Ayn Rand: "Se puede ignorar la realidad, pero no se pueden ignorar las consecuencias de ignorar la realidad".
Desconocer
la realidad es una enfermedad severa de la conducta humana, tal vez sea este
desconocimiento, este síntoma, una de las expresiones de mayor recurrencia que sirve para
identificar la esquizofrenia. La OMS ha sido benévola al ampliar el universo de
síntomas y hasta se ha recurrido a hablar
de esquizofrenias, pero, en todas ellas habría en común
denominador, desconocer la realidad.
Pero,
Venezuela es Venezuela. Para el país la esquizofrenia y la mitomanía
impiden a sus líderes vivir los
apagones, la inflación, el desabastecimiento, la crisis de la salud, la
contaminación, la corrupción, la escasez, desconocer a miles (24 mil?) de
asesinados/año, mientas el asesinato de
Robert es un crimen de la extrema derecha,
de cuya responsabilidad intelectual se acusa a Uribe en connivencia,
conchupancia, con el imperio, mientras la “mano de obra”, la derecha fascista
venezolana, todo ello en el camino de hacer de Robert un mártir que ofrendó su vida por la
revolución, la paz, la reconciliación, la tolerancia, la hermandad, y coronar
los discursos con el amor, que pasa a ser causa de la acción “humanística” del
proceso. Amoooor, repite Maduro y toda la jerarquía del régimen y luego se
reafirma la inmensidad de la obra de Chávez, siempre por amor. El mismo, es
decir, Maduro, no existe por sí mismo, su apuesta es ser un médium ejecutor de
la voluntad de Chávez cuyas decisiones y acciones se las dicta un pajarito que
habla, conversa, se le acerca, lo orienta y, naturalmente, es él el único que lo ve, lo escucha. Por si
fuera poco, sólo Tal Cual, El Nacional, La Verdad, y unos poquitos mas de
medios impresos no están bajo la férula del gobierno, pero sí bajo la asfixia
impuesta por el régimen al quitar el papel, imponer la censura… mientras todos
los restantes son suyos y las cadenas de radio y TV son constantes, en todos
los medios, que están en sus manos democráticamente por las malas.
A esta esquizofrenia y mitomanía se une el
sadismo como “esencia” y sustento de todo autoritarismo. Vivir el placer de
imponer el terror a fin de que el aterrorizado llegue a asumir, por efecto del
terrorismo, el masoquismo como su conformidad y
felicidad. Una expresión común evidencia este aserto, “de esto no
podemos salir” y en el más “consciente” de los casos se agrega “por vías
normales”. El ostracismo y el nihilismo son, igualmente, expresiones de este
reconocimiento al poder del terrorista. Pero si bien el estado de terror hace
renunciar a toda acción libertaria, vale decir, a todo acto que involucre la
conquista de la libertad, también el autócrata se aterroriza ante la
posibilidad de perder el poder. Todo autócrata tiene pánico a la libertad tanto
como derecho humano cuanto como ejercicio de la consciencia crítica. La prueba
mas evidente de esta afirmación está en su esfuerzo por poner todos los medios
a su servicio o recurrir a la censura o a su asfixia económica para cerrarlos,
ahogarlos, mediatizarlos. En nuestros días la libertad de expresión, de
investigación, la autonomía universitaria, la libertad de opinión crítica son
el alma, el corazón y la vida de la democracia real, que decisiva contribuye a
preservar y hacer crecer la libertad del individuo, la identidad y
posibilidades de la sociedad toda, muy por encima del voto que, como se ha
demostrado, se puede manipular con mucha facilidad. Dicho de otra manera, el
voto se puede comprar siguiendo eso que llaman las reglas del marketing.
