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martes, 8 de septiembre de 2015

LUIS MARIN, ¿FRANJA DE TACHIGAZA?

Es imposible no conmoverse ante la dantesca situación del Estado Táchira; pero la conmoción pasa a desconcierto al asociarla mediante el neologismo “Tachigaza”, con la Franja de Gaza, conflicto que remonta medio siglo y que le sirvió de pretexto a Chávez para romper relaciones con Israel, echar a su embajador y terminar maldiciendo al Estado Judío en cadena nacional.

“La realidad (…) es que en esa franja (…) se ha desatado una flagrante violación de derechos humanos rayando en el genocidio contra sus habitantes, quienes han sido obligados a desplazarse del lugar donde construyeron una vida familiar y laboral, dejando atrás sus recuerdos, pertenencias y humildes viviendas, marcadas, saqueadas y derrumbadas al más puro estilo nazi.”

Esto no lo dijo Chávez, el párrafo alude a la zona fronteriza con Colombia pero, en virtud de la equiparación, mutatis mutandi, podría tomarse como una descripción de la situación en la Franja de Gaza. El papel de Hamas lo representarían los guerrilleros o paramilitares, según la posición del observador; pero el papel del Estado venecubano sin duda lo representa Israel que es quien bloquea la Franja materialmente, no en forma imaginaria como en el llamado “bloqueo” a Cuba.

La comparación resulta irritante porque honestamente, ¿qué carajo tendrá que ver Israel con un conflicto fronterizo entre Colombia y Venezuela, tanto menos si el causante de la controversia ni siquiera tiene relaciones con él y es un régimen abiertamente antisemita por lo que no puede asimilarse ni de lejos con el Estado Judío?

Este es el quid de la cuestión: Un conflicto cualquiera, en que Israel no tiene arte ni parte, se convierte en una oportunidad para atizar los prejuicios cotidianos sobre el conflicto árabe israelí, presentar una visión sesgada de la confrontación en Gaza y de paso decir que el Estado Judío actúa “al más puro estilo nazi”.

Por este camino enrevesado termina Israel como arquetipo del mal, modelo de tropelías, incluso de las que hacen regímenes declaradamente antisemitas; en cambio: Cuba ni se menciona, ni el régimen castrista viola derechos humanos, ni los comunistas hacen deportaciones masivas, aunque sean históricas las de Stalin, Mao y Pol Pot.

Esto es lo que vuelve chocante incluso la actitud de un caricaturista colombiano que dibuja un soldado con una esvástica deportando a sus compatriotas. ¿Por qué no lo viste de rojo con una hoz y un martillo, como sería más apropiado? Porque en Colombia también impera la prohibición de denunciar al comunismo, que tiene defensores incluso armados, en cambio es más cómodo acusar a los nazis que no tienen defensores.

En Venecuba la oposición oficial no apoya a Israel ni siquiera una fracción de lo que el gobierno lo ataca; al contrario, hay evidencias inocultables de antijudaísmo opositor. Por ejemplo, la caricaturista Rayma, dibuja una estampita de Navidad en la que se representan niños del mundo durmiendo bajo la estrella de Belén; pero cuando le toca al “niño palestino” lo que se ve sobre su cabeza es un misil con la estrella de David.

Esta ocurrencia de Rayma daría para un artículo aparte, baste decir por el momento que ignora los millares de misiles Kasam que Hamas arroja en forma previa a las acciones israelíes, sin mediar provocación alguna, a propósito contra población civil, matando y mutilando niños judíos igualmente ignorados.

Esto llevó al también ingenioso primer ministro Benjamín Netanyahu a declarar que: “Ciertamente nosotros usamos misiles para defender a nuestra población civil, pero Hamas usa a la población civil para defender sus misiles”.

Es forzoso encarar el hecho embarazoso de que hay un antijudaísmo católico estimulado por las prédicas de la Iglesia que se basa, entre otras cosas, en que los judíos no reconocen a Jesús como el Mesías; pero es que los islamistas tampoco y los comunistas rechazan no sólo al Hijo sino también al Padre y al Espíritu Santo, no obstante, nadie proclama su disposición a “borrar a Irán del mapa”, ni a “exterminar a los comunistas, dondequiera que estén”.

Al contrario, para el padre s.j. Luis Ugalde “el peligro actual de Latinoamérica no es el comunismo” y en su oportunidad condenó la profanación de la Sinagoga de Maripérez diciendo que se oponía a “toda forma de xenofobia”. Para buen entendedor, cataloga a los judíos como extranjeros.

A veces el peor daño se inflige inconscientemente; pero siempre es saludable un sincero examen de conciencia.

