeclarado enemigo?

Bashar al-Assad, otro de los “hermanos” de Chávez hasta que el sirio pueda
  
Probablemente la más interesante iniciativa de la política exterior del gobierno bolivariano fue la de incorporar en su concepción lo que modernamente se conoce como “diplomacia pública”. La frase fue acuñada en 1965 por el diplomático Edmund Gullion, quien la diferenció de la desprestigiada noción de “propaganda” del régimen nazi de Hitler. El fundamento de “diplomacia pública” presupone la divulgación de información fáctica mientras que la “propaganda” implica un uso manipulativo de la verdad o de la mentira. En su esencia, la diplomacia pública está destinada a influir en la opinión pública de otros países, no en los gobiernos.
 
En este propósito el gobierno no se paró en mientes. Invirtió ingentes recursos en los cinco continentes, incluyendo al imperialismo yanqui en donde la “diplomacia pública”  bolivariana adquirió una pintoresca forma. Mientras el presidente Chávez insultaba al presidente de EE UU invertía millones de dólares en reputados agentes de influencia para que morigeraran las reacciones negativas en la clase política y la opinión pública.
 
La estrategia que se suponía debía seguir el gobierno bolivariano fue sintetizada por una de las más prominentes firmas de cabildeo de Washington, Patton Boggs. En un documento que circuló en la capital de EE UU en 2004 la firma recomendaba como una “imperiosa necesidad del Gobierno de Venezuela desvirtuar dos alegatos: 1) Venezuela no ha logrado cooperar con los esfuerzos de EE UU para interceptar el flujo de drogas y de narcoterroristas; 2) Venezuela ha apoyado o asistido a grupos designados como terroristas”.
 
Las buenas intenciones de la diplomacia pública se desplomaron. Haciendo caso omiso a estas dos simples recomendaciones se continuó despilfarrando centenares de millones de dólares en lobby y subvencionando la gasolina a 4 de los estados más ricos de EE UU. No contento con esto, se contrató un ejército de liberales e izquierdosos gringos de diferente pelambre para que divulgaran el evangelio de una revolución que amenazaba en todos los foros internacionales pulverizar el capitalismo.
 
El asedio
Ni los cabilderos, ni los mercenarios gringos pudieron evitar las sanciones anunciadas esta semana. De modo que las recomendaciones de Patton Boggs de desvirtuar los dos simples puntos, no sólo sigue vigente, sino que la opinión negativa han crecido como un monstro que amenaza con un total desprestigio a la revolución. Así lo demuestran la interminable sucesión de incidentes desde la muerte de Raúl Reyes, que continúa esta semana con las sanciones a Pdvsa y Cavim, anunciadas por el Departamento de Estado. 

Las sanciones en realidad no tienen gran impacto práctico, son sólo el inicio de un proceso que no debería sorprender a un gobierno que se ha auto-declarado enemigo de EE UU y del capitalismo desde hace ya una década. Sobre las sanciones a Pdvsa, ya se habían adelantado especulaciones en virtud de los despachos de derivados de petróleo hacia Irán. Lo que llama la atención es la sanción impuesta a Cavim que inexplicablemente no fue motivada por el Departamento de Estado.
 
Por razones que tienen que ver con esta gaseosa obsesión antiimperialista, sobre la cual gira la política exterior bolivariana, algunas circunstancias adversas que se han añadido y probablemente una política agazapada de EE UU para aprovechar sus debilidades, el gobierno bolivariano se encuentra actualmente en una precaria situación internacional.
 
Con el nuevo gobierno de la derecha  que sobrevendrá en España, sólo le quedará en Europa la alianza con la aislada Bielorrusia. Si los precios petroleros no terminan de coger vuelo, las alianzas con Rusia y China, caracterizada por petrodólares que fluyen en una sola dirección se debilitarán en la misma medida. Los “hermanos” Gadafi de Libia, Bashar al-Assad de Siria y Ahmadenijah de Irán tienen tantos problemas entre manos que es muy probable que no quieran saber de la Venezuela socialista por un tiempo, si es que sobreviven a los conflictos que padecen. En el Hemisferio Occidental sólo quedan como aliados duros, Correa de Ecuador, Ortega de Nicaragua y Morales de Bolivia, más acostumbrados a recibir que a dar u ofrecer ayuda.  
 
Paradójicamente el aliado más leal parece ser Juan Manuel Santos. Pero si los antecedentes son un buen referente pudiera ser tan confiable como el clima o el tiempo de Bogotá. Si no, que le pregunten a Álvaro Uribe.