La vida del terrorista como actor del crimen es casi indescriptible por
la razón. Vive su tragedia en varias dimensiones, una, el placer de tener éxito
de matar; dos, el placer de cobrar; tres, el placer de su propia aventura y
cuatro, el placer de tener poder, donde se reafirma su prestigio. Cuando se
trata del terrorismo como acción religiosa, su crueldad queda resuelta por el
amor alienado a su dios, su ídolo, su fetiche. Y desde luego por la pseudomoral
que sustenta su credo, llevado a los extremos de simplicidad, Dios, bien/Satán,
mal; pero en ello radica su eficacia. Todo cuanto hace en nombre de su dios, su
ídolo, es el bien y por el bien, y quien no se sume a este proyecto salvador
queda condenado a desaparecer, por lo tanto, la muerte por asesinato o por
cualquier otra forma de violencia está plenamente justificada, pues, con cada
hereje muerto se acaba el mal, como del mismo modo el despojo, la
defenestración, la expropiación, etc., a quien no se sume a este proceso de
“salvación” quedan plenamente justificados. Se cultiva y afina el odio mediante
el fundamentalismo. Y ese fundamentalismo llega a su máxima negatividad en el
suicidi0o como inmolación, como ofrenda.
Nadie en sano juicio puede negar que este
régimen es mitomaníaco y esquizofrénico, (ver supra) pero ha de tenerse cuidado
con esto, como se verá. Ábrase la boca de Maduro y brotan las mentiras, no hay
país en el mundo mejor que este, en todo! Ábrase la boca de Diosdado y sale
fuego como en las imágenes del Apocalipsis, Abrase la boca de Merentes y
verificará que nuestros Roñoquero y Mamblea son niños demasiado inocentes
(Bueno, que me perdonen estos niños, sus mentiras buscaban hacer reír y no
tenían fines perversos) y, para iluminar aun más el ejemplo, escuchemos a su
ministro plenipotenciario, ayer amo y señor de PDVSA, hoy canciller, quien
celebra que solo tengamos (así, nosotros los de abajo) que pagar apenas 1800
millones de dólares a una trasnacional petrolera por expropiación y empresa
exigía 20mil millones. Recordé la broma
de un humorista argentino, uno de sus boxeadores competía por la corona
mundial, perdió, pero el titular fue
“ganamos el segundo lugar”.
Pero, como previnimos, ¿de qué hay que tener
cuidado? De que tanto la mitomanía como
la esquizofrenia, independientemente de ser una enfermedad real que ha sido
propia de todas las dictaduras, de regímenes fascistas, nazi, gorilas, etc.,
puede ocurrir en el caso venezolano, que esa insania que, sin dudas, padecen
los jerarcas de la revolución, en tanto que ser cada uno quien es y como es,
empero halla en ello un componente de teatralidad, de manipulación oculto. (Lo
tienen todas las dictaduras) Como no se
tiene una ideología al estilo nazi que, quiérase o no admitir, tiene diversidad
de fuentes, (el racismo, el nacionalismo, teorías del estado, de la
comunicación…) que permitieron cohesionar a parte muy importante del pueblo
alemán bajo la jefatura y conducción de un ser francamente abominable como
Hitler, en el caso venezolano, la dirigencia del chavismo ha logrado que sus
militantes y buena parte del pueblo llano crea, de buena fe, que las
afirmaciones del régimen son la verdad y por tanto sus propios padecimientos (costo de al vida,
inseguridad, salud, desabastecimiento, etc.) que si bien son reales, que están
ahí, sin embargo tengan su origen fuera
del régimen, que la culpa esté fuera del régimen, y hasta tanto esos culpables
no desaparezcan, se justifican los sacrificios y se justifican toda las
acciones en contra de los acaparadores, los ricos, los invisibles generales que
comandan la guerra económica, el imperialismo, las guarimbas y así.