NEGACIONISMO DE IZQUIERDA

Uno de los hechos más inquietantes de nuestro tiempo es que las banderas del anti judaísmo que tradicionalmente habían sido patrimonio de la ultra derecha ahora son desplegadas por la ultra izquierda, con idénticos argumentos, sin quitarles ni una coma e incluso conservando a los autores originales.

Podría servir como ejemplo la reedición de los Protocolos de los Sabios de Sión, un libelo difamatorio cuya redacción y orígenes han sido mil veces rastreados y demostrada su falsedad hasta el punto de que el mismísimo Adolfo Hitler llegó a afirmar que “no importa que sean falsos si al fin y al cabo revelaban las intensiones de los judíos”; pero que hoy son divulgados como una revelación por la Radio Nacional de Venezuela y convertidos en libro de texto en las escuelas de los llamados “territorios palestinos”.

Pero quizás sea peor el relanzamiento del negacionismo, esto es, esa revulsiva tendencia a negar el Holocausto como algo que nunca ocurrió y fue inventado por el discurso sionista. En algunos países directamente involucrados en el genocidio como Alemania, Austria y Polonia esta propaganda está tipificada como delito; pero no así en Rusia, Francia o España, donde el negacionismo ha adquirido nivel académico.

Es algo completamente extraordinario que en un expaís como Venezuela, donde nunca ha sido motivo de controversia el tema del Holocausto por razones obvias de distancia, ignorancia e indiferencia, se haya levantado con tanta fuerza este leitmotiv y de parte de quienes menos se hubiera esperado, esto es, de la ultra izquierda neocomunista.

El origen de este despropósito puede rastrearse en el alineamiento de la internacional comunista en el conflicto del medioriente a favor de los árabes y en contra de Israel a quien denuncian como punta de lanza del imperialismo; pero substancialmente en el malentendido según el cual el origen del Estado Judío se justificaría en virtud del Holocausto, por lo que, si éste no existiera, la creación de Israel carecería de fundamento. En este momento es innecesario refutar esta falacia.

Lo más aterrador es que los neocomunistas no tengan escrúpulo alguno en documentar su propaganda en testimonios de nazis convictos y confesos como la señora Úrsula Haverbeck-Wetzel, viuda de Werner Georg Haverbeck, militantes nazis con larguísimo prontuario de conspiración y sedición contra la República Federal Alemana, por lo que han pagado prisión, multas y los movimientos que han fundado han sido proscritos, como su “sociedad para la rehabilitación de los perseguidos por refutar el Holocausto”, fundada el 9 de noviembre de 2003, para conmemorar el 65 aniversario del Kristallnacht que, según la lógica de esta señora y sus seguidores, tampoco debió haber ocurrido.

Otro héroe inexplicable del negacionismo de izquierda es Mahmud Ahmadineyad, que no requiere presentación en Venecuba, por ser un aliado sempiterno de Hugo Chávez, sin que eso contraríe su devota fidelidad religiosa a los Ayatolas fundamentalistas islámicos que regentan la tiranía teocrática de Irán.

Es realmente extenuante tratar de explicarse este contubernio indigerible entre la izquierda radical neocomunista, el nazismo emergente en Europa y el fundamentalismo islámico; pero parece inevitable al menos intentarlo, sobre todo si se observa que un delincuente político de la calaña de Pablo Iglesias es simultáneamente el abanderado del neocomunismo y del neoantisemitismo ¡en el Parlamento Europeo!

En efecto, con la más perfecta cara de tabla Pablo Iglesias increpó a la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, para suspender el acuerdo de asociación UE/Israel y condenar la “ocupación palestina por parte del Estado Sionista” (doble sic).

Sin inmutarse de ser tan ampliamente conocido en Venecuba, junto a su carnal Juan Carlos Monedero, por recibir millones de euros del régimen para financiar a su partido Podemos a través de organizaciones fachada como el Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS) o el Centro Internacional Miranda, tampoco le inmuta ser ancla de la estación de televisión iraní Hispan TV.

Lo que sí es desconcertante es que las autoridades europeas no adviertan que estos sujetos reciben millones en financiamiento, pero cuando atajan un cargamento de nueve toneladas de droga en un buque  proveniente de Venecuba, miran para otro lado; o bien que luego de reunirse con altos cargos de ETA en el gobierno, llegan a España diciendo que el problema de ETA es político y amerita soluciones políticas y no antiterroristas.

Pablo Iglesias suscribió la versión oficial del régimen castrista sobre el asesinato de Oswaldo Payá, acusó abiertamente al español Ángel Carromero, no tuvo la más mínima palabra de condolencia para su viuda ni para su hija, Rosa María Payá, sino que se dedicó a atizar el odio contra lo que llama la derecha mediática para defender a Castro.

¿Qué puede tener de extraño que Pablo Iglesias explote el antisemitismo de “izquierda” que reina en España y en casi toda Europa con fines electorales?