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miércoles, 17 de noviembre de 2010

¿EL IMPERIO CONTRAATACA?. ORLANDO OCHOA TERÁN

Aunque parezca extraño, los casos más serios que vinculan al gobierno bolivariano con la corrupción, narcotráfico o terrorismo han sido procesados, enjuiciados o sentenciados por iniciativa del FBI, DEA, Secretaría del Tesoro, Security Exchange Commission, ¿CIA?, fiscales y jueces de distrito de EE UU. ¿Una nueva forma de invasión? ¿El imperio contraataca?

Como resultado de la abismal incompetencia para administrar los recursos petroleros y en virtud de una política boba destinada a librarse de la dependencia económica de su mejor cliente, el gobierno bolivariano ha estado progresivamente disminuyendo los embarques petroleros a EE UU.

Lo paradójico de esta estrategia es que en la medida que el gobierno bolivariano se libere económicamente de EE UU, más atrevido debería ser su interés de contener la revolución bolivariana en virtud de que tendría menos que perder. Liberarse de la factura petrolera de EE UU puede tener un interés ideológico para la revolución bolivariana pero para el interés geoestratégico de EE UU, aún Venezuela alberga las reservas de crudos probadas mas grandes del Hemisferio Occidental y una de las más gigantescas en crudos extra pesados del planeta.

El dilema parece estar resuelto por parte del presidente Chávez y también por el gobierno de EE UU. Cuando un político americano, especialmente conservador, quiere simplificar la política exterior destinada a resolver disputas con otros países acude a Thomas Jefferson, quien la resumió así: diplomacia, bloqueo o embargo, y guerra. Sin embargo, la diplomacia, como sabemos, tiene infinidad de matices, que combinada con otras variables cambia con los nuevos tiempos. No los intereses, que son permanentes.

Contener a Chávez: En ocasiones voceros del Pentágono han declarado la necesidad de “contener a Chávez”. La acepción del vocablo español “contener” no se parece a la connotación anglosajona. “Containment” fue la esencia de la doctrina que prevaleció durante la Guerra Fría y se refiere a “una acción política destinada a restringir la influencia ideológica de un país hostil”. ¿Cómo contener a Chávez? Veamos.

Por extraño que parezca los organismos de seguridad de EE UU parecen haber encontrado un flanco débil de la revolución bolivariana en los vacíos del contralor general, Clodosbaldo Russián y la fiscal general Luisa Ortega Díaz. Con una habilidad comparable al de una operación de fuerzas especiales, órganos de seguridad de EE UU han estado invadiendo los predios de Russián y de Ortega, entretenidos como están en el oficio bolivariano de perseguir disidentes.

No luce pues como una casualidad que Smartmatic, la empresa que escruta y elige en los procesos electorales de Venezuela, haya sido investigada por la Comisión de Inversiones Extranjeras (CFIUS, por sus siglas en inglés) de la Secretaría del Tesoro de EE UU. Sospechaban que era controlada (capital y operaciones), subrepticiamente, por funcionarios del gobierno bolivariano. Como resultado de esta investigación la obligaron a vender la subsidiaria Sequoia Voting Machines que fabricaba máquinas de votación para el sistema electoral de EE UU.

No puede ser tampoco coincidencia que las irregularidades de Pdvsa (Bariven y Pdval) que derivaron en la escandalosa contaminación de decenas de miles de toneladas de alimentos se hayan dilucidado inicialmente en tribunales de Miami y Houston. O que los juicios contra Carlos Kauffman y Franklin Durán conocidos como “el caso del maletín” de los 0.000 de Pdvsa, hayan salido a relucir ex gobernadores y el entonces vicepresidente Jorge Rodríguez, vinculado en amistad con el intermediario de Smartmatic, Moisés Maionica. El abogado Maionica se declaró culpable de haber conspirado para encubrir el origen y el destino de esos 0 mil dólares. El proceso se originó en una investigación del FBI.

Pedro Leonardo Mascheroni, un científico argentino-americano del laboratorio de Los Álamos, fue detenido después de reunirse con funcionarios de la embajada de Venezuela y ser sorprendido por un agente del FBI que se hizo pasar como venezolano.

El caso de la reciente detención del interventor Rafael Ramos, acusado de extorsión en Miami, promete superar el drama del maletín rivalizando con el escándalo de Walid Makled, detenido en Cúcuta, después de ser identificado, nada más ni nada menos que por la DEA. Si esto no fuese suficiente, la Securities Exchange Commission (SEC), policía reguladora del mercado de capitales de EE UU, acaba de señalar a un alto ejecutivo de Pdvsa y a otro del Seniat de haber aceptado sobornos de la multinacional francesa Pride International, según sentencia de un tribunal de Texas.

