Los satanizadores de una tercera vía, de un
nuevo camino democrático, de una concertación ciudadana, de una unidad nacional
alternativa, no dudan de llamar a quienes hemos dado un paso adelante ante las
hegemonías socialistas del madurismo y del mudismo, con los epítetos más duros
y descalificadores, copia al carbón de
las expresiones con las cuales tratan a
la disidencia los marxistas y fascistas.
A ellos queremos decirles que lo que
pretendemos es unir a quienes se han visto defraudados por los actores y
autores de la polarización que intenta usufructuar y secuestrar a la opinión
ciudadana bajo un fementido consenso y artimañas falaces que intentan ser, sin
lograrlo, consultas que auscultan el sentir de las mayorías nacionales.
Los más conscientes de la realidad nos llaman
al sacrificio y a ceder en nuestra tarea para consolidar la unidad de los
cogollos en un topo a todo sin entender que todo proceso de convencimiento
implica el que las partes en conflicto deberán arriar algunas banderas en
beneficio del éxito del objetivo deseado por ambas partes. Ya ese camino lo
hemos transitado obteniendo respuestas altaneras y desdeñosas.
Por nuestra parte no cederemos en nuestra
tarea de motivar la realización de elecciones de base para la decisión sobre
las candidaturas circuitales a las diputaciones a la Asamblea Nacional en toda su extensión y con pleno ejercicio de
los principios democráticos.
Ello ya está ocurriendo en casi todo el
territorio nacional con pertinencia a las realidades que caracterizan a cada
una de las regiones y/o circunscripciones electorales.
Las últimas consultas realizadas en el campo
opositor al madurismo, tanto de particulares como de compañías dedicadas a los
estudios de opinión, dan como resultado que solo un catorce por ciento acompaña
ciegamente la conducta antidemocrática del mudismo, un sesenta por ciento
acompañan al concepto de “salvar la unidad”,
un diez por ciento no manifiesta opinión al respecto y un treinta por
ciento esta resteado con las consulta populares desde las bases. Estamos
seguros que este último porcentaje seguirá creciendo en desmedro del concepto
de “salvar la unidad” a favor de los cogollos.
Tal como expresaba la locución latina atribuida
Julio César en el momento de cruzar el río Rubicón para salir de su
confinamiento: ¡Alea jacta est!. ¡La suerte está echada!
Carlos Padilla
carlos.padilla.carpa@gmail.com
@chino121
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