Como soporte “espiritual”, como alma de la
revolución y dado que la inmensa falacia del socialismo originario,
indoamericano, bolivariano, robinsoniano, zamorano, cristiano, X-ano jamás funcionó, ni podrá funcionar por
incoherencia, se dejaron dos “paradigmas” vacíos y, por tanto, se puede echar
en ellos cualquier cosa. Bolívar/Chávez, como una unidad. Bolívar el buscador,
Chávez el conquistador. Bolívar el iniciador, Chávez el culminador. Bolívar el
fracaso, (La Gran Colombia) Chávez el éxito. (Alba, Unasur…) Bolívar el
bautista, Chávez el redentor. En este juego el régimen ha tenido éxito. Chávez se ha deificado. Con el perdón de Jesús, El
Cristo y de José Gregorio, mi paisano!, aquel salvador, éste médico de los
pobres, falacias que han servido al Chavismo para la deificación de Chávez y,
en esa deificación, como es obvio, está la infalibilidad. No hay chavista que
no diga “como dijo, como enseñó el comandante eterno” etc. y como Chávez no
dijo nada que sirva a la razón, la poesía, etc., entonces cualquier cosa que
diga cualquiera jerarca es palabra de
Chávez, como quien dice, palabra de dios.
El régimen conoce bien que su fortaleza está
en la difusión de ese discurso, de ese “evangelio”, en el cual ha encontrado
excelentes aliados. La tolerancia irresponsable de la Iglesia Católica ha
permitido que el chavismo tenga sacerdotes a su servicio y no de Cristo, a
algunos obispos light que “coquetean” con el chavismo, a muchos sectores de
esos llamados cristianos a quienes el régimen concede privilegios, con
crecimiento exorbitante, posiciones de gobierno, y con jerarcas del régimen
miembros de algunas de estas “tendencias”, el apoyo incólume a la santería al
cubano estilo, del vudú, del marialionzismo, etc. y, para fatal desgracia, del
silencio de las universidades autónomas, cuyo discurso crítico, científico,
ético, como praxis académica, como su vida, se silenció y dejó paso única y
exclusivamente al discurso de los gremios, sepulturero de la razón de ser de la
universidad, la creación de conocimiento científico, estético, con orientación
ética. Aliados en el periodismo “ponderado”, equilibrado, espacio de todas las
tendencias, como Vladimir a la 1. O ese morboso estilo del “culpable somos
todos”, la “oposición también tiene que ceder”…. Tal como si la oposición fuere
la responsable de la violación de la Constitución, de la destrucción del país,
etc.… Celestinaje sin eros ni poesía, mera cabronería decían en mi pueblo.
Pues bien enmárquese el manejo del régimen del asesinato macabro, abominable, de Robert, tanto como lo es el de cada venezolano asesinado, descuartizado, etc.… pero, desde luego no es Robert, y del régimen se puede afirmar que no hay peor ciego que quien no escucha. El régimen intenta hacer de Robert un mártir y su martirologio al servicio del redentor Chávez. Después de Cristo, la Concepción griega de mártir, testigo, se enriqueció, ellos no testimonian son testimonio, de modo que los mártires cristianos fueron y son quienes predican y se sacrifican para quitar la violencia al poder, lograr la paz y la paz, sentencia Marienbad, tiene su umbral de entrada y permanencia en la justicia, y el amor, la paz y la justicia son la forma de hacerse y ser la verdad.
La “beatificación” de Robert, es desde el
punto de vista cristiano y en general desde el punto de vista ético, un
verdadero sacrilegio a la doctrina cristiana, jamás un mártir cristiano detentó
ni detenta el poder, ni anda armado ni tiene guardaespaldas. Tiene una
doctrina.
Quizá la tarea por excelencia de quienes
desean y necesitamos salir de este régimen en función de la ética, de la
justicia, de la libertad, que este régimen pisotea, sea la del diálogo abierto
con el universo de todos los venezolanos
y sea nuestra única arma la verdad.
Nota. Muchas cosas mas deben señalarse, pero
es –por ahora- suficiente y si desea recibir alguna bibliografía que le ayude,
puede usted usar mi correo, Gracias,
Américo
Americo
Dario Gollo Chávez
americod@gmail.com
@americogollo
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, DIARIO DE OPINIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.