¿Llegó al fin la invasión que tanto había anunciado el presidente Chávez? “Cuidado con lo que deseas, se te puede cumplir”.

o.ochoa@att.net
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sábado, 5 de abril de 2008

*ROGER SANTODOMINGO ESCRIBE EN SU BAROMETRO: "EL IMPERIO COTRAATACA"


*ROGER SANTODOMINGO ESCRIBE EN SU BAROMETRO: "EL IMPERIO COTRAATACA"




Fuentes dentro del gobierno venezolano nos indican que, efectivamente, el Presidente y sus más allegados están convencidos de que, en Estados Unidos, se han tomado en serio la apuesta sobre cuál de los dos gobernantes –Chávez o Bush- permanecerá más tiempo en el poder. Por supuesto que en condiciones normales y dentro de las reglas institucionales esta duda no tiene lugar. Pero no hay condiciones normales. De hecho, el presidente Chávez, más allá de su retórica antiimperialista, cree que George Bush jugará sus últimas cartas para sacarlo de Miraflores antes de dejar el cargo el año próximo y, aparentemente su deseo de provocar al jefe del imperio finalmente se hizo realidad como una profecía autocumplida.


La agenda Bush se ha vuelto más agresiva. Incluso observadores en Estados Unidos creen que aún no se ha accedido a la petición del Presidente, y de los halcones que lo rodean, de incluir a Venezuela dentro de la lista de Estados que patrocinan el terrorismo simplemente por la racionalidad económica de la medida: con las dificultades financieras recientes es mejor actuar con la mente fría. Si Venezuela es incluida en la lista negra que encabezan Irán, Cuba, Siria y Corea del Norte, las sanciones tendrán consecuencias nefastas para las relaciones comerciales de ambos países.


De acuerdo con análisis de ThinkTank, el costo de las operaciones de las empresas estadounidenses con negocios en Venezuela se disparará. Muchas se irán. Además, se terminará el acuerdo de doble tributación.

Según la embajada de Venezuela en Washington el costo de las exportaciones estadounidenses a Venezuela aumentaría 30 centimos por cada dólar y se estima que estas están alrededor de los 10 mil 200 millones de dólares anuales. Pero también aumentará el costo de llevar petróleo a Estados Unidos en un 20% y probablemente el flujo de unos mil 600 millones de barriles por día se vería seriamente comprometido, desestabilizando el mercado petrolero.


Los analistas indican que se perderían unos 230 mil empleos en industrias estadounidenses que están vinculados al comercio con Venezuela. Por ejemplo, CITGO compra cada año en bienes y servicios unos 2 mil millones de dólares a 800 empresas estadounidenses.


Pero Colombia reclama atención ante la evidencia. Expertos en materia de informática forense nos indican que es prácticamente imposible falsear la data de las laptops si efectivamente esta existe. Y, si fue plantada en los computadores, también es factible determinarlo. De hecho, fuentes de la Interpol indican que los informes preliminares del comité de verificación internacional son incriminatorios contra el gobierno venezolano.


El gobierno venezolano intentará hacer ver las acusaciones de vínculos con el terrorismo como una nueva ofensiva en la conspiración internacional contra su revolución. Además de las computadoras de la FARC, el expediente contra Venezuela incluye varias amenazas graves contra la estabilidad regional: señalamientos de que el país no está contribuyendo efectivamente en la guerra contra las drogas; de que ha iniciado una carrera armamentista, abusos de derechos humanos y complicidad en lavado de dinero, así como la labor de penetración política de grupos radicales de oposición en varios países de la región.


Los que hayan visto 13 días, la fantástica producción cinematográfica sobre la crisis de los misiles en Cuba, podrán recordar el diálogo entre el secretario de Defensa y el Jefe de Operaciones Conjuntas, donde el primero, un político civil, le explicaba al militar el significado de las movilizaciones navales rusas y las decisiones del presidente Kennedy: "Se trata de un diálogo, es un nuevo idioma el que hablan los dos presidentes que ustedes, militares de la vieja guardia, no pueden comprender".


Este paréntesis, sólo para introducir que hay un juego de señales inequívocas en el Caribe.
Por primera vez desde el fin de la Guerra Fría, el Comando Sur de EEUU desplegó la Cuarta Flota y ordenó en febrero al portaaviones Harry Truman participar en ejercicios "preventivos" al norte de Venezuela. Todas estas "amenazas" externas son un foco que extraerá energía del gobierno. Energía que necesita para hacer frente a las luchas intestinas del PSUV y al descontento creciente de la población que reclama servicios, empleo y seguridad.


Todo esto explica que durante el mes de marzo se produjera un giro sustancial en la opinión pública. Ya la gente no se pregunta tanto si el presidente Hugo Chávez intentará quedarse en el poder después de 2012 como si podrá durar hasta allá.