BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

domingo, 17 de agosto de 2014

GERMAN CABRERA. TIERRA DE HIENAS

Los ciudadanos de los Países Escandinavos carecen de incertidumbre.

El Estado vela por ellos desde su nacimiento hasta su muerte, protegiendo derechos y exigiendo deberes.

Los escandinavos son personas felices que a ratos se aburren, viajan al subdesarrollo para empaparse de idem y luego regresan a su nido.

Nosotros, los venezolanos clase media, somos la antítesis. Vivimos en medio de una incertidumbre abrumadora e intentamos viajar de vez en cuando al desarrollo para empaparnos de idem y luego soportar el desastre del retorno. Ahora ya ni esa vía de escape tenemos.

Pero lo más dramático de nuestra circunstancia es que no sólo No Contamos con un Estado que vele por nosotros sino que éste se ha transformado en El Gran Enemigo. Abandonados a nuestra suerte en un medio totalmente hostil intentamos sobrevivir cada día en el Sálvese Quien Pueda. Como dice una amiga poetisa: sólo nos queda la casa. Como dice mi mujer: en este país no te puedes resbalar.

Hace 4 años, a punta de pistola, robaron el carrito Corsa de mi hija mayor. Hecha la denuncia, al día siguiente un policía la llamó al celular para informarle que el vehículo estaba abandonado en la zona de Las Mayas. Cauteloso la acompañé al sitio y efectivamente allí estaba el carro custodiado por dos motorizados. Sólo le faltaba un asiento, la batería y las llaves. Para no perderlo mientras realizaba los trámites de levantar la denuncia pregunté si podía llevármelo y ante la afirmativa contraté una grúa, lo trajimos a la casa y lo estacionamos al frente.

Felices partimos a efectuar los trámites pero, ya en Caracas, nos llama aterrada la hija diciendo que una grúa y unos tipos en moto se están llevando otra vez el carrito. Mientras manejo como un poseso hacia la casa mi mujer llama a los vecinos para que detengan a los choros.

Ellos atraviesan sus vehículos en la única vía y logran su cometido. Para su sorpresa los tipos sacan sus carnets del CICPC y aducen que el carro está requerido. Se lo llevan, los cruzo en el camino, les hago señas, me esquivan, los sigo hasta la central de la “Policía Científica”.

Para hacerlo corto: justifican el hecho como trámite normal, se interesan mucho en saber si tengo seguro y al saber que sí, con rodeos y eufemismos me proponen desmantelar el vehículo, el seguro clasificará como pérdida total, me pagará, tendré prioridad para comprarlo luego en subasta, ellos me venderán las piezas sustraídas y todo el mundo contento. Me niego, el vehículo queda para revisión, cuando voy a retirarlo está totalmente desmantelado, pérdida total. Ganaron.

Hace un año robaron mi Toyota Hilux 2003, un carro excepcional que pensé me acompañaría por el resto de mi vida. Le llamaba Mis Alas y con él recorrimos 250.000 Km a lo largo y ancho de Venezuela. Lo amaba como a un perro fiel.

Cobré el exiguo seguro, imposible comprar un vehículo igual.

Hace una semana nos llaman del CICPC. La camioneta apareció. Cuando vemos el expediente constatamos con estupor que había sido recuperada en una calle, dos días después del hurto, con las puertas abiertas y la llave en la suichera. Un año demoró el engorroso trámite de llamarnos por teléfono para avisarnos del hallazgo.

Está paraíta, comenta el funcionario. Esperanza.

Se encuentra en un estacionamiento en las afueras de Caracas.

Vamos para allá, un lugar horrible, no nos dejan entrar, nos piden los papeles y después de media hora entreabren el portón. Estamos intervenidos por El  Gobierno, nos comentan a media voz.

En medio de un gamelotal está mi querida camioneta, mi perro fiel.
No queda sino el carapacho y las ruedas. Pongo mi mano sobre el capot.

Me esfuerzo por no llorar, no sólo por ella, también por nosotros.

German Cabrera
german_cabrera_t@yahoo.es
@germancabrerat

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.