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LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

martes, 14 de octubre de 2014

FERNANDO FACCHIN B., DECADENCIA POLÍTICA Y MORAL

 “El caos político está ligado a la decadencia de la lengua... quizás alguien puede aportar alguna mejora empezando por el aspecto verbal.” G. Orwell

Los últimos acontecimientos acaecidos en el país, “inexplicables” muertes de políticos, policías y gente común, demuestra, sin lugar a dudas que el oficialismo ha entrado en una franca e imparable caída de decadencia política y su moral, la poca que tenía, ya no existe.

Parodiando a Jules Monnerot podemos decir que los poderes destructores que contienen los sentimientos y resentimientos humanos, son utilizados, manipulados, por los gobiernos autoritarios para crear una aureola de miedo en la sociedad. Así, la claque dominante envuelve en sus miserias humanas, en sus intereses egoístas, la verdadera naturaleza de sus apetitos y el fundamento real de su poder; sólo les ocupa la mente la posibilidad de sobrexcitar en lo más profundo de las masas esperanzadas en un mañana mejor, el odio y las ansias de poder, por tal razón para ello predomina más la imagen ¿mítica? Del mal llamado “eterno” frente a la explicación racional, van de lo sensiblemente brutal frente a lo racional, echando sus raíces de mala hierba en las zonas más oscuras del inconsciente colectivo. No se trata de razonar sino de convencer para vencer.

La violencia, producto de la inmoralidad y decadencia política oficial, es la principal amenaza contra la sociedad, pero tenemos que luchar por vencer esa delincuencia oficialista y ordinaria. El oficialismo y sus acólitos han empuñado con fuerza su arma política favorita, la maledicencia, el  insulto, la descalificación de sus adversarios y las acusaciones sin fundamento, esto ha creado un sentimiento de injusticia en la sociedad y; cuando una sociedad con valentía y coraje decide rescatar sus derechos conculcados, el gobierno y la injustica tiemblan. Nos acercamos a la participación masiva, la sociedad comienza a implicarse en los asuntos políticos para la defensa de la unidad; la década del miedo, la resignación y el silencio llegan a su fin. Lo advirtió M.L.King: “Nuestras vidas empiezan a acabarse el día que guardemos silencio sobre las cosas que realmente importan.”

La violencia es una aparente demostración de fuerza que pretende ocultar la debilidad de un gobierno que carece de oferta política y democrática para el país e intenta disimular su decadencia política y moral mediante el miedo,   con violencia verbal y física. Un evidente ejemplo de lo dicho fue la gris, ominosa y escatológica manipulación del sensible fallecimiento de R. Serra, en esa sección  se demostró que el oficialismo adolece de una gran incapacidad política y moral para responder al desarrollo del país, aun cuando, recordando a A. Camus, debemos decir: “Nos han invadido y nos estamos acostumbrando a vivir entre cadenas.”

 Con violencia y leyes acomodaticias no se lograr desarrollar el país, la recién decretada Ley de empleo para la juventud productiva, es inaplicable, primero es necesario atender el aparato productivo generador de empleos para luego legislar sobre la materia y todos sabemos que ese aparato productivo está destruido por la acción del gobierno. En otro orden, se vocifera sobre “ordeno investigar a fondo”, investigación que no pasan de su anuncio ya que en su contra priva la impunidad.

El exceso de represión, violencia, impunidad, presos de conciencia y mediocridad gobernante han activado las alarmas de la opinión público nacional e internacional; el envilecimiento oficialista es síntoma inequívoco de la decadencia política y moral del régimen.

Para evitar las barbaridades oficialistas hay que hacer valer los derechos humanos por encima de los derechos del gobierno y la libertad, en toda su extensión, como el valor y fundamento de la convivencia pacífica de la sociedad. Es responsabilidad nuestra no darle oportunidad a una nueva estafa estatista que se alimente de las políticas fracasadas del comunismo.

Fernando Facchin Barreto
ffacchinb@gmail.com
@fernandofacchin

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