BOICOT, DESINVERSIÓN, SANCIONES

Lo primero que salta a la vista en esas siglas BDS es su malevolencia: no hay nada en ninguna de esas palabras que sugiera convivencia, solidaridad, tolerancia. Su esencia es incitar a causar daño, perjudicar, injuriar a otros, es decir, lo más contrario al espíritu fundamental del Derecho que pone como base de la convivencia social el neminem laedere, el no dañar a otros.

Lo extraño, lo curioso es que un tipo de organización como ésta, que explícitamente pone como fundamento de su actuación el animus injuriandi, haya adquirido carta de ciudadanía en occidente y reciba el apoyo entusiasta de personas e instituciones supuestamente defensoras de derechos humanos.

Aunque no puedan mostrar el más mínimo rastro de que quieran ayudar a alguien, muy por el contrario, es un hecho comprobado que el boicot contra las empresas israelíes asentadas en territorios que se consideran en disputa no ha perjudicado sino a los árabes palestinos que se han quedado sin trabajo, cuando no obligados a recorrer largas distancias para seguir sus fuentes de empleo a nuevos asentamientos que juzguen satisfactorios los inquisidores del siglo XXI.

Y este es el punto nodal de los autonombrados censores europeos de la industria israelí: ellos deciden según su real saber y entender qué territorio es “palestino”, en qué lugar son ilegales los asentamientos económicos, quién puede producir qué y dónde, sin juicio o procedimiento previo ni apelación posible.

Han institucionalizado la palabra “colono” para referirse a los judíos en oposición a los árabes, que según ellos sí tendrían un derecho inmanente a ocupar las tierras de Judea y Samaria e incluso Jerusalén, derecho terriblemente problemático porque todo el buenismo europeo no alcanza para explicar porqué un hipotético estado árabe palestino tiene que ser judenrein, esto es, libre de judíos, en el cual éstos no pueden vivir ni tener propiedades, algo tanto más incomprensible considerando que los árabes sí viven y tienen propiedades en Israel, no sólo en las zonas en disputa.

No hay que ser ningún experto en comercio mundial para intuir que las actividades promovidas por organizaciones como BDS son contrarias a los esfuerzos de otras como la Organización Mundial del Comercio o cualquiera que promueva la libre competencia, la circulación de bienes y servicios, la economía de mercado.

Un inconveniente es que habría que demandar pronunciamientos previos para luego exigir la ilegalización de estas prácticas como contrarias a las leyes internacionales y a los principios que las inspiran; otro, menos confesable, es que estas acciones son dirigidas exclusivamente contra Israel, con lo cual aparentemente aprovecharían a algunos competidores desleales, aunque la práctica demuestre lo contraproducente que resulta la unfair competition.

Mientras tanto el movimiento BDS sigue viento en popa. Su más reciente escándalo fue contra el rapero conocido como Matisyahu, vetado en un festival de rap en España, a condición de firmar una carta o un video a favor del “Estado Palestino” lo que consideró inaceptable. El detalle es que Matisyahu es norteamericano y no se ve cómo conectarlo con Israel, salvo por ser judío practicante, así que los responsables del festival tuvieron que retractarse.

Pero no así el inefable Pablo Iglesias, que declara que si Matisyahu no firma la carta es porque apoya lo que él ya sentenció como “políticas racistas”, con lo que revela la verdadera intensión del boicot: que al adherirlo se asuma todo ese discurso demonizador contra Israel de ser Estado colonialista, genocida, que practica el apartheid, etcétera.

Más preocupante podría ser el llamado boicot académico, que últimamente consiguió la adhesión del famoso cosmólogo Stephen Hawking. Quizás primero se descubra la consistencia de la teoría del Big-bang antes que las razones (y presiones) que llevaron a la oficina de SH a tomar una decisión de esta magnitud; pero lo que pone de manifiesto es el poder que ostentan los enemigos que luchan por convertir a Israel en un estado paria, según lo que ellos mismos declaran como objetivo.
Europa ha sido escenario de los mayores crímenes de que tenga memoria la humanidad y su inconcebible maldad es causa de la mayoría de las tragedias que enfrentamos en la actualidad, incluyendo el comunismo y el nacionalsocialismo, productos europeos, como el racismo y el clasismo.

Es inaceptable que algunos europeos pretendan conjurar su culpa proyectándola sobre el solitario y diminuto Estado de los judíos, cuya historia trágica no podría contarse prescindiendo de la ferocidad y crueldad europeas desde el imperio romano, pasando por las cruzadas, la expulsión de España, las guerras mundiales, hasta el día de hoy.

La buena nueva es que la persecución enseño a los judíos a defenderse y, a pesar de las fuerzas oscuras, Israel prevalecerá.

Luis Marin
lumarinre@gmail.com
@lumarinre

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